ENTREVISTAS
Arturo Ramón Tamayo Salazar, candidato a magistrado administrativo del distrito 2: «Los expedientes tienen rostro»
Por Francisco Junco //
Arturo Ramón Tamayo Salazar, candidato a magistrado administrativo del distrito judicial 2 en Jalisco, no ve los expedientes judiciales como meros documentos. Para él, cada carpeta representa una vida, una historia, una necesidad humana. “Un expediente no es un papel. Es una persona, su patrimonio, sus problemas”, afirmó con énfasis en entrevista con Conciencia Pública.
Con 23 años de trayectoria en el Poder Judicial de la Federación, Tamayo se postula en las elecciones judiciales de 2025 con una visión clara: humanizar la justicia, acercarla a la ciudadanía y fortalecer la confianza en el sistema. Su campaña, enmarcada en la reforma judicial de 2024, combina experiencia técnica con un compromiso profundo por el servicio público.
Una justicia con rostro humano
Para Tamayo, la justicia no puede ser un trámite frío. “Si entendemos que estamos juzgando la vida de alguien, no podemos fallar de manera indiferente”, sentencia. Cada expediente que analiza lleva el peso de una madre buscando medicamentos, un empresario defendiendo su negocio o una familia enfrentando un despojo.
Esta perspectiva define su enfoque como servidor judicial: resolver no solo con base en la ley, sino con empatía. “No redactamos párrafos legales; respondemos a dolores reales”, asegura. Su candidatura busca que la justicia administrativa, encargada de revisar actos de autoridad, sea un puente hacia soluciones justas, no una barrera de tecnicismos.
Tamayo insiste en que los jueces deben actuar con sensibilidad. “El expediente no es un documento, es una persona”, reitera, subrayando la necesidad de un “chip” humanista en la impartición de justicia. Esta filosofía, que combina rigor técnico con cercanía, es el eje de su propuesta para el distrito 2, que abarca 35 municipios de Jalisco, desde el oriente de Guadalajara hasta Los Altos. Su objetivo es claro: transformar la percepción de la justicia como algo lejano y abstracto, haciéndola tangible y accesible para todos.
La reforma judicial: Retos y aprendizajes
La reforma judicial de 2024, que permite a los ciudadanos elegir jueces y magistrados el 1 de junio de 2025, ha obligado a Tamayo a salir de los tribunales y recorrer las calles. “Antes traíamos un chip de no estar tan cercanos”, reconoce, pero la campaña le ha enseñado el valor de la cercanía.
Los ciudadanos le piden agua potable o alumbrado, confundiendo su rol con el de un político tradicional. Él aclara pacientemente: “Mi labor es proteger sus derechos frente a abusos de autoridad”. Esta interacción directa ha sido reveladora: “Es satisfactorio que te abran las puertas, que la ciudadanía diga: ‘Por fin conoceré a quien me imparte justicia’”.
Sin embargo, Tamayo advierte riesgos en la elección popular. “La ciudadanía a veces piensa: ‘Voté por ti, mi caso debe resolverse a mi favor’”, explica, enfatizando que “la justicia no funciona así”. La ley, insiste, es su único mandato.
Frente a la percepción de corrupción en el Poder Judicial, aclara que muchos confunden a los jueces con fiscales o policías. “El juez solo analiza las pruebas aportadas. Si no son idóneas, no puede decidir de otra forma”, puntualiza. La elección popular, confía, hará la justicia “más cercana, más humana”, fortaleciendo la confianza en la institución.
Propuestas para una justicia transparente y accesible
Como candidato, Tamayo propone tres ejes para su gestión. Primero, simplificar el lenguaje de las sentencias para que sean comprensibles, eliminando tecnicismos que alejan a los ciudadanos. Segundo, promover la capacitación continua de jueces y personal judicial, adaptándose a la evolución del derecho. “La preparación técnica es clave para una justicia eficiente”, sostiene. Tercero, garantizar la independencia judicial mediante total transparencia y auditorías públicas, protegiendo a los magistrados de presiones políticas o económicas. “Nunca he cedido a intereses externos; mi compromiso es con la ley y la gente”, asegura.
Tamayo también aboga por abrir el Poder Judicial a nuevos perfiles con vocación de servicio, eliminando barreras institucionales. “Hay talento fuera del circuito judicial que puede enriquecer el sistema”, dice. Su visión incluye una justicia administrativa que resuelva con rapidez y equidad casos como clausuras injustas de negocios o negativas de servicios públicos, asegurando que los ciudadanos sientan al Estado como un aliado, no como un obstáculo.
Casos que marcan una vocación
Un caso que marcó su carrera fue la defensa del Bosque Los Colomos en Guadalajara, donde impugnaciones a acuerdos administrativos amenazaban con alterar su uso de suelo. “Analizar los derechos fundamentales y proteger esa zona privilegiada fue profundamente satisfactorio”, recuerda.
La sentencia, que priorizó el bien común y el derecho a un entorno sano, no solo resolvió un conflicto legal, sino que preservó un patrimonio ambiental. Otros casos, como restituciones laborales o la reapertura de negocios clausurados injustamente, le han mostrado el impacto humano de la justicia. “Ver la cara de las personas cuando reciben una sentencia favorable es lo que me motiva”, confiesa.
Un llamado a la confianza ciudadana
En la boleta del 1 de junio, los votantes del Distrito 2 encontrarán seis boletas de colores, con candidatas a la izquierda y candidatos a la derecha. Tamayo, quien no puede ser votado por sus familiares en Guadalajara (fuera de su distrito), invita a los ciudadanos a elegir con conciencia. “Voten por los mejores perfiles. Estoy seguro de que con mi trabajo saldremos vencedores”, dice confiado. Su campaña, que cubre desde Zapotlanejo hasta Lagos de Moreno, ha sido intensa, pero enriquecedora, llena de historias de injusticias que refuerzan su compromiso.
Tamayo no busca popularidad, sino cercanía. “No se trata de ser más conocido, sino más claro, más comprometido”, afirma. En estos meses de campaña, ha escuchado a ciudadanos desalojados sin motivo, familias sin acceso a medicamentos y pequeños negocios afectados por errores administrativos. “Ahí es donde entra la justicia administrativa, y ahí quiero estar”, subraya.
Su meta es que los ciudadanos no solo voten, sino que confíen en la justicia, en sus jueces y en su país. “Saldremos a la calle todas las veces necesarias para que la gente crea en nosotros”, concluye, con la convicción de quien ve en cada expediente un rostro y una esperanza.
¿QUIÉN ES ARTURO RAMÓN TAMAYO SALAZAR?
Arturo Tamayo, nacido en Guadalajara hace 43 años, es hijo de una trabajadora social viuda. Casado, con dos hijas universitarias, estudió Derecho en la Universidad de Guadalajara, obtuvo maestría y doctorado en la Universidad Panamericana (becado por la Suprema Corte) y un máster en Barcelona. Con 23 años en el Poder Judicial, desde chofer hasta secretario de tribunal en Nogales, Monterrey, Tepic y Zapopan, conoce a fondo el sistema. “La función judicial exige capacitación constante”, afirma. Su experiencia lo impulsa como candidato a magistrado, viendo en la elección popular una oportunidad para fortalecer la confianza ciudadana. “No me postulo por la reforma; he trabajado toda mi vida para un cargo como este”, precisa.
