Dos imágenes jaliscienses bendecidas por León XIV: Coronación papal y bendiciones históricas

– Crónica desde El Vaticano, por Ramiro Escoto

La visita al Vaticano se programó en junio de este año con un doble propósito: bendecir el manto de la Virgen del Sagrario de Tamazula por su 175 aniversario y coronar una pequeña imagen de devoción privada que también cumple 175 años en 2025.

Se trata de una Virgen de yeso con rostro de pasta de maíz, venerada en el primer cuadro de Guadalajara. Robada durante la persecución religiosa (1926-1929), fue recuperada y ocultada en canastos con cobijas y maíz para evadir a las fuerzas federales, visitando hogares en secreto.

Transmitida de generación en generación, hoy pertenece a Juan Alberto Hernández Pérez, quien la comparte en hospitales, templos y hogares donde se le atribuyen intercesiones y milagros.

Maestros joyeros elaboraron dos coronas conmemorativas por los 175 años de devoción. El 29 de octubre, durante la audiencia en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV coronó la imagen de la familia Hernández Pérez con el nombre María Madre Nuestra, colocándole la corona y bendiciéndola con la jaculatoria: “Ruega por nosotros”.

Esta coronación es histórica: es la segunda imagen en Jalisco en recibir esta distinción papal, después de la Virgen de Zapopan (1979, Juan Pablo II). Cabe aclarar que la Virgen de Talpa pertenece a la Diócesis de Tepic, y la de San Juan de los Lagos a la de León, Guanajuato.

Ramiro Escoto, vaticanista y miembro del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, representó a la delegación en este momento histórico.

Esa misma tarde, en los Palacios Apostólicos, el manto de Nuestra Señora del Sagrario de Tamazula —acompañado por María Ileana Lara Alcaraz y Francisco Zinedine Lares Munguía— y la recién coronada María Madre Nuestra fueron recibidos por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, quien impartió una bendición apostólica especial.

En el encuentro estuvo presente el Pbro. Francisco Ramírez Yáñez, rector de la UNIVA y presidente de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC). Junto al cardenal Parolin, dialogaron sobre los retos de la educación superior, la inteligencia artificial y la formación en valores de las nuevas generaciones, destacando el papel de la FIUC en la construcción de una sociedad más humana.

El empresario Javier Zepeda Orozco, vicepresidente de CONCANACO SERVYTUR, entregó al cardenal la Medalla por la Paz, en reconocimiento a su labor como mediador entre pueblos y constructor de concordia.

Por su parte, Elba Arceo, también integrante del gremio empresarial, obsequió una botella de tequila, evocando los sabores y la religiosidad mexicana que Parolin conoció durante su labor en la Nunciatura Apostólica en México.

Ambas imágenes fueron custodiadas por la Guardia Suiza desde la Puerta de Santa Ana hasta la Logia, sede de la Secretaría de Estado.

Destacó también la presencia de un jalisciense en la diplomacia vaticana: el P. Juan Pablo Cerrillos, originario de Tequila, quien regresó a la Santa Sede tras misiones en varios continentes. En un encuentro en la Casa Santa Marta, compartió con la delegación en el salón donde el Papa Francisco solía recibir a medios y visitas especiales.

Al cierre de la Basílica de San Pedro, guió un rosario privado en una capilla histórica, culminando con un momento de contemplación en el corazón del templo diseñado por Bernini y Miguel Ángel.

La logística estuvo a cargo de Viridiana y Edgar Estrella, quienes coordinaron el traslado de estos símbolos de la religiosidad jalisciense.

Hoy, en la oficina del cardenal Parolin permanece una Virgen donada por Juan Hernández, junto con un vestido para otra imagen, como legado de un estado que deja huella en el país más pequeño del mundo.