Connect with us

NACIONALES

Las encuestas en las campañas

Publicado

el

Conciencia con texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

¿En qué momento de esta llamada democracia las encuestas pasaron a ser de instrumentos de medición de las preferencias ciudadanas a una intencionada manipulación para aniquilar las democráticas intenciones del pópulo?

La guerra de las encuestas ha propiciado un clima de falsedad, mayor al que ya nos tienen acostumbrados los políticos.

Lo que inició en 1935 el norteamericano de Iowa, George Horace Gallup, como sondeos para conocer los gustos de la gente y ponerle rostro a la fantasmal Opinión Pública, hoy- en México- se ha convertido en una estafa apantalla bobos; en un negocio turbio para quienes las confeccionan al gusto y medida del billete que le presentan.

Antes de que las “redes sociales” irrumpieran en el mundo, los sondeos se llevaban al cabo en persona; luego por correo y después vía teléfono. Era una simple medición estadística cuyos datos provenían de dichas encuestas contestadas sinceramente, en su mayoría, por la gente.

El procedimiento de investigación fue muy sencillo: recopilar la información mediante una serie de preguntas con un cuestionario diseñado previamente.

La objetividad de las encuestas fue lo que se protegió desde que se iniciaron; en la imparcialidad de las empresas encuestadoras estaba su prestigio, su honra, su negocio.

La ética para elaborar las preguntas, las encuestas, fue preservada ante los embates de quienes vieron en este instrumento una posibilidad de manipulación. No se crea que los mexicanos inventamos el hilo negro. Allende el río Bravo, no cantan mal las countries…

Poco les importaba descubrir objetivamente cómo “mascaba la iguana” a los políticos facinerosos que corrompieron esta forma de enterarse de primera mano del sentir popular.

Y México se contaminó. Esas intenciones bastardas de “manejar” los gustos populares mediante las encuestas encontraron un campo más que fértil en nuestra nación. Por supuesto que esto no es de ahora ni se le ocurrió a “ya saben quién”.

En nuestro país, ese “árbol” nació torcido. Las encuestas y los sondeos de opinión se iniciaron, con honrosísimas excepciones, con la marca de la casa: podridas, torcidas, vendidas o compradas, como guste. La manipulación mediante encuestas estriba en las preguntas: a) ¿Le gustan las películas del Charro Negro?; b) ¿Le gustan las películas de Tony Aguilar?; c) ¿Le gustan las películas de Jorge Negrete? Conclusión: a la gente le encantan las películas de caballitos

Luego de que al hoy morenista Bartlett se le “cayera” el sistema en 1988 y luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, la “industria” de las encuestas floreció como nunca. Algunos periódicos comenzaron a elaborar sus encuestas y también surgieron empresas como Parametría, Buendía y Laredo, Arcop, Demoscopía y Consulta Mito…fsky entre muchas otras.

El Instituto Federal Electoral le entró a la fiebre de encuestitis allá por el año 2000. La veracidad de algunas encuestas formuladas en ese año electoral, estuvo en entredicho. Contra los pronósticos de las encuestas, Vicente Fox fue electo presidente, desalojando de Los Pinos a los eternos inquilinos tricolores.

Es en el año 2000 cuando se refinan las maneras de manipular a las encuestas. Se convirtieron en herramientas para golpear a los adversarios con la “contundencia” de las cifras. Se agregaron a las campañas, se convirtieron en “mercancía” al mejor postor.

La metodología fue muy cuestionada y dejaron muy en claro que abandonaban la investigación objetiva y su función social y como información coadyuvante en el desarrollo de la democracia.

En 2006, las encuestas, con los candidatos Calderón y López Obrador en pugna, no dieron pie con bola para predecir quién sería presidente de la nación. El prestigio de la mayoría de las casas encuestadoras se vino abajo.

De ahí viene el odio jarocho de AMLO a Calderón. Porque el triunfo se lo dio (el sistema) al panista. Lo que derivó en una frustración-obsesión del presidente de culpar por todo y siempre al albiceleste.

Las encuestas actuales, simplificadas a más no poder por el caudillo de MORENA, consisten en levantar la mano para mostrar adhesión a lo que el “jefe de jefes” les sugiere o de plano les ordena.

No es poca cosa este tipo de “encuestas”. Le han costado miles de millones de pesos al país. Sin metodología, sin pudor, sin ética alguna estas” encuestas” oficialistas refieren hoy en día que la elección del 2 de junio será “un mero trámite”. Sonsonete repetido por AMLO, Sheinbaum y toda la caterva de morenistas. El afán está a la vista: desanimar a la gente para que no vaya a votar.

Si fuera un mero trámite, seguro que la candidata, el Pejesidente y todos sus alineados, estarían, seguramente disfrutando del publicitado placentero viaje en el Tren Maya. Pero no…están con el Jesús en la boca, porque los “otros datos”, los objetivos, los verdaderos, no han vislumbrado lo que pregonan: un triunfo aplastante, arrollador e inobjetable.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.