NACIONALES
Exigen “suspender” obras ligadas a los hijos de López Obrador tras descarrilamiento del Tren Interoceánico
Por Francisco Junco
Transcripción de texto a voz
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, propuso la suspensión inmediata de todas las obras públicas —tanto en proceso como en operación— en las que hayan participado Amílcar Olán, Pedro Salazar Beltrán y los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de someterlas a auditorías técnicas independientes.
La propuesta surge tras el descarrilamiento del Tren Interoceánico en Nizanda, Oaxaca, hecho que, de acuerdo con el dirigente priista, obliga a priorizar la seguridad de la población por encima de cualquier otro interés.
“Alito” Moreno expresó su solidaridad con las familias de las personas fallecidas y con quienes resultaron heridas en el accidente. Desde su perspectiva, gobernar implica proteger vidas y no resguardar intereses económicos, por lo que llamó a tomar decisiones “valientes” frente a lo que calificó como una red de irregularidades en la ejecución de obras públicas.
En mensajes difundidos en redes sociales, el líder nacional del PRI recordó una conversación atribuida a Amílcar Olán y Pedro Salazar Beltrán, en la que se menciona la frase: “ya cuando se descarrile el tren ya va a ser otro pedo”. Para Moreno, esa expresión refleja una actitud de desdén frente a la seguridad y una lógica en la que el negocio se antepuso a los riesgos técnicos.
El senador afirmó que dichas conversaciones, registradas en 2024, aludían a presuntos moches, contratos inflados y dictámenes técnicos “arreglados” para permitir que las obras avanzaran sin cumplir plenamente con las condiciones de seguridad.
Según su señalamiento, no se trató de una advertencia, sino de la aceptación anticipada de que las consecuencias quedarían en manos de terceros.
En ese contexto, Alejandro Moreno responsabilizó a lo que denominó “corrupción solapada por Morena” de las consecuencias del descarrilamiento y sostuvo que el saldo de víctimas evidencia los riesgos de una supervisión deficiente. “El tiempo los alcanzó”, dijo, al insistir en que la tragedia no puede analizarse como un hecho aislado.
El líder priista argumentó además que diversas obras estratégicas del país fueron asignadas, según su versión, a familiares, amigos y allegados al poder, sin controles reales de calidad ni supervisión independiente. A su juicio, este esquema de ejecución compromete la seguridad de quienes utilizan diariamente la infraestructura pública.
Por ello, el PRI Nacional exigió una investigación profunda, independiente y transparente que determine posibles responsabilidades administrativas y penales.
La dirigencia del partido reiteró su demanda de suspender tanto el funcionamiento como la construcción de las obras vinculadas a las personas señaladas, hasta que auditorías técnicas profesionales acrediten que no representan riesgos para la población.
Hasta el momento, las acusaciones forman parte del posicionamiento político del PRI y de su dirigente nacional. El caso ha abierto un nuevo frente de confrontación entre fuerzas políticas, mientras se espera información oficial y peritajes técnicos que permitan esclarecer las causas del descarrilamiento y deslindar responsabilidades con base en datos verificables.


