OPINIÓN
¿Elección libre en Tlaquepaque?
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
San Pedro Tlaquepaque, se encuentra en proceso de elección extraordinaria, cuya nueva fecha de votación será el 21 de noviembre, debido a la anulación de la primera votación en la elección ordinaria, la cual ha sido sin duda una situación atropellada desde la óptica de derechos y obligaciones electorales, más allá de las políticas partidistas que involucra volver a postular candidatos y competir por un municipio, lo verdaderamente significativo es que el municipio obtenga un gobierno que forme democracia participativa, desarrollo urbano y social, economía sólida mediante políticas públicas óptimas y sobre todo un buen gobierno que luche abiertamente contra la corrupción y la opacidad, como un principio básico de su administración pública real, pero contrario al deber ser, tenemos una contienda por el aporte o continuidad de cotos de poder a partidos políticos.
El municipio de San Pedro Tlaquepaque es un eje elemental en la totalidad de los municipios conurbados, es por sí solo un lugar típico de la cultura mexicana, relacionado con el mariachi o los tríos, el tequila, las artesanías, la magia del carácter tradicional y popular de nuestro país, Tlaquepaque pueblito enmarca a Jalisco por sus indispensables actividades económicas y culturales, su comercio artesanal, su gastronomía y sus tradiciones jaliscienses, es un lugar ideal para el turismo local, nacional e internacional, merece sin duda que sus gobiernos municipales privilegien su status superior.
En este contexto, podremos analizar lo trascendente que resultará una elección de tipo extraordinaria, en la que también se manifiesta un precedente jurídico de los tribunales electorales, en un municipio de completa posición jerárquica para Jalisco y para México; gobernarlo involucra la habilidad dotada de sensibilidad y empatía gubernamental, para mantener su función de atracción turística, cultural y de árbol histórico nacional, pueblo mágico tradicional que debe ser tratado políticamente como lo que es y no como un botín político de colores partidistas, buscando abiertamente que el municipio sea parte de las musculaturas partidistas en el Estado, pero privándolo de un gobierno especializado en concebir de manera digna, lo que vale un municipio como San Pedro Tlaquepaque.
Por desgracia San Pedro Tlaquepaque, al momento es un municipio descuidado, saturado de violencias de todo tipo, es inseguro transitarlo como quizás cualquier otro municipio de Jalisco, con colonias y servicios públicos sin atención, sectores sociales olvidados, tristemente cliente asiduo de la nota roja en la metrópolis, es innegable que su resplandor está apagado, en la actualidad es usado para cuestiones partidistas de posicionamiento político, pero desde la realidad democrática y política, es retenido por quienes no han traído mejoras, seguridad y certeza al citado municipio.
Por esta razón, resulta evidente que los ciudadanos de uno de los municipios más importantes del Estado, les corresponde valorar la dinámica de cambio de color, los acuerdos politiqueros de mantener grupos de poder partidista, deben dejar de ser parte de las democracias propositivas cuando no han tenido óptimos resultados, la administración pública no es de oportunidades, es de realidades y aquellos que no definieron en dos administraciones, real interés por las necesidades de sus gobernados, no deben quedarse a seguir auto generándose poder desde un grupo político y sin aportar claramente básicas obligaciones gubernamentales, éste es el momento ciudadano para ejercer un «basta» desde su voto secreto y libre, tomando consciencia de que en el país el pensamiento paternalista, no ha formado nunca nada positivo para la sociedad, aunque en campañas digan lo contario.
Que las luchas sociales nunca se conviertan en ganancias partidistas, el equilibrio correcto de las fuerzas políticas es mantener resultados en sus sociedades inmediatas, hemos aguantado décadas de simulación para fines de poder, las grandes democracias llevan fundamentado de raíz el servicio público y la administración gubernamental transparente, así mismo el respeto por los derechos humanos y sus inherentes libertades sociales, cada que el país cae en dar poder público a través del voto de manera irracional, caemos todos, con un increíble estancamiento gubernamental y social.
Hoy se tiene una nueva oportunidad de expresarse en urnas para decidir el futuro inmediato o tres años más de un gobierno políticamente activo, pero fingidamente social; es democracia socialmente responsable, evitar que el poder político haga raíces donde no forman condiciones ideales y lógicas, es deber social concientizar que las condiciones para votar en urnas son secretas y totalmente libres. Si los resultados son para unos cuantos, el desarrollo y beneficio tiene color exclusivo o están más ocupados en el respaldo a la política estatal y nacional; luego entonces es decisión de cada ciudadano manifestarse a través del voto, los municipios no son de los partidos que logran gobernar, son de los ciudadanos votantes y participativos que habitan el lugar.
