MUNDO
Grandes grupos de poder económico al asalto del litio de Sonora: Bacadéhuachi, con una gran reserva mundial
Política Global, por Alfredo Jalife-Rahme //
En la lucha por el litio entre Estados Unidos y China, que dio pie al golpe de Estado en Bolivia, ahora el clan demócrata de Albright-Stonebridge, asociado a Roberta Jacobson, exembajadora de EEUU en México y despedida por pésimo manejo migratorio, en alianza inversionista con Rothschild, Soros y exasesores de seguridad nacional, van al asalto del litio de Sonora.
La batalla campal entre demócratas y republicanos, primordialmente en la frontera sur de EEUU, se trasminó al muy importante estado estratégico de Sonora que ostenta el primer depósito mundial de litio en Bacadéhuachi.
Si el poderoso grupo Tesla, cuyo principal accionista es Elon Musk, gran aliado de Trump, buscaba el suculento litio de Sonora para las baterías eléctricas de sus vehículos, ahora el clan demócrata de Albright Stonebridge Group, vinculado al exasesor de Seguridad Nacional y obsesivo compulsivo rusófobo Zbigniew Brzezinski, parece ser que será premiado con su enajenación catastral minera por el muy controvertido recientemente electo gobernador Alfonso Durazo Montaño —fracasado secretario de Seguridad Nacional en su ‘lucha’ contra el imparable el narcotráfico.
En efecto, el gobernador Durazo que aparenta pertenecer al gobierno del presidente hipernacionalista López Obrador de la 4T—cuando en realidad ha sido saltimbanqui de varios partidos: desde el PRI, pasando por el PAN, el PRD, hasta hoy en Morena— anunció sin rubor alguno la incorporación a su gabinete de la exembajadora en México Roberta Jacobson —consagrada de lleno a la ‘mesa’ de Latinoamérica en el Departamento de Estado— en el Consejo de Desarrollo Sostenible del Estado de Sonora .
Llamó poderosamente la atención que el gobernador electo Durazo, que entrará en funciones hasta el 1 de septiembre, opere libremente con la tácita aprobación de la gobernadora en funciones Claudia Pavlovich del PRI, y gran aliada del poderoso político, también del PRI, Manlio Fabio Beltrones— felicitado públicamente por el exsecretario del Pentágono Robert Gates por haber incrustado a México en el Comando Norte (NorthCom/NORAD).
En varios de sus tuits exhibicionistas, el gobernador electo Durazo mostró sus perturbadores vínculos con el omnipotente think tank Atlantic Council y con el Banco Mundial, además de políticos estadunidenses de Arizona y Nuevo México, con quienes promovió el concepto de una «megarregión binacional (sic)»—donde brilla intensamente el litio de Sonora— que abre la caja de Pandora de la balcanización en México, mientras en el sur de EEUU azota el flagelo de su secesión.
Lo más alarmante para los todavía nacionalistas mexicanos radica en la psicobiografia de la exembajadora de México, la israelí-estadunidense Roberta Jacobson, cuya función en México fue consolidar la reforma energética del anterior presidente Peña Nieto y el verdadero poder tras el trono Videgaray, además de promover la neomalthusiana reingeniería sexo-sociologista a grado tal de haber encabezado su proselitismo en las calles.
Lo más impactante radica en que Roberta Jacobson es socia de la poderosa empresa estadunidense de alcance global Albright Stonebridge Group. Así como demostré en 2013 la membresía poderosa de Albright Stonebridge Group, que sirvió para catalizar la reforma energética en México, ahora con su socia Roberta Jacobson lo más probable es que asalten el litio mexicano.
En 2013 exhibí quiénes eran los miembros de Albright Stonebridge Group: el influyente demócrata Lee Hamilton, vicedirector de la aciaga Comisión del 9/11; el financiero Roger Altman, mandamás del banco de inversiones Evercore Inc; Charles Prince, exdirector de Citigroup, del que es socio el expresidente neoliberal globalista Zedillo; y Samuel Berger, exasesor de Seguridad Nacional con Clinton. ¡La crema y nata del olimpo de los demócratas globalistas y neoliberales!
Dejo de lado la exhumación de las trácalas financieras de Evercore, exhibidos como lavadores/evasores fiscales en los Paradise Papers.
El asalto de la enajenación catastral del petróleo mexicano valió también la pena la incursión financiera de BlackRock y JP Morgan Chase.
Vale la pena colocar en su relieve trascendental a la exsecretaria de Estado, la israelí-estadunidense Madeleine Albright, nacida en Praga (República Checa), quien amén de haber sido pupila del polaco-canadiense-estadounidense Brzezinski, formó parte del aparato cupular de política exterior con los Clinton (Bill y Hillary) y Obama.
La exsecretaria de Estado Madeleine Albright a sus 84 años opera hoy un esquema financiero global, paralelo a la política exterior de EEUU, mediante la empresa que controla: Albright Stonebridge Group, asociada a Dentons Global Advisors, uno de los principales bufetes de abogados del top ten de EEUU, con 22 mil empleados (entre ellos 12 mil abogados), y con un mirífico alcance global.
Se desprende así un tridente de Neptuno que opera en el Deep State las «inversiones de EEUU», mediante sus dilectas y selectas empresas de funcionarios de alto ranking, como Albright Stonebridge Group, y con la sabia protección jurídica de Dentons Global Advisors.
Como si lo anterior fuera poco, la dupla Albright Stonebridge Group/Dentons Global Advisors realiza sus coinversiones en los países subdesarrollados con los banqueros israelí-británicos: los célebres Rothschild y su marioneta, el megaespeculador con disfraz de filántropo, George Soros.
Se pudiera aducir que Albright Stonebridge Group/Dentons Global Advisors, en conjunción con la dupla Rothschild/Soros, subsumen la quintaescencia del globalismo neoliberal noratlántico.
Para deslumbrarnos todavía mucho más, la temeraria visita del gobernador electo Durazo al think tank Atlantic Council, con sede en Washington, estremeció aún más la conciencia de la nación mexicana, a menos de que a estas alturas de la vida y a sus 67 años de edad ignore la dimensión geoestratégica de su atrevimiento entreguista unilateral.
Amén de haber propulsado el hoy fracasado TTIP (Tratado Transatlántico de Inversión y Comercio), de los rangos del Atlantic Council han surgido prominentes Asesores de Seguridad Nacional como el general retirado James Logan Jones, asesor de Obama. También Susan Rice, exasesora de Seguridad Nacional también de Obama, fue uno de sus miembros sobresalientes, no se diga el exgeneral mormón Brent Scowcroft, asesor de Seguridad Nacional con los presidentes Gerald Ford y Daddy Bush, quien fungió como director interino del Atlantic Council. ¡Cómo abundan los asesores de Seguridad Nacional provenientes del Atlantic Council!
De dos cosas una, o las dos: Durazo se metió a la boca del lobo o deliberadamente cumplió con las hipotecas de su pasado tenebroso.
Existe mucha similitud —o como dirían los franceses déjà vu— cuando también la asesora de Seguridad Nacional Condoleezza Rice y hoy directora del superbélico Instituto Hoover de la Universidad Stanford, aleccionó a los mexicanos entreguistas del petróleo en un retiro en Sunnylands donde aparecen el israelí-mexicano Enrique Krauze Kleinbort —un súbdito de George Soros y miembro del Committee on the Present Danger y la Comisión Trilateral, y quien sería luego Director de Pemex, Emilio Lozoya Austin— por cierto, hoy perseguido por sus fétidas tratativas con Odebrecht.
En forma estrujante, para dimensionar la envergadura de sus alcances, el think tank Atlantic Council —que parece más bien el cuerpo teórico de la política exterior de EEUU— fue dirigido nada menos que por el senador Chuck Hagel.
También vale la pena dimensionar la generosa recepción de fondos para Atlantic Council de 25 países como el Gobierno británico, y entidades y personalidades de grueso calibre: Goldman Sachs, Rockefeller Foundation, JP Morgan Chase Foundation, BlackRock, General James L. Jones, el Departamento de Estado (sic) y hasta la Open Society de George Soros y la pestilente Brurisma Holdings de Ucrania, que financió las tratativas crapulosas de Hunter Biden, hijo del actual presidente.
Antes de entrar en funciones, Durazo ya abrió la caja de Pandora de la balcanización de México, cuando hasta donde se sabe, se trató de un acto unilateral que no cuenta con el apoyo conspicuo del presidente nacionalista López Obrador ni de la secretaria de Energía y candidata presidencial Rocío Nahle. El futuro de México se juega con el litio de Sonora.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
MÉXICO ASPIRA A LA EXPLOTACIÓN DEL LITIO COMO FUENTE DE ENERGÍA DEL FUTURO
(Sputnik) — El nuevo Congreso de México que se inaugure en septiembre próximo tendrá entre sus proyectos urgentes elaborar una ley para las inversiones que permitan desarrollar los yacimientos de litio, metal liviano codiciado por la industria energética global para producir baterías.
En un giro sorpresivo, el Gobierno abandonó sus planes de nacionalizar sus grandes reservas potenciales de litio, que utilizan firmas productoras de batería como Panasonic, Samsung o LG.
A pesar de que la secretaria federal de Economía, Tatiana Clouthier, adelantó la posibilidad de asociaciones público-privadas, con control estatal mayoritario, el presidente Andrés Manuel López Orbrador dijo el pasado 17 de junio que podría someter el tema a un referéndum.
«Si hay algo que conviene a la nación, conviene al pueblo y necesite consulta, hay que hacerlo, nosotros estamos por la democracia participativa», planteó el jefe de Estado para resolver la disyuntiva.
No obstante, pidió esperar a que surja la información completa, de un esperado informe técnico gubernamental.
El especialista en energía Alexis Juárez Cao explicó a Sputnik que «la transformación de la matriz energética global, con el abandono progresivo de los combustibles fósiles (petróleo y gas), la transición hacia energías renovables y la construcción de automóviles eléctricos han reactivado el interés por el uso del litio en la fabricación de baterías».
El experto advierte que el dilema es que existen dos visiones sobre el futuro de estos proyectos.
«El presidente tiene una visión estatista del desarrollo, pero la encargada de la cartera de Economía y algunos miembros del partido gobernante están inclinados hacia una economía mixta, aunque con predominio del Estado sobre el capital privado», contrasta.
El investigador, doctorado en Energía por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, cree que al final «se va a imponer la visión del presidente».
UN PAÍS MINERO
En las sierras rocosas del centro del país y el noroeste desértico del territorio mexicano hay 1.7 millones de toneladas de reservas mineras de litio estimadas, que meten al país latinoamericano al «top ten» mundial.
El mayor tesoro de litio mexicano está en los desiertos del norte, en Sonora, estado fronterizo con EEUU, donde la firma inglesa Bacanora y la china Ganfeng invierten unos 500 millones de dólares en extracción de litio.
Esa inversión arrojará sus primeros resultados en 2023, con una ambiciosa estimación de 17.000 toneladas anuales de litio, que espera duplicar en una segunda fase.
La producción mundial del año 2020 fue de 82.000 toneladas, según el Servicio Geológico de EEUU.
El investigador señala a Sputnik que sus riquezas en litio colocan a México en noveno lugar mundial.
El ránking global del litio es el siguiente: Bolivia posee 21 millones de toneladas; Argentina, 19,3; Chile, 9,6; Australia, 6.4; China, 5.1; Congo, 3; Canadá, 2,9 y Alemania, 2,7 millones de toneladas.
Después de esos ocho países, aparece México como noveno, cuyas reservas son mayores a las de Perú, con 889.000 toneladas; Brasil, con 470.000 y España, con 300.000 toneladas del codiciado metal.
La Cámara Minera de México describe tres tipos de yacimientos de litio en el mundo, para explicar los grados de dificultad para extraerlo.
Primero están los yacimientos tradicionales de roca, con alta concentración de litio de fácil extracción, como en Australia y EEUU.
En segundo lugar, los salares con una concentración mediana del metal, como en Bolivia, Argentina y Chile, donde extrae a base de evaporación.
Las salmueras salinas acumulan las tres cuartas partes de los yacimientos mundiales de litio.
En tercer lugar están los reservorios de arcilla, con una baja concentración de litio, de difícil extracción, como los yacimientos mexicanos.
Las rocas y arcillas acumulan la cuarta parte del metal en el mundo.
¿LA EXPERIENCIA BOLIVIANA?
Cuando López Obrador recibió a finales de marzo pasado al presidente de Bolivia, Luis Arce, lo invitó a participar en la elaboración de un plan y encontrar la mejor manera de explotar el litio mexicano.
Al comienzo de este año, el oficialismo hablaba en el Congreso de nacionalizar el litio como nueva palanca del desarrollo, como fue el petróleo a finales del siglo XX.
Ese plan fue descartado después de la visita de Arce y comenzó a hablarse de inversión conjunta, pública y privada.
La incertidumbre está en encontrar el método limpio de explotación del mineral arcilloso, que requiere un riesgoso proceso de vertido, que genera residuos ácidos (lixiviados).
«Los mayores yacimientos mexicanos de litio son depósitos de arcilla, eso los coloca entre los más difíciles de explotar, técnica y financieramente», indicó Juárez a Sputnik.
El plan de Clouthier es que, en lugar de exportar el carbonato de litio, sea procesado en la producción de celdas voltaicas para las baterías de autos eléctricos.
Esas son las coordenadas de la encrucijada que se avecina.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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