Connect with us

JALISCO

Candidatos idóneos para sociedades nuevas

Publicado

el

Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //

Son tiempos electorales, así lo marcan las agendas en el país para las elecciones 2021, en Jalisco este proceso electoral intermedio ha resultado complicado para las partes intervinientes, por una parte la sociedad jalisciense llena de hartazgo, por otra los políticos contendientes y sus partidos, sin embargo no existe congruencia entre lo que requiere uno y lo que ofrece el otro; lo cierto es que las épocas son distintas, tanto que comparar un proceso electoral de hace un par de décadas con la actualidad, nos arrogaría un sinfín de evidencias de que los tiempos cambian y las campañas electorales se estancaron en el pasado.

Hablar de candidatos a puestos públicos y representativos es un tema sumamente complejo, el estándar de preparación e idoneidad es muy alta en la actualidad, si bien es cierto el derecho a la participación de los ciudadanos en las contiendas electorales es de todos, sin duda también es que deben ser ciudadanos con estándares cúspides de moral, ética y empatía para que valgan como candidatos competentes que no solo ejercen sus derechos de participación, sino que además cumplan con sus compromisos adquiridos de forma fehaciente desde su persona, familia, entorno, desempeño social o laboral y hasta su candidatura.

Los candidatos que observamos en las campañas electorales 2021, activas y en pleno desarrollo para ocupar legislaturas y ayuntamientos de Jalisco, deberán ser personajes que practiquen ciertas exigencias de integridad personal y pública, paralelas a los cánceres sociales que han surgido de manera abrumadora y dolorosa en esta sociedad.

El Estado y sus municipios toleran sufriendo situaciones de máxima alerta en materia de seguridad pública y violencia extrema.

Jóvenes, adultos y familias desaparecen en este espacio territorial todos los días, las actividades del crimen organizado han entrado en una fase de normalización y consentimiento social insano, la infiltración del mismo a los gobiernos es obvia, la violencia de género en todas sus aristas se encuentran recrudecidas y desbordadas, sumemos delicadamente la falta de conocimiento y entendimiento de los derechos humanos universales al interior de los gobiernos y en las mesas de trabajo e iniciativas de los congresos, son problemas obviamente recurrentes, por lo que no permitamos la existencia de candidaturas con personas practicantes en ningún tiempo de algún tipo de abuso, violencia, ilegalidad, ignorancia o discriminación.

En este sentido, nos corresponde razonar que para combatir desde nuestra trinchera social y ciudadana de participación, resulta primordial la obligación de observar y deducir que cualquier candidato que presente propuesta a los espacios de elección, tendrá que ser un personaje que sin importar su calidad, carrera o ideal político, gozará de exhibir ser un ciudadano idóneo, no violento ni abusivo, no deudor de obligaciones ni patronales, ni familiares o civiles, demostrar que concibe de fondo el concepto y aplicación de los derechos humanos desde un punto de vista muy personal.

Las características individuales de un candidato deben importar y tener peso sobre su pretensión electoral, apostarle a la congruencia de lo que dicen en sus discursos y de lo que son en la vida real, para crear un reflejo propositivo de candidatos serios y no simulados; la lógica y el sentido común es la nueva premisa social que se imprime desde este momento en las campañas políticas y las elecciones en el país.

Los ciudadanos tendremos que permitirnos prestar atención al detalle recurrente de la política fallida que desde décadas atrás muestra la clase política mexicana y que se rehúsa a abandonar, el país y el mundo evolucionan, avanzan y se desarrollan a ritmos vertiginosos, pero la política mexicana no, estamos viviendo lo peor de ellos y ellas, siguen siendo líderes de promesas incumplidas que dejan daños y perjuicios sociales, apáticos de los requerimientos primarios y básicos de las sociedades que buscan gobernar o representar, pero lo seguimos consintiendo quizás porque somos inconscientemente ajenos a la realidad que vivimos y al poder que ostentamos para exigir, cambiar y elegir.

En este contexto no toleremos candidatos que prometan lo que ellos no son, ni en lo particular ni en lo social, hombres o mujeres violentos, abusivos, manipuladores ni con trastornos psicológicos graves que nunca podrán reflejar en el trabajo de gobernar o legislar la empatía que la sociedad merece.

Los tiempos de los líderes que movían masas a través de ideales revolucionarios son obsoletos, dispares actualmente de la empatía social, el servicio y los derechos humanos. Son precisamente los discursos que ya no caben y los gobiernos que no están funcionado; demandemos personas claramente idóneas para servir, atender y mostrar empatía ante la sociedad.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.