JALISCO
Aprueban en Guadalajara ampliación presupuestal por 51.5 millones
– Por Francisco Junco
En una sesión cargada de contrastes, el Cabildo de Guadalajara aprobó una ampliación al Presupuesto de Egresos 2025 por 51.5 millones de pesos, provenientes de convenios con el Gobierno del Estado y de participaciones federales.
Aunque el dictamen fue aprobado por 14 regidores, 3 en contra y una abstención, el debate se extendió con fuertes acusaciones de desvíos, reclamos por prioridades de gasto y defensas encendidas sobre la gestión financiera del municipio.
El regidor de Morena, José María Martínez, fue uno de los más críticos al señalar que las reasignaciones del presupuesto municipal “parten, en principio, de una ilegalidad”.
Con voz firme, acusó a la presidenta municipal, Verónica Delgadillo, de “haber desviado más de 320 millones de pesos para comprarle carros a sus cuates de la burocracia dorada y naranja” y otros 318 millones “para los carísimos camiones de basura”.
Según dijo, “hoy vamos a comprar, por 22 millones de pesos, plantitas, para que el acento mundialista se vea bien bonito”, mientras que colonias como Lomas del Paraíso o San José “siguen olvidadas”.
Desde el PRI, el regidor Julio Covarrubias adoptó una postura más mesurada, pero también con reservas. Afirmó que votaría a favor del dictamen “con la condición clara de que el ayuntamiento debe ejercer estos recursos con absoluta responsabilidad, transparencia y eficiencia”.
Subrayó que su voto, a favor, no es un “cheque en blanco”, sino un compromiso vigilante. “No se trata sólo de cifras”, dijo, “sino de servicios, programas y obras que la ciudadanía está esperando”.
Por parte de Morena, Juan Alberto Salinas reforzó las críticas. Aseguró que el gobierno tapatío “le quita recursos a lo prioritario, como el mantenimiento de inmuebles, alimentos para policías y bomberos, e instrumental médico, mientras aumenta los gastos en vehículos, publicidad y congresos”.
Añadió que “a lo que le apuestan es a la frivolidad y a la imagen; lo que pierde es la sensibilidad y la empatía con esa Guadalajara que se encuentra profundamente olvidada”.
El oficialismo defendió con firmeza las modificaciones. Salvador Alcázar Mendívil, regidor de Movimiento Ciudadano, afirmó que la ampliación presupuestal “responde a necesidades operativas, laborales e infraestructurales” y que busca fortalecer políticas públicas de inclusión social, seguridad y servicios.
“Esta no es una simple modificación contable”, sostuvo, “es una decisión política que responde a las exigencias de las tapatías y los tapatíos” y detalló que los nuevos recursos permitirán adquirir chalecos balísticos, equipo médico, software, plantas para espacios verdes y avanzar en siete obras prioritarias, como la intervención del mercado San Juan de Dios y la rehabilitación del Paseo Fray Antonio Alcalde.
Desde la oposición, la regidora Teresa Naranjo, también de Morena, fue contundente al describir “una ciudad visiblemente fracturada por la falta de atención en los servicios públicos”. Criticó que se privilegie “el confort burocrático sobre la funcionalidad urbana” y cuestionó las compras de vehículos de lujo.
“El verdadero lujo de Guadalajara no debe ser la oficina del funcionario, sino una ciudad limpia, segura y funcional para sus habitantes”, afirmó.
A nombre del bloque oficialista, la regidora Ana Isabel Robles Jiménez defendió la legalidad de las reasignaciones y felicitó a la presidenta Delgadillo por su “visión de gobierno”.
Recordó que los cambios presupuestales están sustentados en los artículos que facultan a la Tesorería para realizar transferencias durante el ejercicio fiscal.
“Hoy nos encontramos ante la transparencia y la rendición de cuentas de todo lo que ha sucedido”, dijo, ”Celebro la compra de camiones de limpieza y la inversión en ambulancias y equipo médico para las Cruces Verdes”.
Entre aplausos y rostros tensos, la presidenta municipal, Verónica Delgadillo García, cerró la discusión sometiendo a votación el dictamen que finalmente fue aprobado por mayoría.
La sesión concluyó con el eco de un debate que, más allá de los números, reflejó dos visiones de ciudad: una que defiende la inversión social y otra que denuncia opacidad y lujo innecesario en la administración tapatía.
