JALISCO
Niños de Villa La Loma cosechan su propio huerto urbano
– Por Francisco Junco
La alegría de cortar jitomates, lechugas y pimientos se convirtió en una experiencia inolvidable para los niños de la Ludoteca Villa La Loma, quienes participaron en la actividad Cosecha tu huerto, organizada en el Centro de Recreación y Emprendimiento Social (CRES).
Más allá de la siembra, este ejercicio buscó enseñar la importancia de una alimentación saludable y fomentar la convivencia en familia. Acompañados por sus mamás, los pequeños aprendieron de primera mano el cuidado que requiere un huerto urbano y la satisfacción de cosechar lo que ellos mismos ayudaron a cultivar.
Bajo la guía de José Luis de Dios, de la Coordinación Alimentaria de DIF Zapopan, conocieron cómo elegir los productos más maduros y la manera adecuada de consumirlos.
“Se deben arrancar cuidadosamente los jitomates y pimientos más rojos, los más maduros; así como las lechugas más grandes, y enjuagarlos con agua limpia al consumirlos. Ya están regados y cuidados por nosotros mismos”, explicó el especialista, mientras los niños, entre risas y curiosidad, seguían sus instrucciones con cuidado y entusiasmo.
La experiencia no solo reforzó hábitos de alimentación nutritiva, también fortaleció los lazos familiares, pues madres e hijos trabajaron juntos en cada paso de la cosecha. El aprendizaje compartido se transformó en un momento de unión, en el que los pequeños comprendieron el valor de la naturaleza y del esfuerzo colectivo.
Actualmente, existen 43 huertos instalados en espacios comunitarios y educativos de Zapopan, como los Nidos, Centros de Atención Infantil Comunitarios (CAIC), Habilitecas, el propio CRES y escuelas públicas. En ellos se cultivan productos como pepino, calabacita, acelga, rábano, cilantro, cebolla, lechuga, pimiento y jitomate cherry, que se convierten en alimento y enseñanza al mismo tiempo.
El programa de huertos urbanos no solo busca mejorar la dieta de las familias, sino también despertar conciencia sobre la sostenibilidad y el respeto al medioambiente desde la infancia.
Cada semilla sembrada representa la oportunidad de aprender a valorar lo natural y a reconocer que una mejor alimentación es posible con pequeñas acciones comunitarias. Con actividades como esta, los infantes descubren que sembrar y cosechar no es solo una tarea agrícola, sino un acto de cuidado, de paciencia y de amor por la vida.
Al final de la jornada, la sonrisa de los pequeños al sostener en sus manos los jitomates y pimientos recién cortados fue la mejor evidencia de que la educación y la convivencia florecen igual que los huertos que ellos mismos ayudan a cultivar.
