ENTREVISTAS
Un sistema colapsado que amenaza a Guadalajara: El SIAPA debe ser sometido a una reingeniería integral
-Por Gabriel Ibarra Bourjac
¿Debe desaparecer el SIAPA? – le preguntó a José Plascencia Casillas, expresidente de la Sociedad Mexicana de Ingenieros. “Es rescatable, pero requiere un cambio total”, responde.
“Se requiere una reingeniería de fondo con un plan integral, porque de lo contrario, solo prolongamos la agonía del SIAPA. Es hora de actuar con responsabilidad para proteger a los seis millones de habitantes de la Zona Metropolitana”, asienta.
“Se debe revisar el número de empleados, sus funciones y sueldos, y contratar personal técnico y financiero capacitado”, añade.
¿Rescatar o desaparecer el SIAPA?
Ante las voces que piden la desaparición del SIAPA, Plascencia apuesta por una reingeniería integral, pero reconoce que falta voluntad política y apunta que los presidentes municipales de la Zona Metropolitana tienen una gran responsabilidad que han abandonado y han dejado al organismo en manos del Ejecutivo del Estado. Es hora de actuar con sentido de responsabilidad
Criticó que el SIAPA se haya convertido en una “agencia de colocación” para favores políticos, con directivos sin experiencia técnica, como ocurrió en administraciones pasadas.
La transparencia es otro desafío. “No sabemos cuánto debe el SIAPA, cuánto se destina a nómina o a químicos para el tratamiento del agua”, señaló Plascencia. La información disponible en la página del SIAPA es insuficiente y poco clara, lo que alimenta la desconfianza ciudadana.
Además, propuestas populistas como bajar tarifas no resuelven el problema, ya que el organismo depende principalmente de los pagos de los usuarios, no de impuestos.
El Ing. José Plascencia, experto en infraestructura hidráulica con años de experiencia trabajando con el SIAPA como contratista, ofreció un diagnóstico crudo sobre la situación, señalando la obsolescencia de la infraestructura, la falta de mantenimiento y la politización como las principales causas de un colapso que se refleja en agua contaminada, fugas constantes y tragedias por inundaciones.
Un llamado a la acción
Plascencia estima que rescatar el SIAPA tomaría tres años con voluntad política y un enfoque técnico. “No se trata de buenas intenciones, sino de un plan con metas claras”, insistió. La crisis no solo afecta la calidad del agua, sino la seguridad de la ciudad, como lo demuestran las inundaciones.
La solución requiere un organismo ciudadano, libre de politización, con expertos en ingeniería, finanzas y administración.
Soluciones a corto y largo plazo
Para abordar la crisis, Plascencia Casillas propone acciones a corto y largo plazo. A corto plazo, se deben atender emergencias como las inundaciones en zonas como Plaza del Sol, implementando sistemas de retención de agua similares a los de Parque San Rafael.
A largo plazo, urge un plan maestro, como el PROMIAR, que priorice colectores profundos y drenajes para desalojar el agua hacia barrancas. “No basta con obras aisladas; necesitamos un plan integral”, insistió.
El ingeniero también llamó a los alcaldes a asumir su responsabilidad conforme al artículo 115 constitucional, en lugar de delegar todo al Ejecutivo estatal. “El SIAPA no debe ser un tema político, sino técnico”, subrayó, abogando por foros con expertos que conozcan el sistema hidráulico de Jalisco para tomar decisiones informadas.
José Plascencia coincide con otros técnicos y especialistas en que hoy en el SIAPA se enfrenta la peor crisis de su historia, marcada por problemas financieros, técnicos y administrativos que comprometen el suministro de agua y la seguridad de los seis millones de habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Un organismo obeso y disfuncional
El SIAPA, creado en 1978 como un organismo técnico, se ha transformado en una entidad obesa y politizada. Según Plascencia, el problema administrativo radica en el exceso de personal no especializado, con cuadrillas ineficientes que tardan meses en realizar mantenimientos que antes se delegaban a empresas especializadas.
“El SIAPA pensó que internalizar el mantenimiento sería más barato, pero el sistema es obsoleto, con cuadrillas que no dan abasto”, explicó. Esta ineficiencia se traduce en socavones, redes colapsadas y un servicio deficiente que afecta a los usuarios.
El sindicato, con prestaciones “desorbitadas”, ejerce una presión adicional, comparable a lo que ocurrió con Luz y Fuerza del Centro, donde el crecimiento desmedido llevó a su disolución. “El SIAPA tiene mucha gente, pero está desaprovechada, y el gasto corriente consume los recursos destinados al mantenimiento”, afirmó Plascencia.
Financieramente, el organismo arrastra deudas acumuladas durante años, agravadas por la falta de gestión para obtener recursos federales y la incapacidad de operar plantas de tratamiento, como la del Ahogado.
La mala calidad del agua
La calidad del agua es otro punto crítico. El lago de Chapala, principal fuente de abastecimiento, llega contaminado por desechos industriales, agrícolas y mineros provenientes del río Lerma y el canal de Atequiza. Aunque existen plantas de tratamiento, los municipios carecen de capacidad para operarlas, y el SIAPA no ha invertido en modernizarlas.
“El agua de Chapala está más contaminada, y las plantas no funcionan adecuadamente”, señaló Plascencia, destacando la falta de interés de los últimos gobiernos en abordar el problema.
Proyectos clave que pudieron haber transformado el sistema hidráulico de Jalisco, como la presa de Arcediano o el sistema de Zapotillo, se perdieron por conflictos políticos y errores estratégicos. “Con Arcediano, hubiéramos tenido un sistema de agua limpio y eficiente”, lamentó el ingeniero. La falta de visión a largo plazo y la politización de decisiones han dejado a Guadalajara con un acueducto disfuncional y pozos que se agotan, especialmente en el norte de la ciudad.
Infraestructura rebasada y tragedias evitables
La infraestructura hidráulica de Guadalajara está colapsada. El último colector importante, construido en 1974, no ha sido renovado, a pesar de que la población se ha duplicado. Esto ha resultado en inundaciones recurrentes, como las de este temporal, que han dejado siete muertos y un desaparecido.
“El SIAPA apaga fuegos diariamente, sin un plan de mantenimiento preventivo”, explicó Plascencia. Un ejemplo es el socavón en el Malecón, causado por tuberías de mala calidad, un problema recurrente que pone en riesgo vidas.
Las fugas, aunque no alcanzan el 30% como se dice, son un problema constante debido al envejecimiento de las redes y la falta de revisiones periódicas. El SIAPA cuenta con herramientas como cámaras y sistemas métricos para detectar fugas, pero no las utiliza eficientemente.
“Es necesario cambiar redes obsoletas y priorizar el mantenimiento, pero no hay una estrategia clara”, afirmó.
El papel del director actual
Sobre el actual director del SIAPA, Antonio Juárez Trueba y del secretario de Gestión Integral del Agua del Estado, Ernesto Marroquín, Plascencia Casillas reconoció que son funcionarios con experiencia en el sector hidráulico, pero pidió resultados concretos. “Necesitan gestionar recursos sin temor y comprometerse con metas medibles: mejorar la calidad del agua, reducir fugas y agilizar la atención ciudadana”, afirmó.
Sin un plan claro, los recursos, como los 9,000 millones de pesos mencionados por el gobernador Lemus, se pueden diluir sin impacto real, como ha sucedido con otras inversiones del pasado reciente.
En conclusión, señala José Plascencia Casillas, “la crisis del SIAPA es un reflejo de décadas de abandono, politización y falta de visión. Guadalajara merece un sistema hidráulico eficiente que garantice agua de calidad y prevenga tragedias. Urge una reingeniería que priorice la transparencia, la inversión en infraestructura y la contratación de personal calificado”.
Como advirtió Plascencia, “sin un plan integral, solo prolongamos la agonía del SIAPA”. Es hora de actuar con responsabilidad para proteger a los seis millones de habitantes de la zona metropolitana.
