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MUNDO

Fiesta en Roma: Juventud y fe, la esperanza de un mejor futuro

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-Política Global, por Jorge López Portillo Basave

Una gran fiesta de esperanza doble se vivió en Roma este fin de semana con ocasión de la celebración del “Jubileo de la Juventud”. ¿Por qué digo doble? Porque el ser joven es sinónimo de esperanza y optimismo consecuente, al tiempo que ser cristiano es causa de la gran esperanza en que alguien, además de acompañarnos día a día, nos espera con amor al final de nuestro peregrinaje por esta vida.

La verdad, esta semana hay varios temas interesantes: los asuntos migratorios en EUA, los acuerdos de Trump con el mundo comercial, los avances en ciencia para lograr llegar al planeta Marte y la nueva línea transcontinental de Estados Unidos que viajará de Nueva York a Los Ángeles a partir de mayo del 2025, pudiendo llevar mercancías de un lado al otro en tres días. Algo como ir de Tamaulipas a Salina Cruz, Oaxaca, ya que el recorrido es en diagonal de un lado al otro de ese país.

Pero, como se puede ver, preferí compartir con ustedes lo interesante de ese evento de jóvenes de todo el mundo que acuden a un encuentro no solo con sus pares, sino con Jesús. El joven nazareno que cambió al mundo. El evento se enmarcó en el año del “Jubileo de la Esperanza”. Como usted sabe, hay jubileos cíclicos, como lo indica la Biblia en el Levítico, y otros extraordinarios. Este año es un cíclico, pero el nombre es designado por el Papa meses antes de que se “abra” el año.

Así las cosas, el Papa Francisco designó el tema de este año desde el año 2024 y abrió las puertas de la Basílica de San Pedro el día 24 de diciembre del 2024, de ahí se fue el 25, 26 y 27 a abrir las puertas de las basílicas de San Juan de Letrán, que es su parroquia como Papa, a la de Santa María la Mayor y a la de San Pablo. Durante el año se realizarán eventos en Roma y en el mundo para fomentar el acercamiento de los fieles a la fe y el día 6 de enero del 2026 cerrará dicho ciclo en San Pedro.

Como usted sabe y seguro escuchó durante la semana en misa, los jubileos son cosa del Antiguo Testamento, siendo mandatados a Moisés por Dios. En la Iglesia Católica hay registros de los jubileos periódicos desde el año 1300.

Por lo regular eran cada 50 años, como es en la ley de Moisés, pero después la iglesia los aceleró a cada 25 años y así desde 1475 se han venido celebrando. Pero en realidad las comunicaciones y los papas más cercanos a la gente los han ido impulsando, como lo hizo el papa Juan Pablo II. No tengo duda de que el Papa León XIV hará lo propio.

En este sentido hay una cumbre mundial de jóvenes que se reunirán para el jubileo de la juventud, como lo harán sacerdotes, catequistas, cantantes y músicos, abogados, prisioneros, migrantes y muchos grupos más.

Pero el de la juventud tiene un color y carácter especial. Porque la juventud es una etapa tan especial que lo es todo a la vez. Así las cosas, se esperaban a 500 mil visitantes en Roma, pero la sorpresa es que ya se calculan un millón de visitantes.

Hay tres lugares donde serán las reuniones de los jóvenes de este evento, pero el lugar principal es el llamado Circus Maximus, ubicado entre las colinas del Palatino y el Aventino. Ese lugar fue sede de los primeros eventos de los que Roma tiene registro hace miles de años; de hecho, se dice que ahí fue donde Rómulo y Remo realizaron los festejos que terminaron en el rapto de las sabinas y la fundación de Roma.

Después fue, naturalmente, uno de los lugares icónicos para la muerte de miles de personas en los juegos y castigos romanos y finalmente se convirtió en un elefante blanco para lo que serían los Juegos Olímpicos que Roma quería para el 2009.

Hoy ese lugar es la sede de un templo gigante al aire libre que reunió a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo y que fue visitado de sorpresa el sábado por el Papa León XIV quien además ofició otra misa programada para el día domingo por la tarde.

En años recientes se ha visto que los jóvenes se alejan de las religiones, pero de manera interesante la generación Z parece estarse acercando al catolicismo. Un aumento importante de jóvenes en busca de algo que llene su vida parece haber encontrado en Cristo y en su Iglesia este camino.

Encuestas muestran que 35% de jóvenes se dicen interesados en la religión en comparación con un 20% el año 2023 y que un 50% de adultos dicen estar preocupados por la falta de fe en comparación con un 75% del 2023.

Encuestas muestran que 62% los jóvenes que piensan que la religión es parte importante de su vida, declaran también sentirse parte de una comunidad. En comparación, el 70% de los jóvenes que dicen no tener interés en la religión dicen que tampoco se sienten parte de una comunidad.

La generación Z no es de otro planeta, es como todos los demás. Busca palabras que se transformen en hechos y no en demagogia y, aunque a veces caemos en la palabrería, al final “por sus frutos los conoceremos”.

Espero poder ir a Roma antes de que cierre el jubileo, pero no es indispensable, ya que las diócesis de todo el mundo han designado 4 iglesias por cada diócesis para que los fieles puedan ir y gozar de los beneficios de la bula papal. Y aunque no he sido invitado a ninguno de los eventos jubilares, la verdad es que espero poder ir a ver, aunque sea de lejos, al nuevo Papa y, claro, a pedir por nuestras necesidades y esperanzas, como familia, como país y como comunidad. En una de esas logro ir antes del 6 de enero.

El COVID-19 causó un gran daño, pero más daño causó la forma en la que se manejó el sistema mundial de salud y de gobiernos. La economía siempre puede cambiar; la inseguridad, la corrupción, la salud, la enfermedad, la democracia o el autoritarismo ahí están vivos y sabe Dios cuándo pasarán, pero lo que es un hecho es que el ver a esos jóvenes felices conviviendo en torno a su fe es realmente emotivo y causa de alegría y esperanza.

En su mensaje final de la misa del domingo por la tarde, el Papa dijo a los jóvenes que ellos son la esperanza de que un futuro mejor sí es posible y la muestra de que las diferencias y conflictos se pueden resolver por la vía del diálogo y no de la violencia. Ojalá y nosotros también podamos escuchar ese mensaje desde este lado del mundo.

El evangelio del domingo nos habló de recordar que de nada sirve atesorar riquezas materiales y dinero en este mundo, porque no sabemos cuánto duremos. Es mejor atesorar en el cielo. Eso no quiere decir que no debamos trabajar, sino trabajar con un sentido.

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