OPINIÓN
El último tirón

Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
Ahora sí casi todos los dirigentes políticos del país y quienes aspiran a refrendar o conseguir un puesto de elección popular, deberán de tener en su botiquín el tan recomendado producto que publicita Andrés Manuel López Obrador, o sea la Vitacilina, para curarse las tremendas heridas que le provocarán los resultados.
Queda una semana del presente proceso electoral en México, el cual ha sido caracterizado por la violencia desatada contra candidatas y candidatos y tanto los gobiernos de los estados afectados como el propio Gobierno Federal, han demostrado el desinterés para hacer cumplir la ley.
Algunos políticos en ciernes optaron por abandonar la contienda y pusieron tierra de por medio, como también lo han hecho los flamantes “organizadores” de los comicios y que con toda desfachatez han aceptado eliminar que se haga la elección en varios municipios y lugares, donde los habitantes se tendrán que aguantar que los gobiernos en turno el local y el federal les imponga a quienes ellos les convenga o se repartan en sus tan criticados partidos políticos.
Ahora bien, lo que se ha visto en el presente proceso electoral y lo poquito que falta, debe de ser una verdadera experiencia para tomar debidas precauciones de lo que ocurrirá en tres años, cuando se deberá de elegir a los próximos senadores de la república, diputados federales y sobre todo al sucesor de Andrés Manuel López Obrador, si es que lo llega a permitir o si pretende perpetuarse en el cargo, como algunos críticos y conocedores han señalado.
Llama la atención la sospechosa lentitud que ha demostrado el titular del poder ejecutivo federal para culminar con la pretensión de permitir dos años más de dirigir la presidencia del Supremo Corte de Justicia de la Nación, al ministro Arturo Zaldívar, como ya lo logró en la cámara de senadores
El “buscapiés” debe de estar preparado para su momento estratégico y el cual deberá de funcionar para obtener lo deseado, sin importar la violación a la ley y a más grave a la propia Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, que eso pareciera que poco les importa a los que gobiernan.
Por lo pronto en la Zona Metropolitana de Guadalajara, desde el pasado sábado por la noche se hicieron sentir “poderosísimos” puestos de revisión también conocidos como retenes, pero varios de ellos con integrantes del Ejército Mexicano o con personal de la Guardia Nacional, que es más o menos lo mismo, pero que imponen más.
En diferentes puntos se montaron los pretendidos controles para combatir a la delincuencia, lo cual es otra demostración que en materia de seguridad pública, las “brillantes ocurrencias” se continúan implementando.
Así que “después del niño ahogado, buscan tapar el pozo” señala una conseja popular y mientras el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, y el mismo Presidente de la República, así como “importantes” funcionarios gozan de protección especial, parece que el patito feo es el senador con licencia y Presidente de Morena, Mario Martín Delgado Carrillo a quien el pasado viernes supuestamente le sacaron un susto en una carretera de Tamaulipas, donde él dice que vio sujetos con armas largas y los videos del gobierno local aseguran que no fue verdad el presunto atentado.
Lo que nos queda a los ciudadanos comunes es esperar el momento para acudir a la casilla que nos corresponda y decidir a los candidatos o partidos de su preferencia, pero no hay que dejar de emitir su voto, es la humilde recomendación de mi parte.