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ENTREVISTAS

Las escuelas son viejas y obsoletas: Es vital la inversión en infraestructura educativa, señala el economista Alfonso Gómez

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Por Mario Ávila //

La determinación de aumentar al 3% el impuesto estatal a la nómina en el proyecto de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2022, para destinar al menos 800 millones de pesos en infraestructura educativa, es una medida vital para la educación porque hoy las escuelas son viejas, obsoletas, en espacios no aptos, se saturarán con el regreso a la presencialidad y no responden al crecimiento demográfico. Ello en opinión del economista, académico y ex secretario de Educación, Alfonso Gómez Godínez.

El ex funcionario explicó sin tapujos: “Yo como ex secretario de educación, sí estoy de acuerdo en la necesidad de un mayor aporte para el tema de infraestructura porque nuestros presupuestos de educación, más del 90% es para gasto corriente, es decir para el sueldo de los maestros y nos queda muy poco para infraestructura educativa, porque en ese resto nos queda muy poco para otro tipo de gastos”.

Entonces tenemos un problema de un reducido gasto en infraestructura educativa y los retos que se tienen en la materia son mayúsculos. En la pasada administración el gobierno federal hizo un censo en donde se evidenciaba que tenemos un rezago en infraestructura, en materia de escuelas”, expuso.

Y detalló que nuestras escuelas por un lado se nos están haciendo viejas, “esas grandes escuelas que están en las cabeceras municipales fueron construidas en los años 40’s o 50’s del siglo pasado y hoy y tienen ya 60 o 70 años y ya están viejas, ya tienen severos problemas estructurales.

Por otro lado se tiene la necesidad de construir nuevas escuelas por el tema de la dinámica demográfica y en donde la autoridad siempre va detrás, porque aparecen nuevos fraccionamientos; las nuevas colonias de los desarrollos urbanos crecen y en la zona Norte de Zapopan, por ejemplo, se puede mostrar cómo una explosión demográfica no lleva en paralelo un desarrollo en infraestructura educativa, es decir nos hemos quedado atrás de la dinámica poblacional, de la necesidad de servicios que los jóvenes demandan, al menos en lo que tienen que ver con la incorporación a la escuela.

Un elemento adicional es el impacto del COVID-19 que ha provocado un fenómeno de migración de jóvenes niños adolescentes que antes estaban en escuelas privadas, hoy están en escuelas públicas por la crisis económica que generó la pandemia y ahora con el regreso total a la presencialidad que recién se anunció, seguramente las escuelas públicas van a tener problemas; no solamente para tener en la presencialidad a los estudiantes que ya tenían, más los nuevos que se cambiaron y aunque en los últimos meses se pudo sortear porque las clases eran a distancia, pero son miles de estudiantes que emigraron a la escuela pública y ahora no solamente es meterlos, sino hacerlo con orden y con apego a las nuevas reglas de convivencia en materia de salud, como la sana distancia”.

Un asunto más, es que en los últimos años se ha estudiado mucho y ha quedado claro que la infraestructura tiene un gran impacto en la enseñanza, se requieren ambientes escolares amigables, ambientes escolares en donde el estudiante pueda tener acceso a los servicios a canchas deportivas, a comedor y a toda una serie de espacios que ha quedado demostrado que cuando el estudiante va a la escuela y los tiene, incrementa su rendimiento educativo, lo que significa que la infraestructura sí tiene un impacto directo en el nivel educativo de los estudiantes, por ello necesitamos meterle dinero para crear escuelas con ese ambiente favorable al aprendizaje, favorable a generar un ambiente de estudio y de convivencia estudiantil”.

Y vinculado con esto, el impacto de las nuevas tecnologías en la información y las nuevas pedagogías, lo que significa que ya no es simplemente el aula, el salón de clases, el mesabanco y el pizarrón; hoy se requiere tecnología, computadoras, programas informáticos y aparte, hoy ha quedado demostrado que esa enseñanza que se llamaba ‘bancaria’, en donde nosotros nos sentábamos en el banco y el maestro hablaba y hablaba, en ese modelo de enseñanza bancaria mete los escritorios y si no caben los muchachos, junta a los más que puedas y da la clase.

Hoy las nuevas exigencias educativas te piden nuevos procesos de enseñanza, de aprendizaje colaborativo y eso requiere ya no de bancas sino de mesas de trabajo, necesitas espacio para el trabajo en equipo entre los alumnos. Las nuevas exigencias educativas hacen inviable el viejo salón de clases por lo tanto requiere recursos para poder transformar cualitativamente el espacio educativo.

Hay también un buen porcentaje de escuelas que son inmuebles que se habilitaron como escuelas, pero que no se construyeron como tal, se consiguió una bodega, el ejido les concedió un terreno, se habilitó en aulas provisionales ante la exigencia de tener espacios educativos que no fueron diseñados para ser escuelas”, dijo el maestro Alfonso Gómez.

EN EDUCACIÓN, LA DEPENDENCIA ES ABSOLUTA DEL RECURSO FEDERAL

Ante ello, el propio economista Alfonso Gómez se preguntó de dónde se podrían sacar los recursos, si se tiene un gobierno federal que es el responsable del gasto educativo y las entidades tienen una gran dependencia del recurso federal de educación.

Por lo que planteó: “Y si tenemos un gobierno federal que no tiene una visión para incrementar los ingresos fiscales, no sabemos de dónde van a salir, porque en la vida y en la economía no hay nada gratis, todo cuesta. Por eso yo sí estoy de acuerdo en la exigencia para incrementar el monto de recursos para infraestructura educativa”.

Un ingreso que no se cruza con la aportación voluntaria de los padres de familia, ya que ese dinero es para los gastos operativos de los planteles, debido a que la Secretaría de Educación no otorga recursos para comprar jabón, papel del baño, etcétera, esos gastos no están contemplados en el presupuesto y son los padres de familia quienes tienen que solventarlos”, expuso.

Sobre la idea de dejar el recursos en manos de empresarios para que sean manejados y administrados por ellos, el ex secretario de Educación en una parte del gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, dejó en claro: “Yo creo que la sociedad debe de participar a fondo en este tema, yo creo que hay más actores involucrados e interesados en participar en los procesos educativos, evidentemente las asociaciones de padres de familia, los maestros tienen mucho que decir porque son los que hacen la chamba al interior de las escuelas, hay mucha gente con experiencia, con conocimiento y con interés en el proceso educativo y puede ayudar mucho a ese órgano que se está planteando para poder diseñar con mucha precisión, evaluar con mucha calidad y medir el impacto que se tenga”.

Sí se requiere el recurso -sentenció-, se requiere de un aporte de la sociedad, pero también se requiere que más grupos de la sociedad civil participen en esta política, no solo los empresarios. Y que salga del impuesto a nómina, evidentemente puede generar un efecto en términos de desincentivar el quehacer productivo porque costaría más, pero yo creo que en ese sentido habrá que pensar de qué otras fuentes se puede obtener ingresos para una actividad tan urgente como es la infraestructura educativa”.

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