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OPINIÓN

Violencia y crisis: Es tiempo de la auto-reflexión

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Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Qué está pasando en nuestra sociedad? ¿Por qué tanta violencia, tanto homicidio, feminicidio, suicidio, problemas de adicciones, desapariciones? ¿Por qué tantas familias desintegradas? ¿Nosotros, los llamados baby boomers que hicimos mal, dónde nos extraviamos y perdimos la brújula?

A nuestra generación que nació después de la Segunda Guerra Mundial, formada en un ambiente muy estricto, nos dicen la generación doblemente regañada, porque nos regañaban nuestros padres y ahora nos regañan nuestros hijos.

A propósito del artículo que escribí la edición anterior en Conciencia, que titulé «generación enferma», por esa descomposición social que vivimos en esta era de explosión y revolución digital y que se manifiesta en esa espiral de violencia que rebasa a los gobiernos, son ese tipo de conductas las que dominan la agenda diaria tanto en lo nacional y lo local.

Es una realidad que nadie puede esconder, es ocioso negarla o minimizarla, mientras el problema tiende a agudizarse y crece como una metástasis cada vez con efectos mayores dentro del organismo llamado México.

El caso de la muerte de Luz Raquel Padilla, quemada en vida después de un grito de SOS implorando ayuda, protección y que no se lo brindamos, en un contexto de amenazas y violencia, el problema sigue y seguirá presente, porque más allá de ser reactivos ante el suceso, no hay una acción de reflexión colectiva que nos conduzca a qué vamos a hacer para buscar sanar a nuestro cuerpo enfermo como sociedad, en el que nuestras autoridades juegan un papel clave al llevar las riendas de la conducción política.

Pero es iluso pedirles que tomen el toro por los cuernos cuando muchos de ellos viven en un mundo de busca de poder para saciar el ego y la vanidad, más allá de estar nutridos de una escala de valores que se conviertan en el ideal que oriente sus acciones de gobierno. Es la cultura hedonista y materialista la que está presente en el imaginario de las nuevas generaciones en el que quieren todo rápido, sin pasar por ese proceso de desarrollo y crecimiento que la misma naturaleza nos va marcando con el paso del tiempo.

DATOS ESCALOFRIANTES

En días pasados la comunicadora y consultora Vania de Dios a propósito de la muerte tan terrible que sufrió Luz Raquel Padilla escribió un artículo que me sacudió, me estremeció, un escrito sumamente crudo que muestra el tamaño del problema de descomposición que vivimos como sociedad con un gobierno que está muy lejos de cumplir con su tarea para lo que fue creado, ofrecernos seguridad y orden, sanciones a los que rompen la convivencia, con un pacto social que se ha vuelto inexistente.

Vania nos muestra que desde que inició este año son 1 o 2 mujeres que son quemadas cada semana en México. ¿Cómo revertir esta situación de barbarie tan cruenta que a nuestra generación no le había tocado vivir?

De la misma forma, Vania hizo referencia a los dos casos más recientes de violencia contra las mujeres en grado sumo, cuyos agresores las quemaron viva, lo que nos advierte el grado de odio y maldad que distingue a los victimarios.

Allá en Cuautla, Morelos, el primero de julio había sido quemada viva Margarita Ceceña, de 30 años de edad, le arrojaron gasolina frente a su madre y sus hijos, y la incendiaron.

En este año este tipo de ataques que han sufrido mujeres se han documentado 47 en el país, de los cuales 29 de las víctimas habían manifestado que hubo violencia intrafamiliar. Así estamos y así seguiremos, mientras no acepte el tumor y se quiera proceder en consecuencia.

COMENTARIOS DE LECTORES

Finalmente les comparto dos reflexiones que me hicieron llegar lectores amigos, preocupados por el grado de violencia y descomposición que golpea a la sociedad de hoy.

El abogado Carlos Aldana nos comenta:

Recuerdo que en mi niñez, no hace mas de 35 años, nuestra generación crecía bajo el temor de tres figuras; a Dios, a los padres y a la autoridad, sin embargo se han ido perdiendo estos valores, la progresividad y la velocidad con la que vivimos hoy como esclavos del consumismo, han permeado para que la dinámica social hoy sea valorada por lo que tenemos y no por lo que somos, hemos dejado de ser-para tener y ante esta realidad, somos esclavos del estrés, del mal manejo de las emociones, de la indiferencia y de la intolerancia, hemos perdido hasta nuestra propia fe, creyendo que debe sobrevivir el más fuerte o el más astuto, vivimos partiendo del egoísmo unipersonal, tratando de ignorar la realidad que nos rodea, es tiempo de la autorreflexión y pensar nuestras acciones pensando en el otro”.

Eduardo Velasco, por su parte nos comparte la siguiente reflexión:

La frase de la madres Buscadoras que aparece en la portada hace estremecer por su fatal sencillez “mientras los desaparecidos no sean tus desaparecidos, mientras los muertos no sean tus muertos, nunca entenderás la gravedad de lo que nosotros estamos viviendo”.

El asesinato de Luz Raquel, además del grado de descomposición social, hace evidente la sensación de impunidad que se vive, el sábado pasado asesinaron a un conocido por un problema vial. 

Es la sociedad, es el gobierno, pero no basta con señalar en abstracto a un responsable, es la policía o es el Comisario, es el gobierno estatal o es el Fiscal, es la escuela o son los maestros.

Cuando decimos que la sociedad debe hacer algo, nadie imagina a todos los habitantes reunidos en la plaza pública deliberando, para eso están los diputados, regidores y titulares del ejecutivo! Ellos son los responsables de buscar soluciones para revertir esta barbarie. Otros serán los culpables, pero al menos señalemos a los responsables. 

Cómo siempre disfruto mucho tu semanario. Un abrazo mi querido Gabriel y gracias mil.

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