CULTURA
Penosa actuación frente al Cruz Azul: Chivas carentes de profesionalismo
																								
												
												
											Futbol, por Esteban Trelles //
No cabe duda que el futbolista profesional debe mostrarse no solo en la cancha sino cuidar su vida privada sin excesos, bebidas alcohólicas y desveladas, debiendo tener disciplina acorde a su actividad de alto rendimiento necesita de una compenetración para rendir a plenitud con su encomienda deportiva.
Para muchos aficionados lo único que les interesa son los resultados en cancha que por otro lado deberían brindarse al máximo por muchas razones, la primera de ella es su sueldo desmesurado (es su obligación), después por su afición misma que entre paréntesis a ella se debe puesto que asisten al estadio, compran sus camisetas, leen revistas y periódicos de manera virtual electrónica en redes tan de moda tecnológicamente y los acompañan muchos de ellos a todos sus encuentros de campeonato a lo largo y ancho del país.
Es indiscutible que los 40 millones de dólares invertidos en el equipo con los refuerzos que tiene lo hacen un equipo competitivo que tiene que buscar el campeonato también por su jerarquía, lo cual es obligado por lo anterior expuesto.
El talento y la clase se puede suplir con entrega, esfuerzo y dedicación y sacar adelante los compromisos de los encuentros con resultados favorables que si bien no ocurriera esa situación lo menos que puede hacer el plantel es brindarse al máximo dejando todo en la cancha.
Los pequeños grandes detalles hacen la diferencia, donde en los tiempos actuales el futbol que se practica requiere de dinámica, velocidad y coordinación de equipo con el fondo físico atlético que le permita desarrollar el esfuerzo que las circunstancias exigen.
El llamado Rebaño Sagrado tiene la “moda” de la juventud de hoy de los millennials irreverentes, displicentes con un lenguaje soez y prosaico que es la “novedad”, carentes de ambición que solo viven el momento de manera intensa casi siempre acompañados de las bebidas embriagantes y droga.
Dichos jugadores sabedores que tienen un contrato y un sueldo asegurado no les interesa demasiado ser titular sino más bien estar en nómina, lo que es contraproducente deportivamente hablando en detrimento de ellos mismos.
En ese sentido es obligado el comentario con la comparación de los jugadores de antaño, que ellos sí “tenían la camiseta bien puesta”, brindándose sin menoscabo alguno en comparación con los de ahora que no entienden la magnitud de representar los colores del equipo más querido en este país, principalmente los llamados “canteranos”, que surgen al profesionalismo desde las llamadas fuerzas básicas y se van adentrando a la mística y filosofía de juego con el compromiso permanente que se tiene con su afición, que lo que menos espera es la entrega absoluta y el esfuerzo en la cancha lo que se denomina “Vergüenza deportiva”.
Sin tratar de herir susceptibilidades el futbolista en general tiene un nivel académico (Bachillerato), donde un porcentaje menor tiene Licenciatura que, paralelamente, se preparó académicamente con una visión futurista para en el retiro futbolístico ejercer la profesión estudiada.
El preparador físico es el responsable directo de las cargas de trabajo donde dosifica el esfuerzo y los prepara adecuadamente para rendir los 90 minutos y el alargue en un encuentro de futbol, las lesiones obedecen principalmente los “calambres, desgarres y tirones”, que son producto de desveladas y borracheras que merman físicamente al futbolista, en consecuencia no rinde en la cancha desprestigiando el trabajo del profesional del acondicionamiento físico.
Es indudable que algunos futbolistas descuidan su vida privada que en la cancha se ve de inmediato y es por ello los cambios de jugador, que no propiamente son por sistema o estrategia, sino por su incapacidad física al descuidarse en una actividad inadecuada que se perjudica así mismo.
La derrota ante Cruz Azul días atrás, el equipo Chivas en una jugada demostró su calidad excepcional que lamentablemente JJ Macías desperdició en una triangulación con una jugada vistosa de “taquito”, poniéndole en bandeja el pase a gol que el mencionado goleador mandó el esférico a las tribunas.
Resumiendo, los llamados refuerzos siguen en el “reventón”, sin ponerse las pilas, con una indisciplina alarmante abusando de la nobleza del entrenador (Vucetich), y la inversión millonaria del novel Presidente y dueño del equipo Amaury Vergara.
En su inexperiencia y falta de capacidad (al igual que su finado padre), lo llevan a emplear a un mercenario directivo como lo es Ricardo Peláez, con la fortuna de la contratación de grandes luminarias para diseñar los equipos con la chequera abierta que inició con América de buena manera, después Cruz Azul y ahora con Chivas, con una personalidad arrogante, engreído y prepotente que se comprometió públicamente a ganar el campeonato de copa (no lo hizo), el mismo ofrecimiento de hacerlos campeones de Liga, lo cual como van las cosas dudamos que lo logre, con la remota posibilidad de calificar de cualquier modo, donde Chivas como equipo grande sabe manejarse también en liguillas.
