OPINIÓN
El dilema ciudadano: Votar o no votar
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
El día 10 de abril, el país usará una herramienta de participación ciudadana diseñada para acercar a la sociedad con el gobierno federal en pleno ejercicio de funciones evaluándolo, la revocación de mandato; el presidente Andrés Manuel López Obrador será el primer presidente que se someterá a una masiva participación social, para saber el sentir de la población respecto de su mandato inmediato y si bien es un derecho la participación ciudadana activa de las personas en la política y la gobernanza, ¿cuánto de verdad tiene este ejercicio de participación ciudadana?, en un país donde la política es simulación y el bienestar es beneficio que solo mueve la élite de la clase política en México.
El dilema de la sociedad está en asistir a votar o no, recordemos que en realidad esta revocación de mandato, es un ejercicio solicitado en su mayoría por simpatizantes y militancia del partido en el poder y como bien lo dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el presidente de la república durará seis años en su cargo; sin embargo, sabemos cómo parte de la estrategia política general del antes y el después de los morenistas, así como el propio presidente, estaba comprometerse socialmente durante su campaña para establecer a mitad de su periodo un sondeo general de percepción a modo de reflector, hoy llamado revocación de mandato, consumando su promesa de campaña, logró la revocación de mandato para preguntarnos sobre nuestro sentir a la mitad de su administración pública, la cuestión es simple independientemente de los colores partidistas de cada ciudadano y exageradamente a consciencia ya sé preguntó sinceramente si gozamos de un buen gobierno federal.
En este sentido, es muy importante que la sociedad tenga presente que para está revocación de mandato sea vinculatoria y genere cambios solicitados por la sociedad, como la salida del presidente resultado de una negativa a su continuación en el poder producto de la respuesta de los ciudadanos, este ejercicio deberá de tener más del 40 % de participación ciudadana, lo que básicamente sería imposible lograr por el nivel de abstencionismo que la sociedad traerá todavía en un ejercicio de participación ciudadana muy nuevo, socializado solo por los militantes del partido en el poder y por el propio gobierno federal desde sus secretarías, apostando a no alcanzar el porcentaje y por supuesto el no en las urnas, basado en la lógica de estos dos supuestos para el partido de Morena, resulta seguro apostar por la invitación a la participación ciudadana de un ejercicio perfectamente medido en riesgo.
En este contexto, habrá que entender que por desgracia en nuestro país, la verdadera democracia y la participación ciudadana, son vilmente simuladas usadas de manera indiscriminada, siempre en beneficio de los poderes en acción o grupos de poder, éste no será un caso distinto, se aparentará que una baja participación casi exclusiva de la propia militancia morenista, se pronunció como el pueblo bueno eligiendo libremente que el actual presidente continúe su mandato, por ser un buen presidente, la realidad aquí siempre supera la ficción, la poca afluencia a las urnas se deberá a diversos factores incluso culturales y a la poca comprensión del uso de esta herramienta de participación ciudadana que fue usada como garantía para ganar la confianza de la sociedad en una campaña electoral pero que en realidad no es forzosa y fue solicitada por el mismo partido en el poder, existe un sexenio que cumplir con responsabilidad.
Se atacará ferozmente a la institución electoral, con mil argumentos acusativos debido a que las instituciones en nuestro país han estado en riesgo constante y desacreditación desde la llegada de este gobierno de Andrés Manuel López Obrador, una de ellas es sin duda el INE, debido a que nada puede estar por encima de él, mucho menos ponerlo en duda o regularlo de ninguna forma, ni por las previstas en la ley.
Por desgracia la personalidad de nuestro actual presidente no es la más sana, es sumamente ególatra y narcisista, por lo que sin duda no comprende, porque lo que él dice y solicita solo se hace o se acepta y listo, no logra percibir los derechos de la sociedad a no admirarlo y se frustra incluso públicamente.
Por lo que en conclusión, la revocación de mandato organizada por el INE el próximo 10 de abril en el país, es sin duda un ejercicio de participación ciudadana, una herramienta de la democracia y de la participación social; pero es un ejercicio para una sociedad sana, extremadamente democrática y culturalmente participativa, revocar un mandato presidencial a medio sexenio implica una gran responsabilidad social y no somos un país preparado todavía, caemos en los juegos políticos y la politiquería constantemente por desgracia en esta ocasión los fines están perfectamente calculados, se sabe que va a pasar después de la fecha indicada, el presidente se proclama querido por su nación, con una baja participación, arremeterá contra sus enemigos incluidos el INE y generará un mensaje de máxima aprobación con un ejercicio a modo y básicamente medido; la única sorpresa que cambiaría la expectativa es un no con una participación superior al 40% y de ser así lo que pasaría también es de esperarse, el presidente desacreditará de la misma manera al INE, no aceptará una derrota ya que nunca lo ha hecho ni lo hará.
