JALISCO
El honor no acepta deshonestidad ninguna
Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Pende sobre el equipo de campaña de Andrés Manuel López Obrador de 2006 la posibilidad de haber recibido dinero del Cartel de Sinaloa durante aquella su primera campaña presidencial, de acuerdo a una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Según ha trascendido, el gobierno norteamericano comprobó que Arturo Beltrán Leyva pudo entregar hasta 4 millones de dólares al equipo del hoy presidente de México. Desde luego, AMLO lo negó. Las pruebas existen.
Xóchitl Gálvez, candidata de Fuerza y Corazón por México, ha convocado al presidente López Obrador a demandar a quienes le han enlodado a fin de limpiar su nombre y el de su gobierno. Aun no tenemos respuesta. Defenderse en sus mañaneras no es suficiente.
Este hecho nos invita a reflexionar sobre un hecho: ¿Es permisible a un gobernante echar mano de ilegalidades para imponer la ley y el orden a un pueblo? La respuesta es obvia, es más que obvia: ¡jamás!
En Jalisco y en muchos otros estados de la República, por ejemplo, se nos han impuesto las foto-infracciones por exceder los límites de velocidad en calles de nuestras ciudades aún y a pesar de haber sido declaradas inconstitucionales por el Poder Judicial.
En palabras llanas: Los gobiernos del estado de Jalisco del PAN, PRI y Morena han violado sistemáticamente nuestros derechos constitucionales en detrimento de nuestras economías y no se han detenido de mutuo propio. Tenemos, por desgracia, gobernantes que solo buscan recaudar dinero sin importar los medios.
Aclaro, mi crítica no busca impunidades sobre hechos que ponen en peligro la vida de terceros por las irresponsabilidades de malos ciudadanos; sin embargo, si exijo un replanteamiento a la estrategia gubernamental. Me explico, qué sucedería si por exceder de manera reitera, digamos 5 veces, la velocidad por más de 30 kilómetros por hora, se impusiera restricciones al infractor para conducir por 2 o 3 años y en caso de violentar ese orden se diera un castigo muy mayor. Es solo una idea.
Igual sucede en el caso de los créditos fiscales prescritos que la autoridad hacendaria estatal busca cobrar. Debo señalar que, en experiencia personal, Luis García, tesorero de Guadalajara, me demostró ser un servidor a carta cabal y, ante un crédito fiscal prescrito que se nos notificó, resolvió a nuestro favor sin mediar más que un escrito simple. Otros empleados del ayuntamiento pretendieron cobrar al ofrecernos una quita del 30 por ciento. A la razón y legalidad las honró Luis García Sotelo.
Jacinto Benavente lo dijo muy claro: “Quien en una hora puede dejar de ser honrado, es que no lo fue nunca”. Estamos de cara a la elección más importante de nuestra historia como nación. La elección es simple, o seguimos por el camino de López Obrador con su 4T en la persona de Claudia Sheinbaum o asumimos que sus riesgos son demasiado altos para negarnos a votar este 2 de junio por Xóchitl Gálvez. La tercera opción no es sensata. Es perder eficacia y negar eficiencia a nuestro valor ciudadano.
En Morena y aliados militan miles de traidores a sus principios políticos más elementales. Un ejemplo es Pedro Kumamoto que se vendió y vendió a su movimiento por una posible candidatura a presidente de Zapopan. Todo su discurso pasado resultó ser veleidoso y fatuo. Parece que jamás tuvo el honor que presumió poseer. Vivo en Zapopan y espero que sus sueños de poder queden en solo un delirio guajiro. En el Japón de sus ancestros le pedirían acabar dignamente con tanta indignidad.
Hoy, cualquiera puede incursionar en la política, pero pocos saben vivir con honor porque éste nos define en quién somos. Kumamoto paga caro su deshonor. Él sabe lo que ha tenido que vender para comprar una posible candidatura. Seguramente le han de sobrar excusas, pero éstas siempre acaban con el honor.
Creo en el voto útil, pero no en aquel que se emite solo motivados por nuestros enojos o rencores sino porque buscamos lo mejor para mi, mi familia, mis amigos, Jalisco y México. Cuidemos que nuestro voto sea bien informado.
Hay temas menores que demuestran honor y probidad, confianza y certeza. Pablo Lemus pidió permiso como presidente municipal de Guadalajara para contender por la gubernatura de Jalisco; sin embargo, su esposa sigue siendo presidente del Consejo Directivo del DIF tapatío. No lo entiendo, quizá no confía totalmente en el triunfo de su esposo o quizá no pretende ayudarle en su campaña política; en ambos casos se manda una mala señal. Es una mujer de buena fama e inteligente. Sugiero también pedir licencia pues su cargo de presidente del DIF está en relación de dependencia directa del de presidente municipal de Pablo Lemus.
Le pregunto a Mayte Villa de Lemus cómo logrará que sus acciones positivas al frente del DIF de Guadalajara no se tomen como actos indebidos de gobierno en apoyo de su marido como candidato al gobierno de Jalisco y de su partido político, Movimiento Ciudadano.
Una vez leí que la felicidad empieza por lo que uno elige. Este 2 de junio votemos por nuestra felicidad y tranquilidad; lo demás nos vendrá por añadidura.
