JALISCO
Tlaquepaque late al ritmo del barro, el vidrio y la memoria: llega ENART 2025
-Por Francisco Junco
En cada pieza, una historia. En cada técnica, una herencia. En cada artesano, el eco vivo de los pueblos que no olvidan. Del 12 al 16 de agosto, San Pedro Tlaquepaque volverá a abrir sus puertas, y su corazón, para celebrar la edición 65 de ENART 2025, la Expo Nacional de Artesanías y Decoración, que reunirá en el Centro Cultural El Refugio a más de 150 expositores de todo México.
ENART No es sólo una feria, es el punto de encuentro entre tradición y modernidad, entre manos que tallan sueños y ojos que buscan sentido en lo hecho a mano.
Así lo entiende la presidenta municipal Laura Imelda Pérez Segura, quien no dudó en definir a ENART como “una oportunidad de oro para observar y admirar las creaciones de las manos mexicanas”, esas que no conocen de automatización, pero sí de alma, color y resistencia. “(Creaciones) hechas con técnicas diversas que reflejan nuestra riqueza cultural.”, agregó la primera edil en rueda de prensa, donde dieron a conocer la expo ENART.
Este 2025, ENART celebra no sólo su vigésima edición de verano, sino también su relevancia como un símbolo cultural y económico. “Es un espacio para el disfrute familiar y una importante plataforma de activación económica para Tlaquepaque”, subrayó la alcaldesa, al reconocer también el trabajo de la presidenta de CANACO Tlaquepaque, Angélica Aguayo Pérez, por tejer, con paciencia y visión, los hilos que hacen posible esta expo.
ENART es más que comercio, es un espejo donde México se mira. Lo confirma Angélica Aguayo al anunciar que más de tres mil visitantes recorrerán los estands llenos de barro cocido, vidrio soplado, papel maché, piel curtida, cera moldeada y joyas únicas: más de 20 técnicas artesanales vivas, procedentes de 14 estados del país y señaló que “desde hace 36 años, hemos apoyado a cerca de nueve mil artesanos. ENART es un impulso a su arte, a su dignidad y a su sustento”.
La proyección internacional también se consolida. Gabriela Jaramillo Gutiérrez, vicepresidenta de ENART, detalló que se espera la llegada de compradores de Estados Unidos, Canadá y América Latina. Y es que, no vienen sólo por productos, vienen a llevarse un pedazo del alma de México, finamente moldeado en arte utilitario y decorativo.
Además, como incentivo comercial, regresa el llamado “Pasaporte ENART”, donde por compras mayores a cinco mil pesos, los visitantes podrán participar en un sorteo de premios que celebran el espíritu de la feria y su vocación de arte con causa.
La expectativa económica no es menor. Se proyecta una derrama de 60 millones de pesos. Pero más allá de los números, está el valor simbólico, ENART convierte a Tlaquepaque en un santuario de la creación artesanal, donde el pasado y el presente conversan sin prisas, donde la tradición no es museo sino movimiento, y donde cada pieza vendida representa una historia que se lleva al mundo.
ENART no es una expo. Es un acto de fe en el arte popular mexicano. Y como todo acto de fe, se vive con los ojos abiertos, pero sobre todo, con el corazón dispuesto.
