ENTREVISTAS
Iniciativa del diputado Sergio Martín Castellanos: En Jalisco buscan blindar charrería, cabalgatas y caballos bailadores
Por Francisco Junco //
Hay cosas que no se explican, se sienten. Como el olor a tierra mojada antes de la lluvia, como el primer relincho que rompe el silencio del amanecer. No importa cuántas pantallas nos rodeen ni cuántos algoritmos nos digan qué mirar: hay tradiciones que cabalgan por encima de cualquier tendencia. Una de ellas, viva y retumbante, es la charrería.
Y en Jalisco, donde las raíces no se disimulan, el diputado Sergio Martín, de la fracción del Partido del Trabajo (PT). en el Congreso del Estado, propuso que la charrería, la cabalgata y la tradición ecuestre en su conjunto sean reconocidas como Patrimonio Cultural del Estado.
“Hoy venimos con una iniciativa que estamos presentando, para reformar, el artículo 8 de la Ley de Patrimonio Cultural e incluir a la charrería, las cabalgatas y la tradición de los caballos como un bien de valor que debe ser sujeto de protección, promoción y reconocimiento por parte del estado, señaló el diputado en la tribuna legislativa el viernes pasado”.
Y es que, a decir del legislador, no estamos hablando de una ocurrencia de agenda, sino de una agenda de justicia. De darle su lugar a una tradición que no es adorno ni postal, sino forma de vida.
Porque el caballo no es un accesorio en esta historia. Es protagonista. Es maestro silencioso, compañero leal, espejo de quien lo monta. En cada cabalgata hay historia, hay familia, hay comunidad. Es un desfile de raíces, de generaciones que se saludan con la mirada, sin decir palabra, como se saludan los que saben que comparten el mismo código de honor.
“Queremos platicarles que en diferentes estados de nuestro gran México, se está imponiendo una ley sobre la charrería, sobre las cabalgatas, sobre los caballos verdes. Jalisco es el representante y el ícono nacional de las actividades que hacemos en nuestro país”, justificó el legislador y acotó que en Jalisco se tiene que blindar la tradición más importante y representativa de México.
La iniciativa del diputado petista, debe estar empatada, con lo que ya dijo la UNESCO en 2016, que la charrería es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Y es que defender la charrería no es romantizar el pasado, es comprometerse con el futuro. Con un futuro que entienda que el orgullo no se hereda en discursos sino en vivencias. Que un niño aprenda a montar antes que a posar. Que una joven sienta el peso del sombrero no como adorno, sino como símbolo de dignidad.
Además, de que alrededor de los caballos en Jalisco, se genera una gran industria, donde hay veterinarios, los talabarteros, y muchas otras actividades “y que es una industria que fortalece la economía de los mexicanos”, acotó el diputado que presentó la iniciativa.
Y es que, el legislador, apuntó que la charrería enseña respeto. A la tierra, al animal, al tiempo del otro. Enseña a ganar sin pisotear, a perder sin agachar la cabeza. Y eso, hoy más que nunca, necesitamos volverlo ley.
No se trata sólo de proteger una práctica. Se trata de reconocer una forma de ser mexicanos que no cabe en pantallas. Que se vive con polvo en los labios y sol en la espalda. Que tiene olor a cuero, sonido de espuelas y ritmo de copla.
Aprovechó el micrófono de la tribuna para recordar un evento de charrería e invitar a todos los diputados de las diferentes fracciones partidarias a que se sumen a la cabalgata más grande de la entidad, en el mes de octubre, donde convergen más de 5 mil caballos
“Pero ¿por qué venimos a pedirles que nos apoyen? Simplemente porque somos Jalisco y Jalisco está hecho aparte de lo que es todo México. Hoy la charrería tiene nuevas disciplinas, esas nuevas disciplinas salieron del campo, salieron de los que los hacendados y los agricultores hacían en su territorio y que se volvió el deporte nacional”, agregó.
“El ícono que hoy debemos proteger y yo les pido a todos ustedes (diputados) que lo hagamos, porque es nuestra identidad, es nuestra manera de poder seguir cabalgando por un mejor Jalisco”, convocó.
La propuesta de ley es una señal. Pero también es un reto para hacer que esa protección no se quede en el papel. Que llegue al campo, al lienzo, al rancho, al corazón de quienes aún creen que México se construye desde sus tradiciones, no pese a ellas.
“Hoy por hoy en Jalisco tenemos más de mil 500 caballos arrendados, en Tlajomulco que es la capital de los caballos bailadores y la zona sur de Jalisco. En la zona norte más de 800 caballos arrendando para la charrería”, dijo, porque si algo nos ha enseñado la charrería, es que lo verdadero no se improvisa. Se entrena. Se cuida. Se honra.
Y si alguien duda, subrayó en la tribuna el legislador, que se suba a un caballo. Que intente enlazar, trotar, resistir. Que escuche cómo respira un animal que no finge. Y entonces, solo entonces, entenderá por qué hay cosas que no se deben perder.
“Hay una derrama económica con los arrendadores y la gente del campo. Yo no veo ninguna fiesta patronal, en ningún municipio, sin que le encabecen los caballos, las cabalgatas, los toros de reparo y que además son tradiciones muy nuestras”, resaltó en su mensaje ante los diputados.
Y agregó que puede haber quien vaya en contra de ellas, “porque ni siquiera se ha subido a un caballo, hay quien va en contra de ellas, porque no tiene animales y nosotros, que somos gente, que venimos del campo, sabemos lo que nos duele y lo que queremos a nuestros animales”.
El diputado Sergio Martín presentó una iniciativa para que en la Ley de Patrimonio Cultural se incluya a la «Charrería, las cabalgatas y la tradición de los caballos bailadores» y con ello se estaría protegiendo estas tradiciones que le dan identidad cultural a Jalisco.
“Quiero pedirles y los invito a defender el corazón de México porque somos el corazón de México. Nuestra identidad nadie nos la puede quitar, el mariachi y las bandas han hecho que seamos un ícono y que nuestros arrendadores generan”, señaló.
“Hace más de 30 años se formó la asociación de caballos bailadores en México y hoy por hoy ese reglamento califican caballos en Estados Unidos y en Sudamérica”, presumió y acotó que la industria del caballo bailador ha logrado importar caballos a cualquier parte del mundo.
