OPINIÓN
La crisis del imperio: EEUU, de potencia hegemónica a un paso del subdesarrollo
Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
A medida que la guerra Ucrania-Rusia continúa y por un lado se incrementan los apoyos de armamento solicitados a los miembros de la OTAN por el provocador presidente ucraniano Volodomir Zelenski, y se endurecen las sanciones económicas contra la Federación Rusa –aunque tales medidas estén resultando altamente contraproducentes para Occidente- el espectro de la estanflación global se alimenta y crece amenazando no sólo el crecimiento que ya se había conseguido por décadas de esfuerzo en algunas zonas de países en subdesarrollo, sino que acrecentará aún más las desigualdades económico-sociales en las naciones “desarrolladas”, lo que podría decantar en graves problemas de estabilidad política y social, tal como está sucediendo en la otrora potencia hegemónica mundial: Estados Unidos.
Los ciudadanos estadounidenses que recibieron estímulos económicos durante la pandemia del covid-19 en 2020 y 2021 están ahora siendo obligados a pagar con creces esa supuesta “ayuda” de su gobierno a través del IRS (Internal Revenue Service) con exorbitantes impuestos, al tiempo que la inflación sigue creciendo y el poder adquisitivo disminuyendo.
A esto se suman las diferencias étnico-raciales que se acentúan con el deterioro económico de su población: las minorías aquí sufren el problema de una forma desproporcionada. Mientras que 11% de los niños blancos en EE.UU. viven en la pobreza, esa tasa llega a 32% para los niños negros y a 26% para los niños latinos, concluyó el Centro de Datos Kids Count en base a estadísticas de la oficina del censo.
Por otra parte, los expertos apuntan a un factor económico: el deterioro del mercado laboral de EE.UU. para los trabajadores de menores salarios, que son cerca de 40% del total han sufrido pérdidas en sus ingresos reales en las últimas décadas. Esto es atribuido a diversos motivos, desde la desindustrialización y el debilitamiento de los sindicatos, hasta las transformaciones tecnológicas.
La economía de EE.UU. supuestamente creció un 5,7% en 2021, señalaron el New York Times, Washington Post, Reuters, Voice of America, Financial Times, CNN, Market Watch. Y, entonces, ¿por qué el índice de aprobación del presidente Joe Biden está en su punto más bajo? ¿Y por qué muchos estadounidenses pasan literalmente hambre?
La inflación general alcanzó otro máximo interanual de cuatro décadas en marzo, impulsado por el aumento vertiginoso de los costos de la energía y de los alimentos. Ante este incremento, producto de las restricciones de suministro y la fuerte demanda de los consumidores, la inflación de Estados Unidos se aceleró a 8.5 por ciento en marzo, un nuevo máximo desde diciembre de 1981, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Siguen hablando de una supuesta “amenaza china” y ahora de la invasión rusa de Ucrania, mientras que la verdadera amenaza es la de los políticos que amasan riquezas, mientras 140 millones de estadounidenses pasan hambre.
Es, quizá, una de las grandes paradojas de la actualidad: Estados Unidos, autoproclamado como el país más rico del mundo, tiene 140 millones de personas (de los 330 millones de habitantes) viviendo por debajo o al borde de la línea oficial de subsistencia, medio siglo después de que el presidente Lyndon B. Johnson declarara una «guerra incondicional contra la pobreza». (rebelion.org)
Este es otro gobierno de EE.UU. que aún hace esfuerzos por descubrir cómo ganar esa guerra, mientras incentiva y financia el conflicto en Ucrania.
“Fui hacia la casa del rico, / y le arrebaté lo que me había robado, /recuperé mi humanidad, / mi dignidad. / Fui a Wall Street y recuperé lo que me robaron. / No voy a dejar que el sistema me atropelle, cantaron cientos de manifestantes de la Campaña de los Pobres –la resucitación de la última iniciativa del reverendo Martin Luther King hace medio siglo– al marchar el 11 de abril pasado frente a la Bolsa de Valores de Nueva York.
Esta marcha, una de 12 movilizaciones regionales en preparación para una magna marcha moral nacional de y por los pobres y trabajadores de bajos ingresos, programada para el 18 de junio, para irrumpir y transformar este país desde abajo, culminó en un mitin en la histórica iglesia Trinity, que preside Wall Street, donde el codirector de la campaña, reverendo William Barber, declaró que el objetivo es salvar a este país de sí mismo.
Con canciones viejas y nuevas de lucha social, la marcha sorprendió el corazón del sector financiero así como a turistas de todo el mundo al proceder por esta capital del capital, con el mosaico multiracial y transgeneracional de manifestantes repitiendo versos sobre solidaridad y dignidad social, y pancartas en las que se leía la proclama: todos tienen el derecho de vivir y todos nos elevamos cuando nos levantamos desde abajo.
La voz retumbante, con acento sureño, del reverendo Barber, uno de los herederos de King, sonó dentro de la iglesia que este país necesita un trasplante de corazón, ya que algo está muy mal en una nación que pasó por una pandemia y sigue sin un seguro de salud universal.
Deploró el que “nuestra política esté atrapada en la mentira de la escasez, de la mentira neoliberal… donde culpan a los pobres de la pobreza”, un país en donde casi la mitad de la población –140 millones– vive en pobreza o con ingresos bajos, donde unos 250 mil mueren al año por pobreza y donde lo único que sí falta en éste, el país más rico del mundo, es conciencia moral.
Denunció el racismo sistémico, la devastación ecológica, la economía de guerra y el militarismo, la falsa narrativa de los cristianos nacionalistas, y reiteró que necesitamos una resucitación moral.
La reverenda Liz Theoharis, codirectora de la Campaña de los Pobres, declaró que este movimiento de «fusión» de varios sectores y luchas sociales busca ser «perturbador» y tiene como demanda «una redistribución radical del poder político y económico». Y a la salida de la iglesia entonaron en español los versos de la vieja canción de lucha social: “No, no nos moverán», (Brooks, D.@jornada.com.mx)
El acelerado debilitamiento interno y externo de Estados Unidos, el cambio hacia la multipolaridad geopolítica, y el imparable ascenso de China y Rusia, incrementan la posibilidad de una nueva trampa de Tucídides, en la que el país anglosajón tiene las mínimas posibilidades de salir victorioso, y con ello sobrevendrá un nuevo orden mundial a favor del vencedor.
