MUNDO
Riqueza estelar: La nueva carrera espacial incluye a la iniciativa privada
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Estamos por vivir una de las eras más interesantes de la historia registrada o conocida de la humanidad. En el 2021 fuimos testigos de los primeros vuelos particulares suborbitales para pasajeros.
Los multimillonarios Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson han logrado fabricar y operar equipos que demostraron ser reutilizables para los viajes comerciales al espacio lo que es un logro increíble sobre todo si consideramos que hace 118 años apenas estábamos logrando vuelos de en aviones de madera como el Kitty Hawk de los Hermanos Wright en diciembre de 1903 o del primer vuelo en dirigible del brasileño Santos Dumont alrededor de París en 1901 o del mismo hombre con el primer vuelo por 250 metros de largo en 1906.
La rivalidad de los hermanos Wright y de Dumont fue tan sabida como lo es ahora la de Musk y Bezos. Los dos multimillonarios han intercambiado ataques públicos recientemente. Las declaraciones del dueño de Tesla nos pueden dar idea de la rivalidad que lleva cuando menos 15 años. Jeff Bezos dejó de ser el presidente de Amazon “…para trabajar de tiempo completo sometiendo demandas en contra de Space X…” acusó Musk en fecha reciente quien ha dicho que Blue Origin de Besos es una copia de Space X. La rivalidad tiene razones personales y económicas. Durante los últimos años Amazon ha iniciado la instalación de su propia red satelital, lo que también ha hecho Musk.
Mientras que Bezos dejó la dirección de Amazon para enfocarse en Blue Origin, Musk se ha mantenido exitosamente al frente de Tesla y de Space X.
“GANAR EL MUNDO, PERDER EL CIELO”
La razón parece ser simple, el Covid19 dejó miles de millones de dólares extras en ganancias a Bezos pero el tiempo no tiene precio y el muy sencillo pero genial, Musk le lleva la delantera en los asuntos del espacio. La empresa de satélites de Bezos llamada Kuiper tiene proyectada una flota de 3,200 satélites de los cuales al menos la mitad deberían estar en servicio para el mes de julio del 2026 de lo contrario podría perder la licencia de comunicaciones que recibió de la autoridad norteamericana. El problema es que el fabricante de satélites que se asoció con Bezos únicamente tiene 500 empleados y su capacidad de producción no parece estar creciendo al ritmo que se necesita. Además, desde la era de Trump hasta la del propio Biden, la NASA ha confiado más en Space X que en Blue Origin al grado de que en abril de este 2021 dicha agencia del gobierno de EUA asignó el contrato para que el próximo viaje de astronautas a la luna sea manejado por la empresa de Musk lo que fue la gota que derramó el vaso de bilis del hombre más rico del mundo Jeff Bezos quien podría “ganar la tierra pero perder las esterras”.
La flota de satélites de Starlink propiedad de Elon Musk ya es de 1,200 y está autorizada para 12 mil equipos que además sean más ligeros que los de Kuiper lo que permite que sean lanzados a un costo menor. Los críticos de Starlink dicen que fallan mucho.
La genialidad de Bezos ha radicado en tomar cosas y mejorarlas como el muy exitoso sistema de ventas a domicilio que es Amazon, pero no necesariamente ha creado algo inexistente, mientras que Musk y el británico Richard Branson, dueño de Virgyn Galactic, han arriesgado todo para crear artefactos que no existían.
¿POR QUÉ IR MÁS ALLÁ DE LA ESTRATÓSFERA?
Debe ser uno de los sueños más apreciados de la humanidad el poder saber y constatar lo que nos ofrece o lo que esconde el espacio exterior. La fascinación que ha impulsado a la especie humana para descubrir y cruzar nuevas fronteras con el uso de la imaginación, de la razón y el avance tecnologico es tal vez el signo más distintivo de la especie humana. Son la base de nuestra civilización y de cualquier otra. La curiosidad y la determinación han llevado a unos cuantos a ser los motores o las alas en las que los demás nos hemos montado para dar paso a nuestras comodidades y conocimientos.
Cuando el dinero no es problema ¿por qué pelear para que te paguen el “juguete”? El pleito entre Musk y Bezos no es por los cientos de millones de dólares que pagará la NASA para que lleven a unos nuevos astronautas a la luna en 2024. No señor, el pleito además de ser por los primeros pasajeros, es por la fama de ser el primer particular en transportar pasajeros a la Luna, es también porque ese dinero es la semilla de capital que justificará la primera base particular en un cuerpo espacial, en este caso la luna, que a su vez será la estación de conexión para ir a Marte y para iniciar la minería fuera del planeta tierra.
Como lo escucha, el primer contrato para minería espacial también ya fue ofertado por la NASA quien ha puesto una oferta abierta para adquirir desde 50 hasta 500 gramos de Rogolita lunar que es la tierra o suelo de características físicas mixtas. La etimología de la palabra griega significa manto o cobija de piedra, digamos que es la arena ya sea fina o gruesa. La adquisición se hará en el 2024 año en el que se tiene planeada la próxima gira lunar, por eso quien lleve a los astronautas tiene el costo del viaje pagado y así como en cualquier negocio de transporte logístico el acumular clientes y mercancías diversas ayuda para hacer la operación más rentable.
Con ese contrato Musk será el primer particular con servicio de entrega de paquetes de la luna a la tierra, lo que a Bezos le debe doler por que Amazon será el segundo o el tercero porque China y sus pequeños empresarios tambien han entrado en la carrera.
Musk cobrará a la NASA $2,900 millones de dólares por los boletos de los astronautas y ni es clase premier, más otros $25 mil dólares por las muestras.
En la luna se ha confirmado la existencia de cuando menos dos materiales indispensables para su industrialización. El primero y más increíble es el agua en forma de hielo en algunos cráteres o lagunas en el lado oscuro que nunca da hacia la tierra.
MINERÍA ESPACIAL Y LA ESCUELA PARA IR A MARTE
Según científicos, la línea ecuatorial de la luna tiene importantes cantidades de Helio -3 (He), que es un elemento para la generación de energía en reactores de fusión nuclear avanzados. Con esos dos elementos se puede garantizar la capacidad de reabastecer vehículos. Lo que hasta hace unas décadas se pensaba una fantasía sólo alentada por mentes ilusas o de teorías de la conspiración.
La luna también tiene minerales llamados “tierras raras” que se necesitan para la mayoría de los equipos electrónicos modernos. El proceso de estos minerales es muy contaminante por lo que el generarlos en la luna puede ser una opción para reducir los efectos en contra de la biósfera terrestre. Hoy en día China es por mucho el productor número uno de los codiciadas tierras raras.
La luna está relativamente cerca de menos de una semana de viaje y las comunicaciones con unos segundos de demora. Con la tecnología de hoy en día, viajar a la luna es más rápido que viajar idea y regreso de Moscú a Madrid por tierra o ir de Manzanillo a Hong Kong en barco.
Pero no es lo único que se traerá de la luna y sus alrededores. Se han identificado meteoritos que en el futuro muy próximo se estarán “explotando” como minas ambulantes. Por ejemplo el asteroide “16 Psyche” tiene tanto oro que sería suficiente para darnos a cada ser humano $93 mil millones de dólares, eso sería como que todos de un día a otro tuviésemos fortunas como la de Jeff Bezos, pero esto crearía una inflación tan grande o una deflación del valor de dicho mineral que seríamos igual de pobres o de ricos de lo que somos sin esa fortuna. Eso nos lleva a otro tema, que es el de la riqueza y los efectos de la explotación de dichos minerales, pero dicho tema será para otra ocasión u otra vida.
Algunos imaginan un futuro en el que la tierra sea una gran zona habitacional y la industria pesada se desarrolle en el espacio con humanos al estilo la película llamada “Total Recall” de 1990 en la que Schwarzenegger era un minero en Marte, peleando por los derechos de los habitantes y trabajadores explotados.
Robots controlados desde bases lunares o desde la tierra con envíos de carga en gravedad cero lo que implica un bajo consumo de energía para el movimiento. En comparación las cosas en la luna pesan sólo el 16% de lo que aquí en nuestro planeta. Estas son algunas de las ideas y factores que ya se discuten en los círculos de empresarios y países más poderosos del mundo.
China, Rusia, Japón, Emiratos Árabes, India y la Agencia Europea además de EUA, están trabajando distintos proyectos para asegurar sus derechos en la minería espacial, esta carrera se ve como la próxima batalla por la supremacía universal o la subsistencia en el concierto de las naciones desarrolladas. La nueva colonización.
Hace más de 500 años la Corona española le dio recursos al genovés Cristóbal Colón para ir a la India y en el trayecto encontró un nuevo mundo, hoy se le estará dando dinero a los nuevos navegantes para explotar lo que creemos que está allá en el espacio pero en el trayecto no sabemos con lo que nos podríamos topar.
Por lo pronto la NASA lanzó en agosto una convocatoria abierta para que quien esté interesado se registre como candidato en el programa de entrenamiento para la misión a Marte, la convocatoria estará abierta hasta el día 17 de Septiembre para seleccionar a cuatro personas que estarán en un simulador durante un año. Si le late apuntese, de 30 a 55 años de edad.
CHINA Y SUS EMPRESAS PRIVADAS
El valor de Blue Origin con su futura red de satélites se estima en $10 mil millones de dólares, el valor de Space X con su red satelital se estima en $73 mil millones de dólares, pero hay empresas pequeñas de capital privado chino que a dos años de haber sido fundadas ya están lanzando satélites al espacio en su lucha por alcanzar y superar a Musk.
Para ello China ha iniciado el diseño de una base para el uso comercial de vuelos y servicios espaciales que darán servicio a empresas como iSpace, OneSpace, Galactic Energy y otras más que por el momento necesitan del apoyo gubernamental que ve esta industria como estratégica en su carrera por superar a los EUA. El valor de la industria espacial comercial se espera supere un millón de millones de dólares anuales en la presente década.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES5 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN4 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN3 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo