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JALISCO

La detención del alcalde de Teuchitlán

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Hasta dónde llegará la Fiscalía General de la República en las acciones de denuncias y detenciones por el caso del campo de reclutamiento y entrenamiento del Rancho Izaguirre de Teuchitlán?

¿Quién seguirá después de la detención del presidente municipal de Teuchitlán, José Ascención Murguía Santiago?

¿Llegará a ex funcionarios de la Fiscalía de Jalisco? ¿Alcanzará algún funcionario importante de la administración alfarista? ¿Citarán al ex gobernador Enrique Alfaro?

Tal vez todo quede en la detención del alcalde de Teuchitlán. La hebra suele romperse por lo más delgado.

EL INFORME DE GERTZ MANERO

El informe del 29 de abril de Alejandro Gertz Manero sobre el Rancho Izaguirre en Teuchitlán parece un intento de la Fiscalía General de la República (FGR) por apagar un incendio que no deja de arder. Según el fiscal, no hay pruebas de que este lugar fuera un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Gertz Manero fue categórico en su posición: «no hay una sola prueba que acredite» que el rancho Izaguirre, localizado por madres buscadoras en Teuchitlán, Jalisco, era un sitio de cremación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

«Tenemos ya totalmente probado que ese era un centro de reclutamiento, adiestramiento y operación del Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto está aprobado por confesionales testimoniales documentales», aseguró en conferencia de prensa.

Al dar a conocer avances del caso en la sede de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), Gertz Manero aseguró que en el inmueble localizaron una pequeña vasija, con fragmentos muy pequeños de huesos de una antigüedad importante.

Y en contra partida tenemos la posición firme del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que acusan al fiscal general de la república de “querer matar la verdad al negar la existencia de crematorios clandestinos y restos humanos calcinados en el rancho de Teuchitlán.

Y le recriminan que el fiscal desacredita su labor sin haber visitado el sitio, llamándolas “mentirosas” y causando revictimización institucional.

El colectivo afirma que existen pruebas contundentes en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), donde se registran lotes de 17 restos óseos humanos recuperados del Rancho Izaguirre, que incluyen fragmentos de cráneos, fémur, cadera, falanges y piezas dentales, lo que consideran evidencia irrefutable que contradice la versión de Gertz Manero que únicamente encontró una vasija con restos antiguos.

Otro argumento que presentan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco es el hallazgo de 400 prendas de vestir y otros indicios, como imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea que muestran concentraciones elevadas de ceniza y columnas de humo negro que son incompatibles con simples fogatas.

UN FISCAL CON ESCASA CREDIBILIDAD

Habrá que revisar lo que señalan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, si esos 17 restos óseos humanos, que respuesta tiene la Fiscalía General de la República, así como de las 400 prendas de vestir.

La divergencia está entre las dos posiciones: era un campo de exterminio o un campo de reclutamiento y entrenamiento del crimen organizado. La Fiscalía sostiene que “no existe elemento alguno” que sustente que se tratara de un campo de cremación.

Gertz Manero explicó que los peritos de la Fiscalía analizaron tierra, piedras y materiales de construcción en las áreas donde se sospechaba actividad de cremación, sin hallar niveles de calentamiento superiores a 200°C. Ante las dudas sobre esta afirmación, la FGR solicitó a la UNAM un análisis de las pruebas recolectadas. El dictamen de la universidad confirmó que no se registraron temperaturas suficientes para incinerar cuerpos, descartando así la existencia de crematorios en el Rancho Izaguirre.

LA NARRATIVA DEL MONTAJE

La versión del montaje sobre el Rancho Izaguirre, que sugiere que las acusaciones de ser un «campo de exterminio» con hornos crematorios son exageradas o fabricadas, se sustenta en varios elementos según las investigaciones oficiales y declaraciones de autoridades, aunque estas han sido fuertemente cuestionadas por colectivos y activistas.

Recordemos que la Guardia Nacional intervino el rancho en septiembre de 2024, deteniendo a 10 personas, rescatando a dos secuestrados y encontrando un cadáver. Sin embargo, en esa primera inspección no se reportaron fosas masivas ni crematorios, lo que las autoridades usan para argumentar que los hallazgos posteriores de colectivos como Guerreros Buscadores podrían estar sobredimensionados o mal interpretados.
La Fiscalía de Jalisco, en un informe inicial, también descartó la existencia de estructuras que funcionaran como hornos crematorios, aunque confirmó el hallazgo de restos óseos calcinados, ropa, zapatos y áreas de adiestramiento táctico. Esto apoya la idea de que el rancho era un centro de entrenamiento, no un lugar de exterminio masivo, según la narrativa oficial.

La versión del montaje se basa principalmente en la narrativa oficial de la FGR y la Fiscalía de Jalisco, que minimizan los hallazgos y niegan la existencia de crematorios, enfocándose en el uso del rancho como centro de adiestramiento. Sin embargo, las pruebas presentadas por los colectivos, la alteración de la escena y el contexto de impunidad en la región sugieren que esta narrativa podría ser un intento de encubrir la magnitud del horror. La falta de transparencia y las contradicciones entre las autoridades y los buscadores alimentan la desconfianza, dejando más preguntas que respuestas sobre lo que realmente ocurrió en el Rancho Izaguirre.

Podemos anticipar que la credibilidad la tiene el colectivo Guerreros Buscadores, en cambio Gertz Manero tiene una imagen altamente deteriorada, propiciado por los escándalos en los que se ha visto involucrado, tiene una imagen muy deteriorada.

EL FONDO DE LA TRAGEDIA

Más allá de la disputa, el problema de fondo sigue sin resolverse: las desapariciones en Jalisco y México no se detienen. ¿Cuántos campos como el Rancho Izaguirre existen? ¿Cómo se engancha a los jóvenes en las redes del crimen? La “verdad histórica” de Gertz Manero no responde a estas preguntas, ni frena el dolor de miles de familias. Mientras las autoridades minimizan los horrores, las madres buscadoras, con su valentía, nos recuerdan que la justicia sigue siendo una deuda histórica. ¿Hasta cuándo seguiremos sin tocar fondo?

 

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