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MUNDO

Sabotajes y amenazas de guerra nuclear: La gran incógnita ¿cómo enfrentaría EEUU una guerra en su territorio?

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Por Cayetano Frías //

Ante la esgrima verbal que se suscita entre los países occidentales y Rusia, tras la anexión de las repúblicas del Donbass y de Lughan, junto con las regiones de Jerson y Zaporoshye que hasta el viernes eran parte de Ukrania, los tambores de guerra redoblan con estridencia a través de las amenazas para desencadenar una tercera guerra mundial.

Desde su fundación como nación, Estados Unidos jamás ha enfrentado una guerra dentro de sus fronteras, ya que las incursiones del Reino Unido durante el proceso de independencia y la escaramuza de Pancho Villa en Columbus, solo penetraron en espacios muy reducidos y provocando bajas mínimas.

Sus tropas y agencias son las más capacitadas para intervenir y desestabilizar en territorios ajenos, lo que le ha permitido a partir de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, que establezca más de 800 bases militares en países alrededor del mundo, incluso en muchos de ellos contra la voluntad de sus habitantes, pero solapados por gobiernos entreguistas.

Alexis de Tocqueville, uno de los padres de la sociología moderna, escribió en la tercera década del Siglo XIX, sobre la gran ventaja que tenía Estados Unidos al estar alejado de las grandes potencias:

«¿De dónde viene, pues, que la Unión Norteamericana aunque se halla protegida por la perfección relativa de sus leyes, no se disuelve en medio de una gran guerra? La razón es que no tiene grandes guerras que temer. Colocada en un continente inmenso, donde la industria humana puede extenderse sin límites, la unión está casi tan aislada del mundo como si se encontrara circundada por todas partes por el oceáno».

“La gran felicidad de los Estados Unidos no es, pues, haber encontrado una constitución federal que les permita sostener grandes guerras, sino estar situados de tal manera que no hay para ellos peligro de tenerlas”.

Esa felicidad de estar aislado de otras potencias militares, le duró casi dos siglos a Estados Unidos. Hoy la realidad debería ponerlos en alerta máxima, dado su protagonismo y poder de decisión e intervención en la guerra de Rusia con Ukrania, pues el alcance y velocidad de los misiles con cargas nucleares, están a menos de media hora de distancia de Euroasia y pueden tocar el corazón de Washington en cualquier momento.

Y la pregunta es, ¿Estados Unidos está preparado para enfrentar una guerra dentro de sus fronteras?

El trauma de las Torres Gemelas y otros edificios, con sus más de dos mil víctimas civiles, aún perdura en el imaginario colectivo de los ciudadanos norteamericanos. Más reciente, parece incomprensible que una turba de algunos cientos de manifestantes, se hayan apoderado del Capitolio ante el pasmo del autodenominado ejército más poderoso del universo.

Su presuntuosa supremacía militar en el mundo, ahora está en duda, no solo porque en algunos aspectos sus reservas de armamento son anticuadas, sino porque en un futuro cercano el infierno de la guerra podrían tenerlo en casa, como nunca antes lo han enfrentado.

Visionario, el francés Tocqueville escribió en su libro “La democracia en América”.

“Hay actualmente sobre la tierra dos grandes pueblos que, partiendo de puntos diferentes, parecen adelantarse hacia la misma meta: son los rusos y los angloamericanos.

“Los dos crecieron en la oscuridad y, en tanto que las miradas de los hombres estaban ocupadas en otra parte, ellos se colocaron en el primer rango de las naciones y el mundo conoció casi al mismo tiempo su nacimiento y su grandeza.

(…)

“Su punto de vista es diferente, sus caminos son diversos; sin embargo, cada uno de ellos parece llamado por un designio secreto de la Providencia a sostener un día en sus manos los destinos de la mitad del mundo”.

En aquel siglo, nada parecía indicar que China llegaría a ser, como lo es hoy, la principal potencia económica, quizá por eso este autor no lo incluyó con el protagonismo que hoy tiene y en los hechos, es un tercero en discordia con EU.

Las fuerzas del mercado, elevadas a los altares por los países capitalistas, parece que serán la tumba de la hegemonía norteamericana y sus aliados europeos, ya que el consumo y las inversiones se refugiarán donde primen las ganancias y esos destinos serán a corto plazo, los que garanticen suficiente mano de obra, energía y grandes reservas en agua y alimentos, lo que dejará en clara desventaja a Europa.

SABOTAJE Y AMENAZAS DE GUERRA NUCLEAR

En estos momentos, el discurso belicoso ha permeado en las acciones tanto de Estados Unidos como de Rusia. Tanto los expertos de Suecia como los de Dinamarca, han concluido que las explosiones en los gasoductos Nord Stream I y II, fueron claramente causados por saboteadores; Vladimir Putin acusó a Estados Unidos del atentado y lo calificó como “acto terrorista”.

Previas consultas en las repúblicas y regiones rusoparlantes con aceptación superior al 80 por ciento, el viernes el presidente Putin firmó el decreto que admite como integrantes de la Federación Rusa a estos territorios; el presidente Joe Biden rechazó la legitimidad de esos referéndums y advirtió que EU y sus aliados jamás los reconocerán como independientes de Ukrania.

Biden insistió en que seguirán apoyando con armamento a Ukrania, pero junto con los mandos de la Unión Europea, advirtió al presidente Selensky que no es posible admitir de inmediato a su país como miembro de la OTAN.

Días antes de ser electa como primera ministra del Reino Unido, Elizabeth Truss afirmó que estaría dispuesta a apretar el botón nuclear para atacar a Rusia si fuera necesario. El 21 de septiembre, Vladimir Putin respondió a estas amenazas de la OTAN.

“La amenaza nuclear también ha entrado en juego. No nos referimos solo a los bombardeos a la central nuclear de Zaporozhie, los cuales son apoyados por Occidente y amenazan con provocar una catástrofe nuclear, sino también a las declaraciones de algunos representantes de los principales países de la OTAN sobre la posibilidad y admisibilidad de usar armas de destrucción masiva contra Rusia, armas nucleares”, enfatizó.

“A aquellos que realizan tales declaraciones, quisiera recordarles que nuestro país también posee ese tipo de armas, y en determinados parámetros son más modernas que las de la OTAN. Si se amenaza la integridad territorial de nuestro país, usaremos todos los medios a nuestra disposición para proteger a Rusia y a nuestro pueblo. Esto no es un farol”, advirtió.

Putin insistió en que Rusia está tomando medidas que le permitan defender su soberanía, seguridad e integridad territorial: “El objetivo de Occidente es debilitar, dividir y, en última instancia, destruir nuestro país. Están diciendo directamente que en 1991 lograron dividir la Unión Soviética, y que ahora le ha llegado su turno a la propia Rusia, que debería desintegrarse en muchas regiones y territorios hostiles entre sí”, alertó.

En ese contexto, el presidente de EU, Joseph Biden, no solo decide prolongar la guerra en Ukrania, sino que al mismo tiempo interviene en el territorio chino de Taiwán. Y además, con la delicadeza de un elefante dentro de una pequeña cristalería, el secretario de la Defensa de EU promete en Japón –donde EU asesinó a más de 300 mil civiles en el genocidio más grave de la historia atacando con bombas atómicas a dos ciudades-, equiparlos con armas nucleares para defenderse en caso de una guerra generalizada.

Hasta el expresidente Donald Trump, se ofreció hace tres días como intermediario para buscar una solución pacífica y recomendó a Biden: “No empeore las cosas con la explosión de los gasoductos. Sea estratégico, inteligente, busque un trato negociado ahora. Ambos lados ¡Rusia y Ukrania! Lo necesitan y quieren. El mundo entero está en juego”.

En los hechos, hoy Ukrania perdió 109 mil kilómetros cuadrados de su territorio y lo peor, en esas regiones se genera más del 90 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras del gobierno ruso. Y este sábado, el euro ya tenía un valor menor a 55 rublos, de los 150 que cotizaba en marzo pasado.

LA OBSCENIDAD DE LOS GASTOS MILITARES

Por Cayetano Frías Frías

En vísperas de la llegada del invierno, los europeos son obligados a ser austeros en el gasto de electricidad para el clima artificial, algunos obligados por la ley y otros por no poder cubrir las altísimas tarifas.

En algo que no ocurría desde hace 73 años, los precios de los productores aumentaron casi un 46 por ciento durante el periodo de agosto de 2021 a la fecha, señala un reporte de la agencia DW, que alerta sobre un crudo invierno, durante el cual los ciudadanos también tendrán que acostumbrarse a pagar un impuesto sobre el servicio de energía.

En este mundo convulso, hay quienes disfrutan las crisis, como los señores de la guerra de los cuales hablaba Bob Dylan, escondidos tras sus escritorios, amasando fortunas y distribuyendo armas para que mueran millones.

A pesar de que 2021 estuvo marcada por la pandemia del Covid-19, el gasto militar mundial superó los 2 billones de dólares, según consigna el Libro del Año del Instituto Internacional para la Paz (SIPRI), de Estocolmo.

Este gasto contempla desde salarios, equipamiento, creación de infraestructura, así como investigación y desarrollo, además de la fabricación y compra de armamento, precisa el documento.

Los que más erogaron, fueron Estados Unidos, China, India, Reino Unido y Rusia, cuyos montos equivalen al 62% del gasto militar mundial, en ese orden de importancia, con el liderazgo indiscutible de los norteamericanos.

De los principales protagonistas en el actual conflicto, EU gastó 801 mil millones de dólares tan solo en 2021; Rusia erogó 650 mil 900 millones de dólares de 2019 a 2021, en tanto Ukrania gastó 5 mil 900 millones de dólares el año pasado y a partir de 2014 su gasto militar se elevó un 72%. SIPRI no explica por qué presenta cifras dispares en temporalidad para Rusia, comparativamente con Ukrania y EU.

Es claro que la preocupación de las élites son los negocios a costa de lo que sea. Los gobernantes títeres de los grandes consorcios, priorizan la proliferación de armamento, lo envían al país europeo que presume tener los más altos índices de corrupción, donde decenas de miles de armas se “esfuman” y van a parar al mercado negro.

Y todo en el nombre de una democracia bastarda, parida en el país norteamericano, en el cual nunca, nadie, ha podido presumir de haber votado en una urna para elegir directamente a un presidente de su república.

¿Y SI RECURREN A LAS ARMAS NUCLEARES?

Sin duda será una guerra inédita, el libre comercio pasará a la historia y se montará un esquema de distribución de bienes y servicios entre países aliados si es que hay sobrevivientes; se destruirán los satélites como una de las primeras medidas de represalia, provocando pérdidas incalculables al tráfico comercial ya establecido; si escala a guerra nuclear, la memoria digital se perderá para siempre por efecto de las radiaciones y destrucción de infraestructura; fallecerán millones de personas en todos los continentes; los cultivos de alimentos quedarán siniestrados; la tierra quedará contaminada por miles de años y los mega ricos de la industria militar se darán un piadoso tiro en la cabeza.

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