OPINIÓN
Mujeres referentes en ciencia y tecnología: El feminismo que debe estar en las aulas
																								
												
												
											Educación, por Isabel Venegas //
Para responder a la pregunta acerca de cómo educar a las nuevas generaciones con perspectiva de género, lo primero que se tiene que hacer es reconocer las diferentes demandas de un movimiento que contiene a su vez, distintas formas de entender la realidad de las mujeres y de los hombres en esta nueva era. México es un país de una enorme diversidad lo cual le aporta tanto riqueza, como complejidad al deseo de construir acceso igualitario de oportunidades para todas y para todos.
Si bien es cierto que en su momento las agendas se acotaban a puntos muy específicos, hoy los dinamismos propios de una sociedad líquida son los que parecieran mostrar al mundo contradicciones que, en realidad no lo son porque no pertenecen a los mismos grupos. No son –necesariamente- las mujeres que reclaman el derecho al aborto, las mismas que piden una revisión a la brecha salarial, o las que protestan en las calles con furia y energía desbordada por el incremento en la violencia, las mismas que están en las cámaras o en los gobiernos legislando a favor de políticas sociales.
No por ser distintos grupos sus reclamos se vuelven ilegítimos, pero estando todavía en el marco del día internacional de la mujer, es importante revisar cómo estamos articulando ese diálogo de cara a firmar la responsiva en la formación de las futuras generaciones. Los niños no nacen con actitudes de discriminación, no llegan a este mundo queriendo “pelear” por espacios, por cosas o por reconocimientos; esa es una programación sociocultural que van adquiriendo cuando ven a su alrededor una serie de conductas que parecen ser parte de la normalidad, pero en las que subyacen componentes de injusticia y que con el paso del tiempo terminan por dejar profundas huellas de dolor.
Promover en las niñas y niños el acceso a las oportunidades implica trabajar de la mano entre diferentes actores cuya participación es determinante. Empresas como Microsoft hacen recomendaciones con la autoridad que les otorga la experiencia de ir en búsqueda de talentos para el desarrollo de tecnología innovadora, ellos identifican 5 acciones concretas: Dar visibilidad a referentes femeninos en los ámbitos de la ciencia y la tecnología; generar interés por la ciencia; proporcionar experiencias científicas reales; apoyar las vocaciones tecnológicas; y fomentar un entorno de aprendizaje adecuado. Vayamos solo al primer punto.
Identificar y dar visibilidad a referentes femeninos en los ámbitos de la ciencia y la tecnología: Comencemos por poner nombre y apellido a las mujeres que rompieron con los esquemas y que abrieron puertas a otras mujeres tras haber demostrado su talento, en espacios que no estaban pensados para ellas.
Mostremos a nuestras niñas y niños la historia de Matilde Montoya, -primera médica mexicana-, de Alejandra Jáidar Matalobos –la primera mujer en obtener el título de física en la Facultad de Ciencias de la UNAM; Helia Bravo Hollis la primera bióloga titulada en nuestro país, a la que en 1929, año de la Autonomía Universitaria, se le pidió que construyera el herbario y el estudio de las cactáceas mexicanas (Hoy seis especies y una subespecie de cactus llevan su nombre). María Elena Caso -la primera especialista en especies acuáticas en nuestro país-, María Teresa Gutiérrez Vázquez, una geógrafa especializada en la geografía urbana y geografía de la población -ella cambió el enfoque de los estudios demográficos puramente cuantitativos hacia un enfoque de geografía poblacional, en el que se incluyen factores humanos y físicos lo cual permite comprender de una manera más amplia la evolución de la población-. Berta González Frankenberger, investigadora del Instituto de Neurobiología con investigación sobre el desarrollo del habla y procesamientos de la voz de niños neonatos y prematuros, en instituciones médico-universitarias de Canadá y Francia
Veamos las historias de éxito de estas mujeres que tras haber incursionado en carreras de ciencia y tecnología terminaron (en la mayoría de los casos) liderando las instituciones académicas o aportando significativamente a políticas públicas a partir de los elementos de investigación que fueron desarrollando en sus carreras. Podemos acompañar a nuestras niñas y niños a preguntarse: ¿Cómo es que a Julieta Fierro se le ocurrió estudiar física y astronomía? ¿Cómo influyó su familia para adentrarse en un mundo en el que apenas se tienen pocos años de presencia y con participación activa de mujeres?
Los logros que ellas han conquistado, no solo en nuestro país sino en el mundo, deben ser retomados día con día, deben estar en las aulas de educación básica y tanto los docentes, directivos, como los mismos padres de familia, necesitan tener presente acciones concretas que incidan en la motivación de las futuras generaciones para participar en los desarrollos tecnológicos en términos de equidad y justicia.
Esa es una de las muestras irrefutables del talento de las mujeres, aquí no hay cuotas impuestas, ni demagogias de discursos políticos. Los logros en los desarrollos científicos tienen nombre y apellido, tienen investigaciones tras de sí, y son expuestos ante la mirada crítica de la comunidad de expertos a nivel internacional. Eso es lo que debe servir de motor a nuestras pequeñas estudiantes para que sepan que pueden elegir en libertad, para que pueden realizarse en plenitud y que la mejor forma de trascender está en la medida que cada contribución genera nuevas formas de entender el mundo.
“Demasiado intelectual” o “Vieja Bruja” llamaban a Mileva Einstein, la esposa de Albert Einstein, mientras un velo sigue cubriendo todo lo que ella aportó a la construcción de la teoría de la relatividad, pero aun así, su nombre está plasmado en la historia y al final de cuentas, es parte de la misma evolución que muestra con contundencia que las mujeres tenemos la capacidad intelectual científica y tecnológica, a la vez hemos tenido que ir aprendiendo a entender y desarrollar una nueva inteligencia emocional desde cada una de las posiciones, con diferentes articulaciones y dinámicas, transformando los roles ya sea en el hogar, el arte o las ciencias de humanidades.
Las nuevas formas de convivencia nos obligan a tomar como referentes a estos grandes íconos que nos legaron triunfos en espacios de ciencia y tecnología, superando miedos, renunciando a prejuicios y contribuyendo significativamente a la comunidad. Esas son las ventajas de aprender de las experiencias de ciencia, su madurez y honestidad; nos dan lecciones que van más allá de explorar nuevos planetas o de encontrar una vacuna para cualquier enfermedad.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa venegas@hotmail.com
