OPINIÓN
La cruda electoral: Se requiere autocrítica en los partidos de oposición
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca tuvieron su cita con la democracia para decidir el futuro de sus respectivos estados y municipios, y al margen de los resultados, creo que todos nos llevamos el grato recuerdo de un proceso electoral bastante interesante en el que hubo de todo, desde llamadas telefónicas más comprometedoras que los testimonios del juicio de Amber Heard vs Johnny Depp, hasta la ya tradicional ruta de la garnacha en la que los candidatos dejan su faceta de políticos para convertirse en catadores de comida callejera que va desde tacos de barbacoa típica de Hidalgo, hasta unas deliciosas tlayudas oaxaqueñas.
En general, el proceso electoral fue toda una fiesta, es así, que pese a la veda electoral que comenzó el jueves de la semana pasada, hoy lunes empezamos la segunda semana del mes con una gran cruda electoral, y en el caso de la oposición, con una cruda pero moral para la que estoy seguro deben estar buscando algún remedio casero porque debe de estar pegando fuerte, y si no, es porque siguen en las nubes.
Ahora bien, creo que hablo por todos cuando digo que las crudas son horribles, y en algunas ocasiones son un mal que no le deseamos a nadie, no obstante, pese a su peculiar dificultad, todos hemos encontrado en ellas algún momento de tranquilidad para recordar la noche anterior, enlistar los errores y así, comprometernos a no volverlo a hacer jamás.
En ese sentido, en este caso en concreto, la cruda electoral tiene que ser un parteaguas para que los partidos, especialmente los de la oposición se bajen de las nubes en las que están viajando tranquilamente, ya que ciertamente las cosas no andan muy bien que digamos, y toda vez que a México no le conviene una oposición debilitada y perdida en el espacio, es necesario que se comienzan a implementar en cada instituto político, espacios que permitan la reflexión y la autocrítica, ya que solamente así, se podrá trazar un proyecto de cara al 2024 que vaya más allá del antilopezobradorismo.
Ahora bien, aunque estos espacios de reflexión y autocrítica son importantes, hay un elemento previo a esto que es igual de importante, y este se llama: humildad, ya que sin ella, los tropiezos nunca serán oportunidades para mejorar, sino solamente eventos ocasionados por factores ajenos que jugaron dolosamente en contra del perdedor, situación que aleja a los protagonistas de esta película de la realidad social del entorno ya que se encuentran atrapados en esa realidad que sus más cercanos quieren proyectarles.
En el caso de este proceso electoral, hay algunos puntos que valdría tomar en cuenta para empezar con la sanación de esta cruda, y el primero de ellos sin lugar a duda tiene que ver con Morena, ya que la oposición está cometiendo un error un tanto grave: creer que el malestar de un sector de la población con el partido en el Gobierno automáticamente se traduce en un alto de nivel de aprobación para ellos, que ciertamente no gozan de una buena reputación.
En ese orden de ideas, si sumamos el malestar de ese sector de la población, con los escándalos que también rodean a la oposición y con su falta de un proyecto de país claro y encabezado por cuadros políticos nuevos y esperanzadores, obtenemos como resultado apatía, la cual, nos guste o no, beneficia a aquellos con las cartas necesarias no solo para mantener en pie de lucha una base de votantes sólida y relativamente, sino también con la capacidad de absorber las estructuras tradicionales de algunos partidos, como por ejemplo, el PRI.
En consecuencia de lo anterior, el segundo punto que vale la pena abordar, tiene que ver, como ya se habrán imaginado, con la oposición, que sin razones y sin argumentos, atraviesan una de sus etapas más ensoberbecidas, lo cual, resulta no solo preocupante, sino también sorprendente, ya que aunque el actual gobierno no ha entregado los resultados prometidos, como ya lo mencioné anteriormente, no es como que la oposición le haya dado a la ciudadanía esperanza sustentada en un proyecto de nación viable.
Todo lo contrario, creo que a diferencia de lo que fueron en su momento Morena y Movimiento Ciudadano como partidos opositores, hoy la alianza Va por México está muy lejos de seguir sus pasos, ya que últimamente han estado más ocupados ‘’cerrando filas’’ para destapar al candidato del 2024, que abanderando las causas más sensibles que nos rodean, como por ejemplo: inseguridad, medio ambiente, igualdad sustantiva y desigualdad, solo por mencionar algunos
Por ejemplo, en el caso del medio ambiente, recordemos que hace un par de meses, fuimos bombardeados con un sinfín de propagando referente al gran triunfo obtenido en el Congreso de la Unión cuando se echó para atrás la reforma eléctrica, que dicho sea de paso, realmente fue asfixiada por Estados Unidos mientras la oposición realizaba foros para definir una postura, sin embargo, hasta la fecha la agenda ambiental y el proyecto de cara al 2030, sigue siendo un tema en aparente olvido para la alianza Va por México.
De igual manera, muy poco se ha visto a la postura o las propuestas de la oposición en temas como la crisis de escasez agua y de feminicidios que irónicamente ‘’inundan’’ Nuevo León, que además hoy es uno de los retratos más cercanos que tenemos de un futuro en el que el medio ambiente pasa a segundo plano.
Para no hacer el cuento largo, creo que es totalmente válido expresar que realmente no sabemos en dónde está la oposición, ni mucho menos, sabemos hacia dónde va; no se sabe si están trabajando por construir una verdadera alternativa política para la ciudadanía, o si solamente están cocinando la candidatura presidencial de cierto personaje.
Como conclusión, creo que los comicios del día de ayer son, en primer lugar, una clara advertencia que nos recuerda que las cosas en el escenario político no son como parecen, en segundo lugar, que hay mucho trabajo que hacer de cara al 2024 y en tercer lugar, y no tan desalentador, que pese a la adversidad, aún se está a tiempo de corregir el rumbo y de sacarse de encima esa cruda moral electoral.
Si somos sinceros, a los mexicanos no nos importa si unos audios son reales o no son reales, no nos importa quién dijo qué ni cuándo ni por qué se dijo lo que se dijo, a los mexicanos lo que nos importa, en palabras de Hugo René Ruíz Esparza, líder que tiene todo mi respeto, es un proyecto político que garantice orden social, respeto a la constitución, a la ley y a las instituciones. Lo que los mexicanos necesitamos, es un gobierno que proteja a los ciudadanos y que proyecte obras públicas para el desarrollo y el crecimiento económico.
