NACIONALES
La elección del 1 de junio
Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Hay una controversia muy fuerte sobre si ir o no a votar el 1 de junio entrante. Los “a favor” traen ya —incluso– una lista con nombres a los que se debe dar el voto. Así como se lee: a quiénes se debe dar el voto. Y, además, por quienes NO se debe votar.
Esto es una flagrante violación a las leyes, pero lo están haciendo los simpatizantes de los candidatos morenistas no sin antes echar un choro mareador sobre la “histórica” participación del conglomerado para quitarle de las manos a los perversos de la historia (siempre hay que tener un stock de “malvados” para echarles la culpa de todo) a jueces y magistrados del Poder Judicial.
No solo los morenistas “de a pie” andan a marchas forzadas exhortando a la gente a votar. También se ha echado mano de opinólogos, youtubers, eruditos de kermés e informadores que bombardean los medios tradicionales y sociales con sus sesudos análisis y “contundentes” afirmaciones.
Las “coincidencias” que estos espontáneos promotores de la elección del 1 de junio tienen en sus vehementes decires es obvia: 1. Es mejor votar por “los malos” que no votar por nadie; 2. Votar es ““el único medio de cambiar las cosas”; no votar es admitir que ya no hay democracia en este país y, por último, pero no menos importante para los promotores del voto para elegir al nuevo Poder Judicial, es que si dejamos de votar “otros” lo harán por los abstencionistas. Un verdadero retruécano.
Lo que es indiscutible en estos embates en pro de la elección es que hay una “responsabilidad” social en estos comicios que favorecerá (ellos lo aseguran) a que la impunidad, la lentitud en la justicia y, sobre todo, la corrupción del Poder Judicial sea cosa del pasado a partir de la citada renovación y remoción del Poder Judicial Mexicano.
Detractores de la elección popular de jueces, principalmente opositores a la 4T, políticos, periodistas y líderes de redes sociales, usan sus plataformas para desmotivar a los ciudadanos.
Afirman que esta elección es una farsa. Dicen que en realidad los nuevos jueces y magistrados ya están designados y que la votación es solo una simulación para legitimarlos.
Que Morena ha “palomeado” ya a sus huestes de jueces y que solo esperan que llegue el 1 de junio para ratificarlos legalmente. Que “la gente” no debe convalidar esta manera de apoderarse de otro poder (ya tienen el Ejecutivo y el Legislativo) so pena de pasar de una democracia cuestionable a una dictadura descarada.
También que hay una desfachatez de parte de quienes han promovido esta elección porque “ellos saben perfectamente quiénes quedarán y en qué puestos”, dado que hay una maquinaria de selección que ha pasado por varias instancias de gobierno para dar el visto bueno a los futuros jueces y magistrados.
¿Es un acto democrático la elección del 1 de junio? Esto puede señalarse al respecto: Para fortalecer la democracia es muy necesaria la participación ciudadana. A veces a través del voto, de las consultas públicas y la participación en las iniciativas comunitarias.
La Educación Cívica fomenta el ejercicio de derechos y responsabilidades ciudadanas. La democracia requiere respeto a derechos humanos, libertad de expresión, transparencia, rendición de cuentas y un sistema legal equitativo para todos.
Para fortalecer cualquier democracia es menester motivar la participación ciudadana en la toma de decisiones, para lo que se recurre al debate, discusiones y acuerdos políticos.
Hay dos modelos de democracia: directa y representativa. Ambas, se afirma, promueven el desarrollo de una sociedad justa, próspera y equitativa. Ambas fomentan valores como la libertad, la equidad, la justicia, la tolerancia y el respeto a la diversidad.
Si no hay estabilidad económica, política y social, es muy posible que no haya, tampoco, democracia.
Las instancias internacionales señalan que no hay democracia sin instituciones sólidas, competencia multipartidista, elecciones libres, separación de poderes y con impunidad generalizada.
Cuando el poder ya no reside en el pueblo, no es para el pueblo y va en contra del pueblo, afecta a nuestra idiosincrasia, nuestras costumbres y valores: honradez, lealtad, honestidad, reciprocidad, solidaridad y civismo.
Que cada quién decida, con base en su conocimiento, su cultura, su información y su convicción, si habrá de participar o no en la próxima elección del 1 de junio.
