MUNDO
China en la competencia mundial por las vacunas; pretenden que los países pobres la utilicen
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
China esta presionando a nivel mundial para que la OMS y varios países pobres usen su vacuna contra el Covid-19. Mientras el mundo esta casi paralizado por la pandemia que China-OMS causaron, las empresas venden su vacuna como pan caliente, pero no todas las vacunas ni las empresas son iguales.
Al momento hay en el mundo 5 vacunas: Oxford-Astra Zéneca de Inglaterra; Moderna de EUA; Pfizer de Estados Unidos y Alemania; Sputnik de Rusia y Sinovac de China, que se producen en mega fábricas desde hace meses, más las de Johnson & Johnson de EEUU y Covaxine de la India, que saldrán al mercado en una o dos semanas máximo, pero que ya están siendo aplicadas en muchos pacientes como parte de programas emergentes.
Así es, en unos meses habrá vacunas para aventar para arriba por lo mismo las empresas que iniciaron tarde o que no tienen la misma reputación están tratando de asegurar su parte del pastel, en especial porque los países están comprometiendo compras a futuro con cualquier empresa que les prometa la codiciada medicina.
China y Rusia decidieron entrarle a la competencia y sus empresas paraestatales desarrollaron vacunas. Sputnik V es la vacuna Rusa con un 91% de efectividad y Sinopharma, empresa paraestatal controlada por el gobierno de China informó que su vacuna llamada Sinovac tiene un 75% de efectividad pero se ha negado a publicar los datos de sus investigaciones, algo lamentablemente normal en ese país.
El Corona Virus fue ocultado por meses, ahora debemos confiar en que la vacuna de China sea efectiva y aceptarla sin saber la información de fondo. Nada nuevo bajo el Sol.
El Gobierno de China está tratando de lograr que su vacuna sea popular a nivel mundial, con lo que continuaría su ascenso a la cumbre monolítica del poder internacional, pero para eso debe conseguir que la OMS –su aliada-, y los países le den acceso a su producto. Todos sabemos que China tiene gran capacidad de producción, pero además debe lograr que los países medios se comprometan a usar su producto.
HAZ LO QUE DIGO, NO LO QUE YO HAGO
A pesar de que China está promoviendo a nivel internacional el uso de su vacuna, sus propios líderes no se han vacunado aún. Es decir que ellos no consumen lo que promueven o al menos no por ahora. La razón es desconocida pero naturalmente algo tiene o algo no tiene la vacuna que no ha dado confianza al Presidente Xi ni a los altos dignatarios Chinos del Partido Comunista.
Hua Chunying, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China presumió que los jefes de Estado de Egipto, Turquía, Bahrein e Indonesia habían ya sido “protegidos” con la vacuna china pero nada dijo sobre la no vacunación de los líderes de su país.
La población china está siendo vacunada de manera forzosa, pero sus líderes parecen estar a la espera de ver efectos secundarios de su propio producto, de la efectividad real del mismo, de algo mejor o tal vez a la espera de las medicinas.
El Gobierno de Beijing ha informado que antes del verano tendrán a toda su población vacunada, es decir a 1 mil cuatrocientos millones de habitantes. A la fecha llevan ya 10 millones de ciudadanos vacunados, pero nadie de la dirigencia nacional del Partido Comunista.
A pesar de que los líderes chinos no se han vacunado con su propia vacuna, la OMS ya prepara incluir dicho fármaco en la “canasta” de vacunas que estarán distribuyendo a los países menos desarrollados que no pre-compraron las vacunas en el verano del 2020.
A VACUNAR EN EUA Y EN EL MUNDO
A menos de 24 horas de que el Presidente Biden entrase en funciones, anunció que federalizaría la aplicación de la vacuna para hacerla más homogénea, pero el plan no fue bien recibido por los gobernadores de varios estados que están haciendo un buen trabajo, ni por empresarios como Amazon, Starbucks y Microsoft que de inmediato ofrecieron sustituir al Gobierno Federal en dicha misión o ayudarle en la logística de la misma.
En EUA el Gobierno Federal ha repartido casi 40 millones de vacunas a los gobiernos estatales, pero sólo se han aplicado un poco más de 20 millones, ya que algunos Estados no estaban preparados para la tarea, mientras que otros como Florida van casi al 100% de su disponibilidad siendo un ejemplo nacional y mundial de eficiencia, incluso en la aplicación de vacunas tan delicadas como las de Pfizer o Moderna en un clima cálido. De hecho, muchos extranjeros han viajado a dicho Estado de los EUA para ser vacunados como parte de una “caravana de turismo médico” de varios países.
En Israel la alianza público-privada para la aplicación de la vacuna sigue siendo envidiable ya que han alcanzado al 35% de su población total, de tener más fármacos seguro irían mejor.
LA VACUNACIÓN FORZADA
Así como China está forzando a sus ciudadanos a recibir la vacuna, misma que los líderes no han recibido, hay una corriente mundial que exigirá a todos que nos vacunemos e incluso podría quitar la patria potestad de los tutores de niños o ancianos en caso de que alguno de ellos se niegue a que la vacuna le sea aplicada a su dependiente. Eso que parece una locura pero ya pasó en España y parece que será el futuro mundial. Pero, ¿qué vacuna nos tocará?, ¿qué efectividad tendrá?
Las vacunas Pfizer y Moderna son casi igual de efectivas con un 95% de eficiencia aproximadamente, la primera se debe mantener a 70 grados centígrados bajo cero y la segunda a menos 20 grados centígrados. De ahí sigue la vacuna Sputnik con un grado de eficiencia del 92%, misma que debe mantenerse a 2 grados centígrados –como cualquier refrigerados- en seguida Astra-Zeneca con un 90% de eficiencia y se almacena en cualquier refrigerador normal como la rusa. La vacuna china tiene una efectividad del 75% y se almacena a la misma temperatura de cualquier refrigerador. La vacuna de Johnson and Johnson puede ser la más dinámica ya que sólo requeriría de una aplicación en ligar de 2 como todas las anteriores y se puede almacenar en cualquier refrigerador.
Además de éstas 6 vacunas que ya están en circulación a nivel internacional, hay otras cuantas en desarrollo en la india, Japón, Alemania, Corea y otros países desarrollados, incluso algunas vacunas que son se aplicarán vía nasal, mismas que podrían estar a la venta en este 2021.
VACUNA DE INDIA EN COMPETENCIA DIPLOMÁTICA VS CHINA
Aunque los números finales sobre efectividad de la vacuna Covaxine saldrán a inicios de febrero, la vacuna producida por la India ya esta siendo aplicada a miles de ciudadanos de ese país y está siendo ofrecida como gesto de buena voluntad a otros países, esto con el fin de ir ganando mercado entre las naciones pobres, mismas que están también recibiendo ofertas por parte de China.
La India produce el 60% de las vacunas a nivel mundial. Veremos si ahora que el fármaco vs Covid19 sea más común, las grandes empresas contratan dicha capacidad para producirlas en dicho país. Cabe señalar que la vacuna de Oxford-Astra Zéneca tiene fábricas de producción en ese país además de Inglaterra.
VACUNADOS A NIVEL MUNDIAL
De acuerdo a información publicada por Bloomberg, al viernes pasado había algo así como 60 millones de vacunados en el mundo de los cuales 20 son en los EUA. El ritmo de vacunación mundial es de 2.9 millones diarios de los cuales 1 millón es en los EEUU, lo que esta ocasionando un turismo médico latinoamericano con destino Florida, en donde muchos de nuestros connacionales que pueden y tienen dinero para eso, se han ido a vacunar.
Como dije antes, algunos de los países ricos tienen muchas vacunas y no las usan, y los menos favorecidos buscan desesperadamente vacunas para sus pueblos, es ahí donde China e India pueden entrar al mercado, abasteciendo fármacos que esperemos sean efectivos o cuando menos que ayuden a cumplir esa meta sicológica de vacuna universal vs Covid19 que ahora parece ser el mantra de la OMS, de los grandes empresarios socios de las fábricas de vacunas como Bill Gates y de los que piden pasaportes de vacunación incluso para poder trabajar.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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