OPINIÓN
Omisiones mortales
Opinión, por Ramiro Escoto //
Hace unos años, en la Cámara de Diputados se tocó el tema de dar facilidades al autotransporte para circular con autorizaciones previas de la SCT Con doble remolque, acto seguido se dio la instrucción para que esta iniciativa tuviera efecto y beneficiara la propuesta que tenía como condicionante la revisión de los vehículos y la constante renovación de estos permisos que pueden verse en las cajas de los tráileres que viajan con estas características.
En ese tiempo, escuché las voces de algunos sectores, cuyas observaciones daban cuenta de algunos puntos que los legisladores pasaban por alto: las revisiones de la SCT no eran parejas, no eran a todas las empresas transportistas, la mala condición en los asfaltos de carreteras tanto de cuota como libres, y las inoperantes y casi inexistentes revisiones médicas de los choferes.
Tan sólo esta semana al menos, en medios de comunicación dimos cuenta de 5 accidentes donde estuvo involucrado un tráiler, y en todos se advierte un problema de “Frenos”, la SCT no entrega peritajes sobre lo que ocurre en estos eventos donde, además de pérdidas materiales y humanas se omite la revisión de los “Permisos” o se sanciona a la empresa transportista causante de estos lamentables hechos, no es suficiente con que una aseguradora responda, porque eso abre la puerta a la impunidad que representa esta clase de hechos que siguen pasando día con día.
En Guadalajara, pasa lo mismo, el autotransporte con placas federales conduce a altas velocidades sin temor a la foto infracción, pues a ellos no les pueden hacer nada, a menos que una patrulla de la Jalisco Vial se percate y… pues de sobra existen las teorías sobre esas detenciones.
El C5 tiene los ojos puestos en los accesos a la ciudad, y de éstos dependen los avisos a la corporación arriba mencionada para que proceda a detener tráileres que circulan no sólo en horarios con restricción, sino en otros donde estos pesados vehículos han ocasionado choques y daños en postes y árboles que han dejado a colinas enteras sin servicios como luz, teléfono y telecomunicaciones.
Insisto, pareciera que, en estos casos, las aseguradoras son quienes amparan el proceder de estos vehículos que siguen y seguramente circularán por la ciudad; los empresarios aseguran que son necesarios para llevar enseres, comestibles y otros productos y cuando se ven cuestionados arremeten con asegurar que los agentes viales les cobran derecho de piso, a lo que la comisaría de seguridad contesta que son mentiras, pero no existen de ambos, pruebas que demuestren sus dichos.
Así, a merced de estos transportes, una legislación que tiene una vigencia y advierte sanciones, pero una autoridad omisa, seguiremos lamentando los incidentes que estos provocan, de manera patrimonial a bienes, tanto particulares como de la comuna, advirtiendo siempre que hay otros factores que son más altos en la incidencia de muertes en calles y carreteras.
La autoridad sigue con la costumbre de reaccionar con discursos, pero sus omisiones en los hechos, han sido mortales.
