NACIONALES
Rescatar la pensión del olvido: Urgencia para los adultos mayores
– Consejos para tu jubilación, por Arturo Pérez Díaz
En México, existe una preocupación creciente que corre el riesgo de pasar desapercibida: los fondos de pensión de miles de trabajadores en edad madura están en peligro de caer en el olvido, y con ello, en el terreno de la burocracia y la dificultad para ser recuperados.
Aunque legalmente el derechohabiente no puede perder su dinero, lo cierto es que los recursos que no registran movimiento en las cuentas individuales de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) están destinados a ser transferidos al Fondo de Pensiones para el Bienestar.
Esta disposición del dinero de los trabajadores, forma parte de una política con fines sociales encomiables, pero que, en los hechos, abre la puerta a un problema: cuando el ahorro para la vejez se olvida, rescatarlo se convierte en un proceso lento, desgastante y en muchos casos frustrante.
La urgencia radica en algo muy sencillo: el tiempo. Miles de mexicanos mayores de 60 años están a un paso de perder la disposición de su dinero, no porque la ley se los quite, sino porque la falta de información y la inactividad laboral los deja en la antesala del olvido administrativo.
EL RIESGO DEL OLVIDO Y EL PAPEL DEL FONDO DE PENSIONES PARA EL BIENESTAR
El Fondo de Pensiones para el Bienestar fue creado con un propósito loable: complementar las pensiones de aquellos trabajadores que reciben menos de 18 mil pesos mensuales, a fin de equiparar su ingreso a un promedio calculado por el IMSS como un estándar mínimo de retiro digno. En otras palabras, se trata de un mecanismo redistributivo que busca equilibrar las grandes desigualdades que persisten en el sistema de pensiones mexicano.
Sin embargo, el traslado de recursos inactivos hacia este fondo plantea preguntas importantes: ¿qué pasa con los adultos mayores que tienen ahorros olvidados en su Afore? ¿Qué ocurre con aquellas personas que dejaron de cotizar hace décadas, pero que aún conservan un capital acumulado en sus cuentas? La respuesta es brutal: esos millones de pesos de miles de mexicanos, se irán a una bolsa de reparto de dinero para trabajadores con bajas pensiones, pero recuperar ese dinero será un procedimiento complicado, burocrático y lento.
El trabajador en teoría, siempre tendrá protegido su derecho respecto del ahorro. Pero en la práctica, los trámites para reactivar semanas cotizadas, actualizar expedientes y demostrar derechos laborales se convierten en un laberinto que muchos adultos mayores, por falta de información o por cansancio, prefieren no recorrer.
EL RESCATE REAL: REACTIVACIÓN LABORAL Y ESTRATEGIA DE JUBILACIÓN
Frente a este escenario, surge una alternativa más eficaz: la reactivación laboral como vía para recuperar el control de la pensión. Trabajar un tiempo adicional bajo esquemas que permitan la cotización ante el IMSS no solo garantiza que el dinero en la Afore siga siendo del trabajador, sino que además abre la puerta para acceder a una jubilación formal.
Existen dos caminos clave en este terreno:
1. Modalidad 40 (continuación voluntaria en el régimen obligatorio): permite al trabajador seguir cotizando por su cuenta, con base en el último salario registrado, para incrementar semanas cotizadas y, sobre todo, el promedio salarial que determinará el monto final de la pensión. Es un mecanismo ideal para quienes ya tienen un número suficiente de semanas, pero buscan mejorar el monto mensual de su retiro.
2. Modalidad 10 (Incorporación Voluntaria al Régimen Obligatorio): Pensada para personas trabajadoras independientes (PTI), esta opción permite generar semanas de cotización. Resulta ser una puerta de entrada para adultos mayores que necesitan cumplir con el requisito mínimo de semanas cotizadas.
La estrategia es clara: evitar que el ahorro caiga en el olvido, activar acciones que vinculen nuevamente al trabajador con el IMSS y con su Afore.
EL RELOJ CORRE MÁS RÁPIDO DESPUÉS DE LOS 60 AÑOS
Si bien la Ley del Seguro Social permite jubilarse desde los 60 años por cesantía en edad avanzada y hasta los 65 años por vejez, la realidad es que muchas personas superan esa edad y han entrado en una zona crítica. A partir de esa edad, cada mes, sin movimiento laboral y sin actualización de derechos, aumenta el riesgo de que los ahorros terminen siendo “trasladados” a una tarea social.
Para los adultos mayores, particularmente aquellos que han vivido décadas fuera del sistema formal de empleo, la jubilación puede parecer un terreno lejano. Sin embargo, en la mayoría de los casos, aún es posible recuperar el control con una estrategia. Cotizar unos meses adicionales, incluso con un salario bajo, puede marcar la diferencia entre acceder a una pensión vitalicia o dejar el dinero atrapado a disposición de la burocracia.
LA FAMILIA: ALIADA EN EL RESCATE DE LA PENSIÓN
Un aspecto que no puede pasarse por alto es la necesidad de involucrar a la familia en este proceso. Muchos adultos mayores ignoran que dinero guardado en su Afore. Es común que los estados de cuenta se pierdan entre papeles olvidados o que, por falta de cultura financiera, el trabajador nunca haya dado seguimiento a su ahorro.
Aquí, hijos, sobrinos y nietos tienen un papel fundamental: acompañar a sus mayores en la revisión de su historial laboral, ayudarles a consultar en línea sus semanas cotizadas y, sobre todo, motivarlos a iniciar un proceso de recuperación de su dinero. Lo que para el adulto mayor puede ser un trámite complejo, pero para un familiar más joven puede ser una tarea sencilla.
Apoyar al papá, a la abuela o al tío mayor en este proceso no solo significa rescatar un derecho económico, sino también garantizarles una vejez con mayor seguridad y dignidad.
ENTRE LO SOCIAL Y LO INDIVIDUAL: EL RETO DE LAS PENSIONES EN MÉXICO
Nadie duda que el Fondo de Pensiones para el Bienestar cumple con un objetivo social importante: mejorar los ingresos de quienes menos tienen. Pero también es cierto que esta política no debe convertirse en un pretexto para que los trabajadores pierdan sus derechos individuales. Raro que la autoridad, no busque al trabajador y le exhorte a reactivarse antes de tomar su dinero, y hacer el bien con dinero ajeno.
Rescatar la pensión del olvido implica tres pasos:
1. Buscar asesoría y reconocer la urgencia: el dinero está en riesgo de ser transferido al Fondo de Bienestar.
2. Trazar una estrategia de reactivación laboral y jubilación: ya sea en modalidad 10 o 40.
3. Involucrar a la familia y buscar ayuda confiable: nadie debería enfrentar este proceso en soledad.
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Arturo Pérez Díaz, es periodista independiente, ha sido docente de Política, Opinión Pública y Mercadotecnia Política, así como asesor profesional de Comunicación Pública.
E-mail: amper61@hotmail.com
