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MUNDO

La batalla por la autonomía financiera: Alternativas al SWIFT en un mundo en desdolarización

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

(Parte 1) En las últimas décadas, el sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) ha sido la columna vertebral de las transacciones financieras globales, facilitando el flujo de más de 40 millones de mensajes diarios entre bancos en 200 países. Sin embargo, su dominio —y el del dólar estadounidense que lo sustenta— está siendo desafiado por una ola de iniciativas que buscan reducir la dependencia de Estados Unidos y reconfigurar el orden económico internacional.

Desde proyectos tecnológicos como mBridge hasta alianzas geopolíticas como las impulsadas por los BRICS, el mundo asiste a una carrera por crear infraestructuras financieras alternativas que reflejen un nuevo equilibrio de poder.

La caída del poderío del imperio económico de los Estados Unidos, mantenido principalmente por el dólar como moneda de reserva y comercio internacional, está llegando a su fin, sobre todo en el contexto de fuertes agresiones comerciales iniciadas el 20 de enero del 2025, día en que Donald Trump asumió la presidencia de aquel país por segunda ocasión, con el supuesto objetivo de “hacer grande a América otra vez” (MAGA), el tema y lema de la campaña que lo llevó a la Casa Blanca en las elecciones de 2024. A partir de ese mismo momento, el ahora presidente estadounidense, comenzó una carrera para intentar mantener a flote la economía de su país, a través de una fuerte estrategia de intimidación para lograr negociar lo que a su parecer es mejor para Estados Unidos.

EL SWIFT Y SU PAPEL EN LA HEGEMONÍA DEL DÓLAR

Fundado en 1973, 239 bancos de 15 países crearon la red SWIFT (siglas de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), con el objetivo de hacerlos más rápidos, fáciles y seguros. Casi medio siglo después, SWIFT conecta a más de 11.000 entidades financieras y más de 200 países y territorios entre sí, que han logrado estandarizar el proceso para que se complete en plazos de entre 24 y 48 horas; no es un sistema de pagos en sí mismo, sino una red de mensajería que estandariza las órdenes de transferencia entre instituciones financieras. Su relevancia radica en que el 90% de las transacciones internacionales se liquidan en dólares, lo que otorga a Estados Unidos un poder de vigilancia y sanción sin precedentes.

Como señaló la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en 2023: «Debemos comerciar en nuestras monedas y crear canales de pago distintos a esta red controlada por Occidente».

El sistema se basa en el intercambio rápido y seguro de información sobre las transacciones financieras (ya sean pagos, avales, garantías, información de cuentas…) que tienen lugar entre entidades de distintas áreas globales. Cada entidad cuenta con un código único compuesto por una serie de entre 8 y 11 dígitos, que identifican la entidad, el país al que pertenece y la localidad en la que se encuentra su sede central. Es el código SWIFT, también conocido como BIC (por las siglas en inglés de Código de Identificación Bancaria).

Para el intercambio de esta información cuenta con SWIFTNet, una plataforma de mensajería que facilita estas comunicaciones y aloja cuatro servicios: FIN, el servicio de mensajería más antiguo, permite intercambiar mensajes individuales en formatos estándar ampliamente aceptados por toda la comunidad financiera; InterAct permite, además, intercambiar mensajes en formatos privados y es más flexible; FileAct facilita la transferencia de archivos, por ejemplo, el envío de grandes lotes de pagos internacionales; y WebAccess habilita para sus miembros la navegación segura por las páginas web financieras. (bbva.com)

Este monopolio se ha convertido en un arma geopolítica. En 2022, la exclusión de bancos rusos de SWIFT tras la invasión a Ucrania aceleró la búsqueda de alternativas. Rusia, China y otros países perciben ahora la urgencia de construir sistemas que eviten lo que el senador estadounidense Marco Rubio llamó «el poder de estrangular economías enteras».

MBRIDGE: LA APUESTA ASIÁTICA POR LAS CBDCs

Uno de los proyectos más avanzados es mBridge, una plataforma de pagos transfronterizos basada en monedas digitales de bancos centrales (CBDC). Desarrollado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) junto a China, Hong Kong, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y, recientemente, Arabia Saudita, mBridge utiliza tecnología de ledger distribuido para eliminar intermediarios y reducir costos. En pruebas realizadas en 2024, una transacción entre Abu Dabi y Beijing se completó en solo 10 segundos, frente a los días que puede tomar el sistema tradicional.

Según Josh Lipsky del Atlantic Council, mBridge «podría redefinir cómo se liquidan las materias primas, especialmente el petróleo, sin depender del dólar». Este proyecto no solo tecnifica las transacciones, sino que simboliza un cambio estratégico: países como Arabia Saudita, históricamente aliados de EE.UU., ahora exploran vías para comerciar petróleo en yuanes o CBDCs, erosionando el pacto del petrodólar establecido en 1974.

El proyecto mBridge alcanzó la etapa de producto mínimo viable (MVP) a mediados de 2024. El proyecto buscaba explorar una plataforma de moneda digital multibanco central (CBDC) compartida entre los bancos centrales y comerciales participantes, basada en tecnología de registro distribuido (DLT) para permitir pagos y liquidaciones transfronterizas instantáneas.

El Proyecto mBridge fue el resultado de una amplia colaboración iniciada en 2021 entre el Centro de Innovación del BPI (Banco de Pagos Internacionales), el Banco de Tailandia, el Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos, el Instituto de Moneda Digital del Banco Popular de China y la Autoridad Monetaria de Hong Kong. El Banco Central Saudí se unió en 2024.

El proyecto tuvo como objetivo abordar algunas de las principales ineficiencias en los pagos transfronterizos, como los altos costos, la baja velocidad y las complejidades operativas. También abordó las preocupaciones sobre la inclusión financiera, especialmente en jurisdicciones donde la banca corresponsal (que conecta a los países con el sistema financiero global) ha estado en declive, lo que ha generado costos y retrasos adicionales.

Los acuerdos multi-CBDC que conectan diferentes jurisdicciones en una única infraestructura técnica común ofrecen un gran potencial para mejorar el sistema actual y permitir que los pagos transfronterizos sean inmediatos, económicos y universalmente accesibles con liquidación final.

Se creó una plataforma basada en una nueva cadena de bloques, mBridge Ledger, para facilitar pagos transfronterizos y transacciones de divisas entre pares en tiempo real. En 2022, se llevó a cabo un piloto con transacciones de valor real. El equipo del proyecto mBridge exploró posteriormente si la plataforma prototipo podía evolucionar hasta convertirse en un MVP.

Para lograrlo, los cuatro bancos centrales y autoridades monetarias participantes fundadores desplegaron un nodo de validación, mientras que los bancos comerciales realizaron más transacciones de valor real en preparación para el lanzamiento del MVP. Paralelamente, el comité directivo del proyecto creó un marco legal y de gobernanza a medida, que incluye un reglamento, adaptado a la naturaleza descentralizada única de la plataforma.

La plataforma MVP está habilitada para realizar transacciones de valor real (sujeta a la preparación jurisdiccional) y también es compatible con la Máquina Virtual de Ethereum -la criptomoneda. Esto le permitió servir como banco de pruebas para soluciones tecnológicas complementarias, nuevos casos de uso y la interoperabilidad con otras plataformas. El BPI anunció en octubre de 2024 que cedería el proyecto a los socios. (bis.org)

continuará…

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