JALISCO
Karla Planter, una mujer que hace historia en 231 años en la UdeG: «Es tiempo de que la universidad siga siendo faro, pero tambien puente»
Por Francisco Junco //
Afuera del Auditorio Telmex, la fiesta comenzó mucho antes de que se encendieran las luces del escenario. El ruido de las batucadas rompía con la solemnidad del protocolo, anunciando que por primera vez, en su historia, la Universidad de Guadalajara tendría a su primera rectora. El ritmo se colaba por entre las columnas del edificio como una señal de que ésta no sería una ceremonia cualquiera.
Adentro, el ambiente oscilaba entre la emoción, el respeto y la expectativa. Los reflectores no sólo iluminaban el escenario, sino el fin de una era y el inicio de otra. Ricardo Villanueva Lomelí, aún rector de la Universidad de Guadalajara, se despidió del cargo para integrarse como subsecretario de Educación Superior en el gobierno federal de Claudia Sheinbaum. Y Karla Alejandrina Planter Pérez tomó protesta como la primera mujer rectora de la historia universitaria jalisciense.
“Ejerceré un liderazgo respetuoso de las comunidades académicas y sus órganos de decisión colegiada. Pero, también eficaz y asertivo, sensible a los anhelos de las y los universitarios, y que produzca resultados positivos para nuestra institución, con procesos transparentes y rendición de cuentas efectivas”, se escuchaban la voz de Planter Pérez en los micrófonos del recinto, que fue testigo de su toma de protesta como rectora de la máxima Casa de Estudios de Jalisco.
“Vamos a trabajar en convertir a la Universidad de Guadalajara en una universidad más igualitaria e incluyente, que respete y acepte la diversidad. Mi objetivo es que al terminar mi rectorado tengamos una estructura paritaria en el consejo de rectorías y en el SEMS”, subrayó en su mensaje.
La música popular y rítmica de las batucadas, ese pulso callejero lleno de vitalidad, contrastaba con la elegancia del interior. Y sin embargo, no desentonaba, ya que a su manera, los jóvenes, también ahí celebraban una revolución.
Ricardo Villanueva lucía como quien sabe que deja un legado. Barba perfectamente delineada, lentes discretos, traje azul marino con un corte impecable que abrazaba con precisión su silueta. La camisa blanca, de cuello firme, y la corbata burdeos de patrón discreto eran la firma de quien domina el lenguaje del poder sin levantar la voz.
Frente a él, Pablo Lemus Navarro, gobernador del estado, encarnaba el estilo clásico con un guiño desafiante. Traje de rayas diplomáticas grises, saco cruzado con solapas amplias y botones plateados. La corbata y camisa blancas añadían luz y confianza al conjunto. Su postura recta y expresión medida sellaban el mensaje: presencia, experiencia y vanidad bajo control.
Pero todo cambió cuando apareció ella. Como si la luna llena que se proyectaba a sus espaldas la empujara con fuerza simbólica hacia el centro de la historia, Karla Planter subió al escenario con la serenidad de quien sabe que está cumpliendo su destino.
Ataviada en su vestido negro, no era una elección de moda, era una declaración. Encaje espeso y floral, sin mangas, cuello alto, cinturón sin adornos. Su figura se dibujaba con feminidad y temple, su elegancia era absoluta. En medio de luces, cámaras y ojos atentos, el negro se convertía en estándar.
El rostro sereno, peinado recogido bajo, sin joyas que distraigan. Sólo un reloj inteligente con correa metálica que parecía gritar “soy presente, pero pienso en el futuro”. Todo en ella decía lo mismo. Sobriedad, fuerza y claridad.
Karla Planter no sólo vestía de negro. Encarnaba el negro. Y ese negro, símbolo de elegancia, profundidad y determinación, hablaba más fuerte que cualquier discurso.
Al tomar la palabra, dijo que “hoy es un día histórico para la Universidad de Guadalajara. Por primera vez en 230 años, esta Casa de Estudio tiene una mujer como rectora. Me honra profundamente ser esa mujer y recibir esta distinción”.
Su voz, firme, fue una caricia para quienes han esperado décadas para ver a una mujer liderar una de las instituciones más importantes del estado. «Hoy asumo este compromiso con profundo sentido de responsabilidad y entrega total. Lo hago con la convicción de que la Universidad de Guadalajara puede, y debe, avanzar con paso firme hacia el futuro».
La emoción estaba en el aire. No por el aplauso, sino por lo que representaba. “Lo que nos ha hecho fuertes como institución ha sido nuestra capacidad de resistir, nuestra visión para renovarnos, nuestra vocación de construir comunidad”, recordó Planter Pérez.
En el protocolo, de la ceremonia, llegó el momento más solemne, la voz de Ricardo Villanueva, en el silencio total del auditorio resonaba en cada rincón.
“Estimada y muy querida maestra Carla Alejandrina Planter Pérez, rectora general de la Universidad de Guadalajara, protesta usted cumplir y hacer cumplir la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la particular del estado de Jalisco, la ley orgánica de la Universidad de Guadalajara y los ordenamientos que de ella emanan, así como desempeñar cabal y lealmente el cargo conferido como rectora general de la Universidad de Guadalajara para el periodo 2025- 2031”.
“Sí protesto”, respondió firme la rectora, mientras con una sonrisa de emoción y con la mano en la barbilla el gobernador del estado observaba.
“De así serlo, que esta comunidad universitaria se lo reconozca y si no, que la misma se lo demande. Felicidades primera rectora”, arrancando el aplauso del auditorio.
Pero sus palabras no fueron un simple protocolo. Fueron un manifiesto. «Esta universidad ha tenido grandes rectores. Y, como ustedes saben, ahora tendrá una gran rectora», dijo.
MÁS ALLÁ DE LAS IDENTIDADES DE GÉNERO
Uno de los momentos más fuertes fue cuando, la ya rectora, habló del papel de las mujeres en los espacios públicos que por derecho natural y legal les corresponden, “hoy es legislado, aceptado y promovido lo que para el sentido común siempre ha sido obvio”.
“Somos tan capaces o tan incapaces como cualquier ser humano y que en función de ello es legítimo y además deseable nuestro acceso a posiciones laborales y de preeminencia pública. En todo caso, se trata de que ninguna mujer necesite ser una persona extraordinaria para desempeñar la labor que desee, no hay que olvidar que el talento profesional y el compromiso con los deberes que impone la vida van más allá de las identidades de género”.
“Con esta decisión el Consejo General Universitario no buscó simplemente estar a tono con la coyuntura como si se tratara de satisfacer a la opinión pública o de actuar con toda corrección política. Dicen que es tiempo de mujeres, pero quienes conocen de historia saben que siempre ha sido tiempo de mujeres, siempre hemos estado presentes en lo íntimo y en lo público, en lo político y en lo cultural, muchas veces de manera silenciosa y callada, aunque no por ello menos eficaz y otras de forma destacada y ostensible”.
Planter Pérez es Maestra en Ciencias Políticas, con más de 30 años de trayectoria en la docencia y más de 15 años en los medios de comunicación, principalmente de la propia Universidad de Guadalajara.
«La universidad está llamada a ser un agente activo en la resolución de los grandes problemas nacionales. Esto incluye promover una cultura de paz, defender los derechos humanos, impulsar la justicia social y fomentar la sostenibilidad», subrayó en su mensaje.
ANUNCIÓ SUS PRIMERAS ACCIONES
En su discurso enumeró algunas de sus primeras acciones, como, realizar la investigación científica alrededor de líneas estratégicas claras y vinculadas con problemas relevantes. Valorizar la pertinencia de la oferta académica en su relación con la demanda estudiantil y las necesidades de las regiones y Diversificar las modalidades de enseñanza.
Además, anunció, impulsar una agenda de cuidados para estudiantes, trabajadores administrativos, directivos, mujeres y hombres. Fortalecer la vinculación sistemática y orgánica con los sectores productivos, gubernamental y social para hacer posible la idea de la cuádruple hélice.
Se comprometió a la creación de la Red de Hospitales Civiles de Jalisco en conjunto con el gobierno de Jalisco. Asi como contar con una estructura paritaria en el Consejo de Rectorías y en el Sistema de Educación Media Superior.
Lamentó el caso de las desapariciones en Jalisco y exhortó a la sociedad y el gobierno a abordar la problemática para evitar que afecte a más jóvenes: “Es una emergencia que debe ser reconocida como tal y enfrentada con unidad nacional, solidaridad y sentido patriótico. Hacemos votos para que los agravios se resuelvan conforme a la verdad, lo que dicta la ley y el respeto a la justicia, la dignidad y los derechos humanos”, sostuvo.
Reiteró que la Universidad de Guadalajara mantiene su compromiso con la cultura de la paz y aseguró que esta Casa de Estudio revisará los contratos de renta del Auditorio Telmex, y toda instalación universitaria, para evitar la proyección o comunicación de discursos que fomenten la violencia.
“No obstante que los hechos mencionados escaparon a nuestro control, reitero la solicitud de disculpa que pidió el día de ayer el rector Villanueva. En la Universidad de Guadalajara estamos comprometidos con la cultura de la paz”, afirmó.
Ricardo Villanueva fue ovacionado. Karla Planter lo reconoció “por su liderazgo, por su visión, por su defensa incansable de la Universidad”.
Pero lo que más destacó fue cuando dijo: «Gracias por dejarme una universidad fuerte, innovadora y comprometida. Me toca ahora seguir construyendo sobre esa base con humildad y con mucha pasión».
El aplauso se multiplicó cuando anunció que buscará “hacer de la Universidad de Guadalajara una institución más equitativa, más incluyente y más comprometida con la transformación de nuestra sociedad”.
EL TURNO DE PABLO LEMUS
En su turno, el Gobernador agradeció el trato de la Universidad con el gobierno estatal y también reconoció el trabajo del exrector Ricardo Villanueva al dirigir a la institución y obtener logros como el presupuesto participativo.
Indicó que estas mecánicas de trabajo en conjunto seguirán con la nueva rectora general, basada en el respeto, diálogo y trabajo sostenido y conjunto, y dijo “Rectora Karla Planter, será un honor hacer equipo contigo”, y adelantó que hay una propuesta para construir un nuevo hospital civil en conjunto con la UdeG en Puerto Vallarta.
“Tenemos un acuerdo con la Rectora General Karla Planter para crecer un modelo que es ejemplo a nivel mundial: los hospitales-escuela, es decir, los hospitales civiles; y el siguiente hospital civil del que estamos proponiendo su construcción es al interior del Centro Universitario de la Costa”, externó.
Dijo también que se están analizando las condiciones para aumentar la infraestructura de la Preparatoria 5, con lo que se beneficiará a miles de estudiantes de Guadalajara y Tlaquepaque, y se trabajará en la construcción de nuevas áreas en el Centro Universitario de Guadalajara (CUGDL) para que conecte con el Parque Alcalde.
Además, adelantó que, independientemente del presupuesto constitucional, el gobierno de Jalisco continuará apoyando los proyectos culturales de la UdeG como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y el Festival para Niñas y Niños Papirolas.
“Lo hago convencido, plenamente convencido de que apoyar a las actividades culturales creadas por la UdeG nos van a ayudar a recuperar la paz social; pero lo hago también por el convencimiento de honrar el legado de un gran ser humano, Raúl Padilla”, precisó.
El gobernador, no podía dejar pasar por alto, el tema de las desapariciones, en el contexto del hallazgo del rancho de Teuchitlán, el gobernador anunció que ha dado la orden ejecutiva para que en los eventos patrocinados por el gobierno del estado no se puedan presentar ni cantantes, ni grupos con antecedentes de apología del delito.
El escenario, dominado por la luna, el negro y la palabra, era un reflejo del momento histórico que se vivía. No había fuegos artificiales, ni gestos grandilocuentes. Sólo dignidad. Sólo fuerza.
Karla Planter cerró con una frase que se clavó en el corazón del auditorio, cuando dijo “es tiempo de que la Universidad de Guadalajara siga siendo faro, pero también sea puente. Es tiempo de caminar con paso firme, con el corazón abierto y con la mirada puesta en el porvenir».
Al terminar, se acercaron a felicitarla decenas de académicos, políticos, estudiantes y trabajadores universitarios. Las batucadas, que al inicio rompían el silencio con alegría, ahora parecían ecos de una revolución pacífica, que anunciaban el nacimiento de una nueva etapa. Ya no eran sólo tambores se fusionaron con los latidos.
