OPINIÓN
Integridad política: Pedro Humberto Garza
Opinión, por Javier X. Hurtado //
Un gran concepto, para pocos. Un político que sea incorruptible y responsable, con posturas firmes y asentadas en sus principios y valores del partido o líder moral que representa como servidor público, están en extinción. Ya es muy cotidiano ver cómo todos “brincan” de un lado a otro, a su conveniencia.
Qué tiempos aquellos en los que realmente se leían los estatutos de un organismo de interés público y se identificaban con sus principios y valores. Hoy en día, ya hacen coalición partidos políticos que por ideología estatutuaria no concuerdan. Increíble
Poco a poco vemos cómo se denigra la figura del verdadero político profesional, con integridad política. Hoy en día más visible con el mal uso y aprovechamiento responsable de las TIC’s. No las utilizan para brindar información importante sobre el uso y aprovechamiento de los recursos públicos. Sólo se centran en publicitarse recorriendo obras, entre otras cosas.
Estamos viendo cómo en plena pandemia la principal preocupación de las administraciones municipales es el “heredar” sucesor, sobre todo en los municipios más importantes de la ZMG a personas allegadas a los salientes vía “dedazo” por el mismo partido político del que emanan, posibilidad de reelección a modo a otros, reparto de posiciones de elección a interesados de peso que no pudieron, etc. Cero integridad.
Por ejemplo, ¿cuántos ahorita no aceptan el pago de un laudo de cuatro millones de pesos por despido injustificado después de denunciar corruptelas? Nadie, sólo don Pedro Humberto Garza Gómez (qepd). Lo cito: “Son tiempos –-dijo en el documento ante la autoridad laboral—de fortalecer las instituciones y no a las personas ni mucho menos llenar los bolsillos de dinero a pillos que al parecer se les está haciendo costumbre” (https://www.milenio.com/opinion/carlos-martinez-macias/sin-pedir-audiencia/el-hombre-que-rechazo-cuatro-millones-de-pesos). Qué falta hacen personas cómo él.
Integridad política no sólo se refiere a obrar con rectitud, limpieza, honestidad, franqueza y justicia en el llano campo de la labor en la que se menciona siempre que si no te enlodas te enlodan. No, para Don Pedro Humberto, la integridad, educación y formalidad eran sus cartas de presentación.
Así como la entereza en la política no recae en colores, administraciones o intereses particulares, porque si no, no se es un político íntegro que represente los principios y valores siquiera de su persona, familia o partido político, tampoco lo es un político que sigue ese pensar. Decía Don Pedro Humberto que el día que se aliaran el PRI y el PAN se iba del país. Comprensible: leamos los estatutos de ambos. Ya se aliaron PRI-PAN-PRD por diputaciones federales por Jalisco.
Garza Gómez ya hubiera hecho demasiado en este desorden político y social que arroja la pandemia para mejorar la atención y pertinencia diplomática que debe de tener el país y el estado. Sabía hacer política, de la fina y de la buena. Sus opiniones siempre inteligentes y valiosas que con especial disciplina atendía desde las 6am todos los días en múltiples medios de comunicación. Conjugaría la ética con la política, como Aristóteles el griego, como con Jorge Aristóteles ex gobernador (qepd), del cual fue uno de los sabios que lo llevaron a ser quien fue.
Pedro, fue lo que quiso ser e hizo y apoyó a quien decidió, siempre con la convicción y amor al servicio público. Apasionado, creyente e incentivador del conocimiento literario del concepto en todo momento. Creó proyectos “de avanzada y alto impacto” (así decía y eran realmente), no por ocurrencia, sino por selección y determinación que en todo momento supo canalizar con gran inteligencia.
En estos tiempos de inestabilidad como decía Don Pedro en su dicho cotidiano le serviría de mucho a los políticos actuales que están centrados en sólo posicionar y heredar puestos de elección “popular”: Humildad, inteligencia, presencia, prestancia, fragancia y humildad. Pero, sobre todo, hacen mucha falta demasiados como él.
