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CULTURA

El alto valor del deporte: Juegos Olímpicos de Tokio 2020

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Futbol, por Esteban Trelles Meza //

Definitivamente no existe actividad alguna que se compare a las diversas disciplinas deportivas existentes en el mundo que los Juegos Olímpicos, en donde la supremacía de algunos individual o de conjunto, prevalece sobre los demás en la disputa de excelencia y la búsqueda del pódium para sobresalir entre países diversos en una competencia de honor, gallardía, nobleza y espíritu de lucha brindándose al máximo en aras de la gloria deportiva.

No es un evento lucrativo de quienes sean los ganadores y tener una compensación, bonificación o premio en dinero, es el espíritu que prevalece de los antiguos griegos que una corona de laurel era el premio de aquellos que destacaban por encima de los demás, en el que no existen enemigos sino adversarios que con nobleza competían entre sí que como la frase célebre de los Juegos Olímpicos modernos en París por el Barón Pierre DeCoubertain: “Lo importante no es triunfar sino competir”.

Eata frase filosófica dice mucho en su contexto con enorme profundidad, donde existe la competitividad y el esfuerzo mayúsculo para salir airoso con la enorme satisfacción de ser mejor que su oponente deportivo, que tiene un mérito especial pues se representa con dignidad con país diverso como lo mejor de cada entidades, que es un triunfo singular de los atletas mismos que con gallardía y entrega absoluta compiten con el propósito de escuchar su himno nacional en la obtención de la medalla de oro, la máxima satisfacción de una aspiración leal que puede tener un deportista de élite que se entregan en cuerpo y alma al prepararse cotidianamente con arduos y excelentes entrenamientos para llegar a la justa deportiva y ser el mejor de todos en la especialidad que dominan.

El Comité Olímpico Internacional (C.O.I) tiene más afiliados de países que la propia ONU que esta última trata, los aspectos políticos-sociales de gobernanza de cada país, con diversas posturas ideológicas propias respetando todo tipo de posicionamientos entre sí; capitalistas, comunistas, progresistas, etc. De diferentes expresiones, posicionamientos y pensamientos distintos tratándo de prevalecer la concordia y la paz mundial.

La cultura y el desarrollo de los pueblos de las grandes potencias marcan supremacía en sus deportistas que apoyan no solo con recursos económicos, sino formativos como becas universitarias, forjando profesionistas diversos para beneficio de todos.

Los Juegos Olímpicos se llevan a cabo cada 4 años en diferentes países de los cinco continentes donde algunos repiten, ya sea por infraestructura adecuada por conflictos bélicos e incluso insolvencia económica u otros factores, donde precisamente se promueve la participación de todos.

En las Olimpiadas convergen todo tipo de personajes de países encumbrados o bien el desarrollo de los mismos, donde el “Patito feo” pudiera ser el Continente Africano que tiene países en extrema pobreza y no se pueden dar el lujo de competir mientras no se cubran sus necesidades básicas de alimentación y subsistencia mismas, incluso existe la monarquía que en Europa son ya honoríficos que como el caso específico de Gran Bretaña con la Reyna Isabel II, donde la política la maneja el parlamento inglés, lo mismo que España con el Rey Juan Carlos que pasó su mandato al hijo donde realizan actividades diplomáticos en su país y el mundo con su personalidad e influencia que aún poseen donde sus democracias eligen a sus gobernantes.

Como toda actividad humana los deportistas cumplen un ciclo deportivo dependiendo de las condiciones individuales de cada deportista que algunos tienen el privilegio no solo de concurrir a las justas olímpicas sino mantenerse en el medallero que es algo excepcional y digno de elogios, nosotros como país tenemos a María del Rosario de Tae Kwon Do que en tres eventos conquistó oro, bronce y plata respectivamente de 12 años de disciplina y en deportivas enlistándose al Ejército mexicano como patriota al servicio de su país, haciendo carrera militar en un caso extraordinario que un personaje represente a su país deportivamente hablando y después dedique su vida para la salvaguarda del mismo recordando al atleta medalla de plata del Sargento Pedraza (‘68) o el propio capitán Mireles, el más grande en la historia de nuestro país estando en el medallero en 4 justas de casi 20 años de disciplina deportiva en ecuestres con la complicidad de sus equinos instruidos y forjados por él mismo.

México tiene héroes deportivos que pasan desapercibidos en su retiro de actividad deportiva que el Estado debería mantener de por vida con la simplicidad de asistencia social médica, vivienda digna (Infonavit mínimo ), pensión alimentaria que por supuesto no existe y serviría de ejemplo a seguir entre la niñez y juventud, carente de ideales y héroes.

Lamentablemente lo de hoy hay mucho espacio y atención a la apología del crimen con los narcotraficante, como personajes centrales, con series televisivas, corridos de canciones, incluyendo el espectro pagano religioso de la “Santa Muerte”, que es lo único que prolifera en los tiempos de violencia extrema que tiene que nuestro país que cada sexenio crece de manera potencial.

El escenario de tanta violencia resulta desolador. Existen muertos y desaparecidos como nunca en la historia y lo más lamentable, no hacemos nada para remediarlo y no es que me salga del tema deportivo sino todo lo contrario, es poner el dedo en la llaga de la problemática delincuencial donde el Estado no fomenta los valores, no solo de manera pedagógica que es su obligación, sino enfatizar en el deporte precisamente como medida preventiva forjando al infante en escuelas públicas con la obligatoriedad.

La asignatura en diversas disciplinas deportivas adiestrándolos en teoría y práctica en su actividad favorita deportiva que repetimos los pequeños adolescentes en precarias condiciones de pobreza extrema, las jovencitas que quieran ser teiboleras y los jovencitos sicarios, propiciada por la indiferencia de la sociedad y la miopía del propio Estado que no se preocupa y ocupa por ese sector vulnerable haciendo caso omiso de su existencia.

En conclusión, debemos establecer que el deporte es la panacea adecuada para tener una sociedad mejor conformada por personas de bien evitando la autoridad proliferen “las alitas”, que no son otra cosa que sitios de consumo de bebidas embriagantes que crecen con esos vicios en la formación y conducta que realmente no les damos herramientas de asistencia como sociedad civil en el que todos tenemos responsabilidades compartidas.

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