OPINIÓN
La primera piedra ya fue lanzada: Cienfuegos es detenido en EEUU
Comuna México, por Benjamín Mora //
El general exsecretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos Zepeda, fue detenido en Los Ángeles, California, acusado de conspirar con el Cártel H-2 para brindarle protección, informar sobre las acciones que hubiera en su contra e introducir droga al vecino país de manera ilegal.
El Gobierno de México, a través del canciller Marcelo Ebrard, ofreció ayuda consular para su defensa, y por increíble que nos parezca, no se preocupó por conocer de qué manera se podría coadyuvar con el gobierno norteamericano para que los demás involucrados, dentro y fuera de las Fuerzas Armadas mexicanas y del Cártel H-2 se fuguen y eviten ser detenidos y extraditados.
Paralela a esta pregunta habría que saber si el gobierno estadounidense confía o no en el mexicano después de la liberación de Ovidio Guzmán, en Culiacán, avalada por el propio López Obrador, como Presidente y Jefe de Estado, y el encuentro de éste con la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en medio de la sierra, en dónde la señora le pidió interviniera ante el gobierno norteamericano para que su hijo regresara a México.
Dudo mucho de que la confianza permanezca y creo que estamos a un paso de vivir acciones más contundentes de la DEA y el FBI en contra de los cárteles de la droga en territorio nacional, al declararlos como terroristas en un Estado fallido. Me pregunto qué estará sucediendo en el triángulo dorado de la droga en dónde los Guzmán son dueños. Por qué el abogado de los Guzmán dijo que el propio Chapo dio la orden de no dañar al Presidente y de que cuantas veces vaya a Sinaloa, el presidente va a estar protegido. Me pregunto, cuándo fue que el Chapo dio tal orden, si cuando López Obrador fue a Sinaloa y se encontró con la mamá del Chapo, éste ya purgaba su condena en Estados Unidos, en una cárcel de la más alta seguridad y sincontacto humano alguno. En razón de qué hubo tan orden y por qué el Presidente de México necesita ser protegido por los delincuentes. ¿Qué se deben mutuamente?
Si bien la detención del exsecretario golpea la imagen del gobierno de Enrique Peña Nieto, también cuestiona la forma en que el Presidente López Obrador ha asignado, a las fuerzas armadas, la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, y la administración de los puertos mexicanos y de las aduanas, bajo el pretexto de ser incorruptibles, hoy cuestionado. Desde EEUU, la DEA y el FBI lanzaron la primera piedra y pegó en la cabeza de quienes gobernaron y gobiernan México.
Es innegable que, de probarse en juicio la participación del general Cienfuegos en favor del Cártel H-2, también implicaría a otros mandos castrenses y civiles de gobierno que quizá trabajen para el gobierno de la 4T. Grave, muy grave posibilidad.
La cadena de mando en el Ejército Mexicano no permite saltarse niveles ni desobedecer órdenes. Para que el exsecretario de la Defensa Nacional pudiese actuar de la manera en que supuestamente lo hizo, debió tener obediencia militar a otros generales y mandos menores, y estar en complicidad con otras áreas del gobierno en materia de seguridad. Más de una zona militar debió participar. Algo empieza a oler feo.
A querer o no, la acusación en contra del general Cienfuegos podría revivir y dan sentido a la idea del muro fronterizo entre EEUU y México. La paranoia de Donald Trump podría estar a punto de estallar ante su casi inminente derrota electoral en unas pocas semanas.
Hoy, el peligro desde México no está solo en quienes migran buscando trabajo y que poco a poco dejan de ser minoría para convertirse en votantes que definirán elecciones, sino en quienes, desde el propio gobierno mexicano, se confabulan con los grandes cárteles de la droga. El peligro real no está en quienes violan la ley al entrar en EEUU, al trabajar o permanecer más tiempo del autorizado por los agentes migratorios sino en quienes envenenan vidas con drogas y hacen que la violencia crezca y ponga en peligro la viabilidad del Estado norteamericano como ya sucede en México.
Hoy, el peligro para EEUU no está en los ilegal aliens venidos desde México y Centroamérica sino en los nuevos terroristas de la droga con altísimo poder público y de gobierno. Es un asunto de soberanía norteamericana que debemos entender. El narcoterrorismo ahora se mira más evidente y peligroso.
La criminalidad de la que se acusa al general Cienfuegos podría tocarnos a todos en nuestra fama y nombre, y hacernos ver como enemigos del pueblo norteamericano.
Recordemos que Trump dijo, en el caso de la familia LeBarón: “Cuando vemos lo que ocurre al otro lado de la frontera, la gente empieza a decir: ‘¿Saben? Quizá él -Trump- tenga razón en cuanto al muro. Quizá está en lo correcto cuando habla de tener una frontera muy fuerte’”. Por qué habría de ser distinto en el caso Cienfuegos.
Me pregunto si con el general Cienfuegos detenido, Trump no diría a nuestro gobierno, como ya lo hizo: “Este es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos, libre guerra sobre los cárteles de droga y borrarlos de la faz de la Tierra”. Dramático sin duda.
El asunto no es menor y debemos exigir que la verdad prevalezca y que, de probarse culpas del general Cienfuegos, se actúe en contra de quienes resulten cómplices, aquí y en EEUU.
Para comprender este problema y deslindar culpas, hay que hacer un poco de historia. Al derogarse la Ley Volstead o ley seca en 1933 (se promulgó en 1919), empezó el contrabando de droga hacia EEUU, como el opio. Con la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense pactó con el de México para obtener morfina para sus tropas a través de la producción de la amapola. En ese tiempo, fue la clase política la que se benefició.
Ahora hay preocupación en lo que antes hubo beneplácito.
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