JALISCO
Problemas de Estado
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
El Estado es un concepto que varía según la definición de distintos autores, en sus partes coincidentes, la mayoría lo explica como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía sobre un territorio determinado. De esta manera, cuando una persona forma parte de una sociedad, se compromete a cumplir las leyes y las normas que la misma establece en sus constituciones aun cuando las desconozca.
A lo largo de la historia han existido diversos exponentes sobre las teorías de estado, uno de los más importantes fue el filósofo inglés John Locke que entre otras cosas mencionaba que el estado estaba obligado a defender tres derechos fundamentales del ser humano: La vida, la libertad y la propiedad privada; según esta idea las instituciones públicas debían estar destinadas a cuidar el desarrollo de estas tres condiciones, del resto se encargaría el individuo.
Las ideas de Locke no fueron menores pues influenciaron la redacción de la declaración de independencia de los Estados Unidos y algunos puntos de la declaratoria de los derechos del hombre y el ciudadano firmada en Francia en 1789. Siguiendo sus premisas, podríamos decir que un estado exitoso es aquel que cuida el desarrollo de las libertades de las personas y que promueve su desarrollo económico a través de políticas adecuadas que contribuyen a la acumulación de capital de sus ciudadanos y de sus comunidades. Todo esto solo es posible en un entorno donde las personas se sientan seguras.
Actualmente ese escenario ideal se ve muy lejano. En los últimos días hemos vivido tanto en lo nacional como en lo local actos atroces que han calado hondo en la sociedad, tragedias como la ocurrida en la línea 12 del metro de la Ciudad de México, el terrible asesinato de los hermanos González Moreno y el número de muertes acumuladas debido a la ineficiente estrategia para combatir el COVID-19 nos muestra a un estado omiso que no es capaz de garantizar la vida ni la libertad de las personas, un estado que ha fallado por incapacidad o por indiferencia.
Se dice que cuando las instituciones establecidas con el fin de cuidar a los ciudadanos fallan, dejan un vacío de poder; difiero de esa afirmación, en la política y en la vida misma los vacíos no existen, los lugares que abandonan unos inmediatamente son ocupados por otros y desgraciadamente si los que deben cuidar el interés público no están, llegarán a ocupar sus espacios aquellos que buscan solamente sus intereses privados o peor, aquellos que buscan beneficios que salen del marco de la ley, tal como ya sucede en muchas comunidades de nuestro país que son controladas por grupos de la delincuencia organizada.
La corrupción tan normalizada en nuestra sociedad debilitó al estado en el que vivimos, el hacer de esta el común denominador del actuar de muchos mexicanos provocó que se le perdiera el respeto a las instituciones. Cuando el ciudadano prefirió dar mordida al agente de tránsito o al policía en lugar de aceptar su falta, debilitó la figura de la autoridad.
Cuando los gobiernos prefirieron el aplauso inmediato por terminar obras mal planeadas antes que hacer proyectos transexenales las edificaciones sufrieron grietas. Cuando se minimizó la gravedad de la pandemia el sistema de salud se vio rebasado y finalmente la ciudadanía sufrió las consecuencias.
Lograr un estado fuerte no se trata solamente de tener un mejor ejército o un cuerpo policiaco más capacitado, en general un estado fuerte es aquel que tiene personas preparadas e interesadas en crear instituciones sólidas y respetables, es el que garantiza educación de calidad de sus habitantes, elecciones democráticas, acceso a seguridad social, entre muchas cosas más. Si descuidamos a nuestras maestras y maestros, si no somos capaces de ejecutar programas para prevenir los delitos, si no promovemos un transporte público seguro, se nos caen las estructuras, se nos cae el estado y entonces ¿Quién lo levanta?
Una ciudadanía participativa y cooperativa provocará la existencia de mejores políticos, mejores políticos generaran instituciones fuertes, instituciones fuertes harán un mejor estado; Entonces si queremos un estado fuerte debemos ser mejores ciudadanos, así de simple y así de complejo.
