JALISCO
Lemus ante el mareo de montaña
Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Ahora que Pablo Lemus tiene el camino despejado para asumir la gubernatura de Jalisco el próximo 6 de diciembre, vale la pena hacer una serie de reflexiones sobre lo que viene en su futuro, las responsabilidades que asumirá como jefe de las instituciones de un estado tan importante como Jalisco que al paso de los años se ha convertido en un motor de la economía nacional.
Llegar a la gubernatura no fue fácil para Pablo ante los obstáculos que le pusieron los de la Cuatro T que hicieron hasta lo imposible para anular la elección que le dio más de 180 mil votos de ventaja y que finalmente por unanimidad validó la Sala Superior del Tribunal electoral Federal
Creo que Pablo tiene mucho que aprenderle a Alfaro sobre lo que no debe hacer un gobernante y algo fundamental: que no se suba al ladrillo o al banquito y sufra mareo de montaña. Alfaro hizo cosas buenas y otras no tan buenas, tuvo aciertos, pero también tuvo grandes y graves errores.
Y uno de ellos fue el no poder controlar la soberbia al ser presa de los cortesanos que lo halagaban constantemente, lo que lo llevó a sentirse dueño de la verdad absoluta, con exceso de vanidad y una alta carencia de humildad, así como de autocrítica.
Alfaro se sintió presidenciable desde antes de asumir la gubernatura de Jalisco, presa de esos cortesanos que le repetían día y noche que por su capacidad y gran valor debería ser Presidente de México. Fue así como dio su primer paso en falso, confrontarse con el Presidente López Obrador y por ese paso en falso Jalisco perdió dos años hasta que éste fue a Palacio Nacional a disculparse; pero esa soberbia desenfrenada lo llevó de la misma forma a romper con quien lo había acompañado durante toda esta ruta política de lucha, como Dante Delgado.
Esa arrogancia se convirtió en la coraza del gobernante deshumanizado que nunca quiso atender a los familiares de los desaparecidos; por supuesto, Alfaro nunca quiso ver esa gran herida convertida en llaga de los jaliscienses y prefirió la frivolidad de los aduladores que escuchar a las víctimas.
SUBIRSE AL LADRILLO
A finales del pasado mes de mayo tuve oportunidad de entrevistar a Pablo Lemus, como candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano y le pregunté precisamente sobre este mal de los políticos, que tienen en común ser picados por el alacrán de la soberbia.
¿Cómo vacunarse para evitar dejar de pisar piso y no te envuelvan los cortesanos que hablan al oído?
Y me respondió:
“Evidentemente hay personas que cuando tienen una responsabilidad pública se marean en un ladrillo y a los pocos meses empiezan a cambiar y a ser personas completamente distintas de lo que fueron; en la parte muy personal yo siempre he conservado, sobre todo mi esencia como ser humano, llevo 9 años como servidor público, 6 en Zapopan y 3 en Guadalajara y sigo conservando a mi familia de toda la vida”.
Y añadió:
“Soy una persona también creyente y me tomo mucho de la mano de Dios en estos procesos para nunca perder la humildad, nunca perder piso como mencionas y entender que esto de la política es completamente pasajero, nosotros estaremos por el servicio público por 6 años más, pero después seremos como cualquier otro jalisciense y por ello debemos tratar a los demás siempre con mucha amabilidad, con mucho respeto, con mucho cariño, yo a lo único que aspiro terminando el papel como gobernador del estado es simple y sencillamente a que después pueda llegar a un restaurante, a un cine y que la gente te salude con cariño. No aspiro absolutamente a nada más, amo mi trabajo, lo disfruto en cada día y lo hago con mucha alegría, siempre con rectitud de intención de servir a los demás”.
“Voy a ser un gobernador para todos los jaliscienses, a mi no me interesa la grilla, no me interesa servir a un partido político específico como lo hacen muchas personas y candidatas, a mi lo que me interesa es el servicio a la comunidad, el servicio a los jaliscienses con una orientación, siempre que vea a través de los resultados de su gente viva mejor en Jalisco”.
BUEN INICIO
Lemus ya con la constancia de mayoría en la mano que le otorgó el Instituto Electoral de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPCJ) ha mostrado ser pertinente y no olvidarse de sus compromisos de campaña.
Hay dos temas muy sensibles para los jaliscienses y que Pablo le ha dado la lectura adecuada desde su candidatura: el tema de los desaparecidos y la impopular verificación vehicular inventada por Hugo Luna e impuesta por Alfaro, supuestamente en aras de combatir la contaminación y digo aras, porque la mayor parte de los seis años de gobierno estuvieron descompuestos los sistemas de monitoreo de la calidad del aire en la Zona Metropolitana.
Lemus ofreció en campaña que la verificación dejaría de cobrarse a los ciudadanos, si recibía su voto de confianza.
Los dos temas precisamente son los que ha anunciado previo a su protesta como gobernador de Jalisco. Habrá atención especial a las familias de personas desaparecidas y a colectivos y para ello se va a reformar la Ley Orgánica del Estado; y en el tema de la verificación vehicular, ésta será gratuita, sin multas ni operativos.
Son buenas señales y esperemos que los cortesanos de Palacio no lo transformen. Lemus tiene mucho que aprender de lo que no se hace en política de Enrique Alfaro cuando la vanidad convierte en pavorreal a los políticos.
