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Pentágono revela el primer diseño del “Golden Dome”, escudo antimisiles de 175 mil millones de dólares
– Por Redacción Conciencia Pública
El Pentágono dio el primer paso formal hacia la construcción de un sistema de defensa antimisiles sin precedentes: el Golden Dome, un proyecto inspirado en el modelo israelí denominado Domo de Hierro pero concebido a escala macro.
La sesión informativa celebrada el 17 de septiembre marca el arranque oficial de la fase de diseño, en la que Estados Unidos busca blindarse frente a amenazas que van desde misiles balísticos intercontinentales hasta armas hipersónicas.
Durante la sesión informativa se presentó un diseño inicial de cuatro capas, tres en tierra y una en el espacio. La capa espacial estará enfocada en detección temprana a través de satélites, mientras que las terrestres combinarán interceptores de corto, medio y largo alcance. De manera preliminar se manejó la idea de 11 baterías de corto alcance distribuidas en puntos estratégicos de Estados Unidos, Alaska y Hawái.
El general Michael A. Guetlein fue nombrado responsable de la ejecución diaria del programa. Su tarea inmediata será entregar a mediados de noviembre un plan de implementación integral, que detalle cronogramas, tecnologías a integrar y proveedores. El general ya había informado al Congreso sobre la magnitud del proyecto y ahora se enfrenta al reto de coordinar la mayor inversión en defensa antimisiles de la historia reciente.
En paralelo, la Agencia de Defensa de Misiles (MDA) abrió la competencia para los contratos bajo el programa SHIELD, un marco de adquisiciones de hasta 151 mil millones de dólares a 10 años que permitirá seleccionar a los gigantes de la industria militar. Se espera la participación de empresas como Lockheed Martin, Northrop Grumman, Boeing y RTX, entre otras.
El Golden Dome ha generado entusiasmo, pero también críticas. La posibilidad de desplegar interceptores en el espacio recuerda a programas fallidos de la Guerra Fría y despierta dudas sobre costos, viabilidad técnica y consecuencias diplomáticas. Analistas advierten que colocar armas en órbita podría detonar tensiones internacionales y chocar con tratados vigentes sobre uso pacífico del espacio.
En materia presupuestal, la Casa Blanca estima una inversión inicial de 175 mil millones de dólares, aunque expertos independientes anticipan que el costo real será mucho mayor conforme avance el proyecto.
Los plazos tampoco están del todo claros: mientras se habla de hitos para 2025–2028, la magnitud tecnológica sugiere que el despliegue completo podría tardar más de una década.
Con el Golden Dome, Washington busca mandar un mensaje de supremacía estratégica en un contexto de crecientes tensiones globales. La apuesta es ambiciosa: construir un escudo nacional que combine radares, satélites, interceptores y posiblemente láseres de alta energía.
Si logra materializarse, marcaría un cambio radical en la arquitectura de defensa de Estados Unidos, pero si tropieza, podría convertirse en uno de los proyectos militares más costosos y controvertidos de la historia.
