OPINIÓN
Esos no son modos: Más que vidrios rotos

Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //
El asunto: Menores fueron abusadas sexualmente en una escuela de la Secretaría de Educación Jalisco y hubo tremendas omisiones por parte del personal educativo.
Pero, ¿de qué estamos hablando? Para responder habrá que remitirnos a la Recomendación 183/2020 que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Se trata de un par de adolescentes fuera de control en una escuela donde el personal educativo es omiso a sus responsabilidades y son estas omisiones las que permiten que la violencia escale hasta los golpes a niñas en sus genitales, hasta el terror de ir a la escuela y la amenaza de ser cortadas en trozos si no se dejan golpear o de ser llevadas al baño para abusar de ellas.
Antes de citar el documento me permito reconocer el trabajo de acompañamiento que ha hecho la CEDHJ en este tema. La recomendación no deja duda, hay graves omisiones y responsabilidad del personal educativo.
La recomendación recopila los testimonios de madres de familia cuyas hijas fueron golpeadas, constantemente, en el abdomen y en sus genitales por una compañera y un compañero escolar. Las madres, en repetidas ocasiones, pidieron al profesor que interviniera, escalaron el asunto a la dirección y fueron ignoradas de manera grosera.
“Mire a mi hija la llenaron de pomada de la campana”, reclamó la madre en una reunión de padres de familia.
“Pues a mí me gusta como huele esa pomada, no veo el problema” respondió la directora.
En la recomendación se recopila el testimonio de las madres y los partes médicos que demuestran sus dichos. Cito:
“Como mi hija persistía con sus dolores de estómago y colitis nerviosa, la llevé el 22 de enero de 2020 con una doctora particular, quien una vez que la revisó detectó que mi hija tenía huellas de violencia física en su estómago y genitales, sugiriéndome que la llevara a que le practicaran de inmediato un parte médico en una Cruz Verde, porque pudiera ser mi hija víctima de agresión sexual. Ese mismo día me fui a la Cruz Verde (…) donde se determinó la presencia de hematomas en regiones inguinal y genital”.
“Acudí con la directora al día siguiente a plantear lo antes narrado y estaba acompañada con la supervisora de Zona, redactando esta última un acta de hechos, donde presenté pruebas directas de las graves agresiones a mi hija y pedí la inmediata expulsión de los agresores, respondiendo la directora que no los expulsaría, porque los niños tienen derechos, a lo que yo le contesté que mi hija también tiene derechos y ella misma los pisoteó. Reiterando que no iba a hacer nada al respecto”.
“Estuve indagando por mi cuenta y me percaté de que las amenazas de las dos alumnas consistían en que si no se dejaban golpear en sus genitales las iban a llevar al baño con (TESTADO 1), donde éste abusaba sexualmente de ellas, amenazándolas con cortarlas en pedacitos con una filosa navaja de 15 centímetros de largo, si no accedían a sus pretensiones. El 24 de enero de 2020 acudí a denunciar los hechos ante Ciudad Niñez (…) donde mi hija declaró que aparte de ser víctima de violencia física y sexual, también fue víctima de abuso sexual en una ocasión por parte del niño (TESTADO 1), quien en el baño portátil de la escuela le metió el dedo índice en su vagina varias ocasiones. Tal abuso sexual fue confirmado por el dictamen ginecológico elaborado por un perito del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF). Considero que la agresión sufrida por mi hija y las demás alumnas y alumnos pudo evitarse si el profesor y la directora hubieran tomado en serio mis quejas desde un principio. También quiero manifestar que acudí el 30 de enero de 2020 al Órgano Interno de Control de la SEJ a denunciar los presentes hechos, donde se abrió el procedimiento 019/INV/2020”.
La madre de una segunda víctima señaló:
“Mi queja, también es porque si las autoridades de quienes me quejo hubieran hecho caso a nuestras quejas, se hubieran evitado las agresiones que han sufrido nuestras hijas y otros (as) alumnos (as) del plantel…”
No sólo no fueron escuchadas por el maestro y la directora, todo el sistema de Educación Jalisco les falló. Y la vida escolar como si nada. No se prende un foco rojo con este caso que tendría que obligar a la Secretaría de Educación a mirar los planteles con lupa, establecer protocolos para que el alumnado pueda sentirse seguro y no haya nadie que encuentre en ir a la escuela un terror inmanejable, para que nadie tenga que enfrentarse, en el sistema educativo, a golpes, amenazas y todas las formas de violencia sin que nadie intervenga, porque como sociedad no podemos dejar a las y los adolescentes a la deriva, a resolver el abuso con sus propios medios.
La Secretaría de Educación no está reaccionando como debería, que simplemente es tomar cartas en el asunto con toda la seriedad del mundo para garantizar de deveras que no se repita.
Pero el tema para muchos no es este, son los vidrios rotos en un edificio durante una protesta de mujeres indignadas, porque esos no son modos y hay que protestar con civilidad, aunque violen a tus hijas.