MUNDO
La inteligencia artificial
-Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez
La inteligencia artificial prolifera en el espacio virtual hasta el cansancio, con temas de cuento que parecen relatos de la realidad verdadera. Sabrá Dios con qué fin y quiénes distribuyan esas cápsulas donde personajes de la política, el periodismo y de la farándula tienen “revelaciones” o resucitaciones que dar a conocer a la gente.
Están bien construidas; tienen magníficos videos y las voces de los protagonistas semejan mucho a las de los personajes originales que las pronuncian, de ahí su verosimilitud.
Así, tenemos videos donde aparecen personalidades del periodismo norteamericano con “noticias” sobre Trump, diputados, senadores y jueces de ese país dando “primicias” o “noticias bomba” sobre el controvertido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
También aquí las enchiladas suizas llevan su crema. A últimas fechas, personajes como la presidente de la república, empresarios, artistas, diputados, senadores y demás fauna política, tienen sus videos elaborados con inteligencia artificial, en situaciones comprometedoras o con narrativas difíciles de creer, por muy bien hechos que estén dichos efectos creados con la inteligencia artificial.
La IA nació hace unos 70 años, realizando tareas simples. Hoy en día es capaz de llevar a cabo tareas por demás sofisticadas. Warren McCulloch y Alan Turing son considerados los pioneros o incluso padres de la hoy llamada inteligencia artificial.
En 1956, en la conferencia de Dartmouth (Colegio de Hanover, New Hampshire, EEUU) John McCarthy acuñó por vez primera el término inteligencia artificial. Los primeros “trabajos” encomendados a la IA fueron resolver problemas matemáticos y… jugar al ajedrez.
En la década de los años 70 creció bastante el uso de la IA. Se diseñaron prototipos y sistemas o lenguajes de programación; se experimentó con el razonamiento basado en reglas y con el simbolismo. Luego cayó en un letargo que terminó en los años 90.
A partir de nuevos experimentos se desarrollaron sistemas de aprendizaje automáticos, muy sofisticados, tales como las redes neuronales profundas. Se incrementó notablemente la capacidad de procesamiento y almacenamiento de datos y se comenzó a aplicar en áreas como el lenguaje natural, la robótica y la visión por computadora.
Se recuerdan hitos importantes de la IA como la victoria de Deep Blue (IBM) en ajedrez sobre el campeón mundial Gary Kasparov. En este siglo, la IA creció exponencialmente. Es la tecnología omnipresente en diversos sectores.
Su auge estriba, principalmente, en la simplificación de su uso, pues está al alcance de cualquier persona que tenga acceso a una computadora o teléfonos celulares “inteligentes”. El aprendizaje automático y profundo propició que la IA pueda reconocer imágenes, reproducir el lenguaje natural y la conducción autónoma.
La IA generativa tiene aplicación en campos como la educación, la automatización de tareas fabriles, así como el proceso automatizado de diseño e impresión en diferentes modalidades, creación de textos, de imágenes, de videos e incluso para clonar voces humanas.
La combinación de algoritmos y datos permite que las máquinas realicen tareas que conllevan inteligencia humana.
Una de tantas maneras de utilizar la IA es: Identificar el problema (definir con precisión qué se quiere resolver); Recopilar y preparar datos, puesto que éstos son el “alimento” principal de la IA; Seleccionar y entrenar algoritmos, eligiendo los de aprendizaje automático (Machine Learning) más adecuados para la solución del problema con el uso de las redes neuronales, inspirado en el funcionamiento del cerebro humano.
La materia prima de la IA son los datos. El aprendizaje automático permite a las máquinas aprender de los éstos sin que sean programados de manera explícita para las tareas a desarrollar.
La toma de decisiones de la IA se basa en los algoritmos, por ser la secuencia de instrucciones que guían a las máquinas en el procesamiento de los datos. No hay campo de la actividad humana en el que la inteligencia artificial no pueda actuar.
Su utilidad dependerá de la manera de efectuar el “prompt” para instruir (pregunta directa, solicitud, orden o instrucción) a las máquinas para que genere un resultado específico. El prompt bien formulado dará la precisión del resultado requerido. Pueden variar en complejidad y formato: desde una frase muy simple hasta instrucciones más elaboradas que incluyen estilo, formato y contexto deseado.
Según las necesidades de cada uno, las IA se encuentran en el ciberespacio con versiones gratuitas o de pago. Una de las más populares es el Chat GPT con diversas modalidades de uso.
Para clonar la voz humana se usan: fish//audio//es; para generar música (canciones, melodías) se utilizan suno.com; song.do; studio moises.ai; vocalrmover.org y ttsmaker,com.
La próxima vez que usted escuche y vea una celebridad fallecida hablando como si estuviera vivo, no lo dude es con IA; si usted pone atención a las generalidades y datos vagos que se emplean en las “noticias bomba” dichas por personajes de la política o el periodismo, sabrá que la IA está generando ese video.
Y si usted desea incursionar en el mundo de la inteligencia artificial para experimentar todas las tareas que se pueden efectuar en diferentes y variados campos de las actividades humanas, en esta liga encontrará miles de ellas: https://theresanaiforthat.com/
Parafraseando un concepto educativo: “No hay tontos para utilizar la IA; hay inteligencias artificiales que hasta los tontos pueden utilizar”.
