JALISCO
Las costumbres que no se van
Opinión, por Gerardo Rico
Era miércoles 21 de noviembre de 2018. En los talleres de la Línea 3 del Tren Ligero, ubicados en el municipio de Tonalá, el entonces presidente Enrique Peña Nieto acudió a rendir un balance de los seis años de su gobierno e inauguró las llamadas “pruebas operativas” de una obra inconclusa. Eso sí, en una placa quedó enmarcado su nombre, junto con el del entonces gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval.
Sin embargo, la operación formal de esta importante obra inició hasta el 21 de septiembre de 2020, inaugurada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Para no variar, el proyecto casi duplicó su costo original, calculado en 17 mil millones de pesos, para cerrar con un gasto final superior a los 31 mil millones de pesos, es decir, un incremento de 78% respecto a lo proyectado inicialmente.
Peña Nieto llegó a Tonalá acompañado por integrantes de su gabinete legal y ampliado. Fue un acto político que buscaba mostrar el avance de un proyecto federal en Jalisco, pese a las críticas y retrasos acumulados. Y, como suele ocurrir, el mandatario no resistió la tentación de grabar su nombre para la posteridad en una placa de acero, aun cuando la obra del Tren Ligero —todavía no inaugurada— presentaba fallas técnicas y un sobrecosto descomunal.
Incluso se criticó el acarreo de varios miles de personas, militantes del PRI, así como la asistencia de diputados locales, federales y buena parte de la clase política del momento. “Usted abrazó este proyecto y se comprometió con los jaliscienses, y hoy tenemos claro en Jalisco que cumplió”, le dijo Aristóteles Sandoval a Peña Nieto durante el evento.
Días después, el entonces gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano, destapó una irregularidad en la construcción de la obra, relacionada con la sustitución de placas de neopreno colocadas en la red ferroviaria para amortiguar el peso de los vagones. Alfaro formuló cinco preguntas públicas al expresidente, entre ellas si estaba enterado del error, cuánto costaría repararlo, si existían otras fallas ocultas y si se pondría en riesgo la seguridad de los usuarios.
Toda esta historia viene a colación por lo que acabamos de presenciar en días recientes con la inauguración de la Línea 4 del Tren Ligero, una obra que fue promesa del exgobernador Enrique Alfaro Ramírez a los habitantes de Tlajomulco de Zúñiga, municipio donde inició el periodo de gobiernos emanados de Movimiento Ciudadano en 2010.
Cualquier parecido con el inicio de operaciones de la Línea 3 parece mera coincidencia. Mire usted: originalmente, los trabajos de construcción de la Línea 4 iniciaron en mayo de 2022 y estaba programada para comenzar operaciones en octubre de 2024. Después se habló de agosto-septiembre de 2025, luego de septiembre de 2026, y finalmente se inauguró en diciembre de 2025, a pesar de contar con obras inconclusas.
Para que la Línea 4 del Tren Ligero opere al 100%, aún faltan obras complementarias: señalización en cruceros, semaforización, plumas automáticas, accesos peatonales inclusivos —como elevadores y banquetas—, integración con rutas de transporte público y ampliación de horarios, ya que inició con capacidad limitada.
De acuerdo con reportes de noticieros locales, la infraestructura peatonal presenta elevadores apagados, banquetas inconclusas y escaleras deficientes en estaciones como Jalisco 200 Años, lo que dificulta el acceso a personas con discapacidad y adultos mayores. En cuanto a cruceros y señalización, persiste la falta de semáforos y plumas automáticas en cruces como Lomas del Sur, El Cuervo y San Nicolás, generando caos vial y riesgos para peatones y automovilistas.
En materia de conectividad, aún no existe una integración total con otras rutas del sistema, como Mi Macro, y la habilitación de rutas alimentadoras sigue en proceso. Se prevén cierres parciales y suspensiones temporales para concluir estas obras complementarias, mientras las autoridades anuncian operativos de vigilancia y trabajos en accesos y puntos críticos.
En resumen, la Línea 4 ya opera, pero su “funcionamiento al cien por ciento” está condicionado a la conclusión de obras anexas y a la consolidación de su integración con la red de transporte metropolitano, lo cual se espera ocurra en los primeros meses de 2026. Otro dato relevante: el costo original de la Línea 4 fue calculado en 9 mil 725 millones de pesos; el monto final aún está por confirmarse.
El lunes se inauguró oficialmente la Línea 4 del Tren Ligero en Jalisco: 21 kilómetros de extensión, ocho estaciones, desde el centro de Tlajomulco hasta Las Juntas, en Tlaquepaque. Se estima que transportará 106 mil usuarios diarios, aunque por ahora no se conecta con las otras tres líneas del sistema metropolitano.
El recorrido tendrá una duración aproximada de 38 minutos, con una frecuencia de trenes cada nueve minutos. El pasaje será gratuito hasta el 31 de diciembre, con un horario de operación de 6:00 a 21:00 horas.
Cualquier parecido con la realidad será mera casualidad.
De esas costumbres gubernamentales que, simplemente, nunca se van.


