OPINIÓN
El ego y la soberbia de la política: ¿Quién será Ícaro?
Opinión no pedida, por Armando Morquecho //
Leer fábulas es una actividad con un valor más grande del que muchos creen que puede tener, aunque muchos dicen que éstas son un método bastante eficiente para educar a los menores, yo, por el contrario, creo que son aptas para todas las edades, ya que en estos relatos podemos encontrar grandes moralejas y lecciones de carácter moral que todos necesitamos sin importar nuestra edad, nuestro grado de estudios o nuestro éxito profesional, de hecho, justamente por la edad, el éxito profesional y el nivel académico, es que a diferencia de los menores, necesitamos de manera constante lecciones de este tipo para poder mantener los pies sobre la tierra.
Probablemente, una de las historias que a mi gusto, trae consigo una de las mejores lecciones, en especial para el desarrollo profesional y personal, es la leyenda Ícaro.
En esta fábula griega, Ícaro y su padre Dédalo, por voluntad del rey Minos, se encuentran retenidos en la isla Creta, sobre la cual, el ya mencionado rey, tiene un control total de las aguas y las tierras, situación que a primera vista podría complicar cualquier plan de escape por alguna de estas dos vías.
Sin embargo, esto no iba a ser un impedimento para Dédalo, quien haciendo uso de sus famosas habilidades como arquitecto y artesano (cabe señalar que él fue quien construyó el laberinto diseñado para encerrar al famoso minotauro) se dio a la tarea de fabricar unas alas para él y su hijo, las cuales adhirió con cera a sus hombros y a los de Ícaro, pero antes de emprender el vuelo para escapar del encierro al que el rey Minos los tenía sometidos, Dédalo advirtió a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto porque el calor del sol podría derretir la cera que había usado para pegar las alas a sus hombros.
No obstante y pese las advertencias de su padre, Ícaro, fascinado por lo grandioso del vuelo, se elevó por los aires ignorando por completo la advertencia de Dédalo quien una vez estando en el aire y consciente de lo que pasaría si volaba demasiado alto, nada pudo hacer para evitar que su hijo bajara.
Ícaro se sintió dueño del mundo y fue aún más alto, y acercándose demasiado al sol, tal y como se lo dijo su padre, el calor derritió la cera que sostenía sus alas, convirtiendo al temerario Ícaro en un desdichado joven que perdió la vida debido a su fuerte y fatal caída en el mar.
Aunque esta fábula es muy corta, tiene un mensaje verdaderamente importante digno de estudio: esta leyenda nos explica cómo una persona puede cometer en grandes errores cuando es cegada por la soberbia, el ego y la arrogancia, y también, esta historia nos permite ver que estos tres elementos son los más nocivos para el desarrollo personal y profesional, ya que te llevan a desarrollar un sentimiento de superioridad que hace a las personas ver a cualquier otro por encima del hombro.
Ciertamente, saber escuchar es una hermosa virtud que muy pocos tienen. Si Ícaro hubiera escuchado a su padre, no habría muerto, esto nos demuestra que lamentablemente oír no es suficiente, es necesario saber escuchar y escuchar, implica seguir un consejo, y esto resulta fundamental porque quien escucha un consejo, llega a viejo.
La arrogancia, la soberbia y el egocentrismo son hipnotizadores, especial para nosotros los jóvenes, éstas nos hacen creer que vamos a llegar muy lejos (ojo, sí podemos) pero hacen que nos descuidemos y que terminemos por cometer errores torpes, pero lo suficientemente graves para derrumbar proyectos.
Sin lugar a duda, creo que si existe un espacio y un área en la que esta fábula es más que importante es en la política, sobre todo, con un contexto local y nacional rodeado no sólo de candidatos jóvenes, sino también de partidos de reciente creación que se pueden catalogar como jóvenes.
Estamos a poco tiempo de arrancar el que es considerado por muchos como el proceso electoral más grande en la historia de México y para todos, sin excepción alguna y sin importar los escándalos en los que se han visto envueltos antes de iniciar las campañas, los ánimos están por los cielos, muy cerca del sol diría yo, ya que hay unos que sin haber iniciado la campaña ya se ven en el congreso legislando sin proyecto y con mayoría, y otros, ya recorren las calles y llenan de publicidad las redes sociales como si ya fueran alcaldes mientras proponen cosas que son facultad exclusiva de la Federación.
Este proceso electoral creo que será muy complejo y debido a las limitantes a las que el COVID-19 somete a las campañas, probablemente la guerra sucia será constante y más agresiva que en otras ocasiones, las redes sociales se van a llenar de bots y se convertirán en un lugar aún más tóxico de lo que ya son.
Asimismo, este proceso electoral creo que terminará por consolidar proyectos y a su vez, terminará derrumbando proyectos, en especial aquellos proyectos jóvenes que cegados por la arrogancia y el pragmatismo no terminan por encontrar un rumbo claro y no han terminado de definir un qué y un cómo.
Pero esto no es tan grave como parece una vez que se lee, este proceso electoral, a mi gusto, se disputará entre tres fuerzas políticas y servirá para depurar un sistema que se saturó con personajes cuyos proyectos, narrativas y discursos carecen de fondo y forma y que se centran únicamente en tumbar lo que hay, para construirlo a su gusto, dicho con otras palabras, la misma gata, pero revolcada.
En la leyenda de Ícaro, éste muere debido al fuerte impacto de su caída, pero Dédalo, llega a salvo a Sicilia para continuar con su trabajo y afianzar su legado, mientras que el joven temerario, rebelde e imprudente Ícaro falleció. Efímera fue su vida, efímeros fueron sus sueños, y su legado, se limitó a la memoria de su padre.
En este orden de ideas, hoy más que nunca, aquellos que competirán en el próximo proceso electoral, deben recordar que en la política, a veces es más importante vencer el ego, la soberbía y la arrogancia, que vencer en las urnas.
Lo he dicho en más de una ocasión, los tiempos tan complejos que vivimos son perfectos para la reflexión y este proceso electoral no es la excepción, por ello, creo que resulta bastante interesante detenernos un momento para preguntarnos: ¿Quién será Ícaro este proceso electoral?…
