NACIONALES
La cara ignorancia
Opinión, por Ramiro Escoto //
Hace unas semanas la reforma al Poder Judicial se dio como estaba previsto, la votación con el llamado Plan C, específicamente diseñado para que se dé, en cualquier circunstancia la aprobación de cuanta nueva ley o reforma se ocurra desde el poder.
Pero parte del éxito en el caso de la reforma al Poder Judicial está, radica en la infinita ignorancia de la mayoría de los legisladores, salvo aquellos que, en su narrativa tenían como objeto, tratar de convencer, explicar o sacar a flote la importancia de que esta propuesta saliera adelante, poniendo a los jueces, magistrados en el entredicho para, convencer a la ciudadanía e la corrupción y hacer de ésta, la oportunidad para consumar la venganza del presidente.
Las mañaneras tuvieron, en su última etapa justo eso, el candado para que nadie preguntara, el alto costo que representa este cambio, aplicable para junio del próximo año; pero esta semana, ya en la administración de la Dra. Sheinbaum se intentó pasara por alto lo que el INE debe erogar para que, la reforma judicial, se convierta en un proceso electoral a nivel federal.
5 mil millones de pesos es el monto, además la propia presidenta no pudo explicar cómo será el proceso para votar, decía que, cada elector estaría cruzando por uno entre 5 candidatos, sin tampoco poder desglosar cómo sería una campaña que tendrían que tener las y los candidatos a ser jueces o magistrados, además de que tampoco en México, el electorado es muy docto en el tema de la correcta elección, pues al igual que la política, se corre el riesgo de quienes estén buscando el nuevo puesto, obedezca más peligrosamente a intereses que, en estos tiempos pudieran involucrar y al mismo tiempo, beneficiar a ciertos actores políticos.
Es cierto que, de principio, y en base al desconocimiento, se han comenzado acciones para revertir justo esta reforma, a sabiendas, incluso de quienes la promovieron que esto pudiera suceder, y ello ha llevado a que los intentos ahora de explicarla han creado más preguntas que respuestas.
Las recientes declaraciones al respecto que rematan con: “La reforma va porque va” no es más que una forma de manifestar al pueblo bueno y sabio que es algo que, va a beneficiar al país, advirtiendo que con esta medida se acabarán los “privilegios” y la “corrupción” pero dejando el hueco claro que, con las nuevas generaciones no se pueda, o repetir el modelo que dicen estar erradicando, un generando uno peor: el de servir a intereses políticos o del crimen organizado, que también han puesto precio a libertades o beneficios legales en ciertos procedimientos.
Lo peor que pudo suceder en este proceso es el que la intención de hacer los foros de discusión, se convirtieran en simulaciones y centros para politizar la reforma; haber creado espacios para la confrontación y no para el debate, porque ahí radicaba no la razón sino la consecuencia.
Hasta ahora, lo que ha sucedido con la reforma al Poder Judicial ha resultado muy caro, con más divisionismo en el país y con un alto costo de lo que puede significar el vulnerar el estado de derecho… y si se consuma, será tan chafa con la manera en la que se eligieron, como tómbola a quienes tendrían el control de uno de los poderes de la unión. Es cara la ignorancia, pero es más perverso quien la administra para su bien propio.
