OPINIÓN
IPEJAL y su real valor
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
El Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco, se encuentra en un ejercicio democrático de mesas de trabajo en el Congreso del Estado de Jalisco, con el fin de socializar y aportar a una posible y tal vez necesaria reforma.
Para poder entender la importancia del IPEJAL, habremos de concientizar el valor y lo delicado de politizar los ahorros de los trabajadores del Estado, sustento para su vida posterior, después de continuidad laboral dedicada al servicio público, misma que recae en la seguridad del sistema de pensiones; el toral de estas mesas de debate y divulgación debe versar en los derechos laborales y no en la defensa de las finanzas e inversiones que tanto daño han causado al IPEJAL.
Los derechos laborales para los trabajadores que están bajo un régimen de prestaciones sociales y aquellos que han terminado su labor de servidor público, básicamente son prestaciones de seguridad social a los afiliados y pensionados, así como beneficiarios, con el objetivo de garantizar una vida digna y de calidad a través del otorgamiento prestaciones en materia de seguridad social, incluyendo atención médica y medicamentos, préstamos y entre otros servicios obvios de los sistemas de pensiones, ya que es el patrimonio acumulado con las aportaciones de los trabajadores depositado en dicho sistema, no el dinero de los gobiernos en el poder, para invertir y financiarse libremente.
En este sentido, resulta una obviedad que el IPEJAL requiere una reingeniería de fondo, así se les llaman actualmente a los cambios necesarios políticamente, debido a que la llegada del sistema anticorrupción al país y a Jalisco, enlaza sin lugar a dudas un riesgo futuro, en caso de cambio de poderes, relativo a posibles inversiones innecesarias, opacas finanzas y simulaciones, debido a que actualmente contamos un sistema anticorrupción y una fiscalía para atacar los delitos en materia anticorrupción; todo lo que ha pasado en el IPEJAL desde el 2009, se deriva de cuando dejó de ser vigilado y fiscalizado por el Congreso del Estado.
Es necesario reformar el IPEJAL, bajo lineamientos responsables, eficientes, legales y transparentes, que de verdad garanticen los derechos de salud, vivienda y vida digna de los trabajadores del Estado de Jalisco, que se acerquen en demasía a los estándares internacionales de los derechos laborales, la lógica de la vigilancia y fiscalización del poder legislativo y a las políticas públicas que generen el mayor beneficio para los jubilados y pensionados, no al poder fáctico en turno, dejando en la incertidumbre a lo realmente importante del IPEJAL, los afiliados, con el dilema de cada sexenio que llega a ver cómo pueden financiarse.
Los dimes y diretes de los sindicatos, de los diputados y todos aquellos que hoy opinan y defiende una reforma e incluso a quienes se pronuncian en desacuerdo, deberán autoevaluarse en el sentido más estricto de sus pretensiones y si estas son políticas o de interés personal, entonces no saben de la importancia de cuidar a las y los ciudadanos que durante su vida productiva, se entregaron al servicio público, pero que actualmente no cuentan en las mesas de divulgación de la reforma del IPEJAL, para las mesas, el patrimonio de los trabajadores del Estado, sirve para financiar e invertir, sin riegos para los gobiernos, dejando una alarma constante en la insolvencia del instituto a futuro.
Dejemos de romantizar las reformas y su socialización, seamos ciudadanos críticos y atentos de las realidades de quienes tienen el poder; la opacidad y la simulación nos posicionan en el plano de la corrupción.
Que las luchas sean reales al igual que los gobiernos, los que están y los que vienen deben procurar el bienestar, beneficio y satisfacción de la ciudadanía, no los suyos o los de sus colores partidistas, que exista una reforma congruente fundamentada en realidades del IPEJAL, que regrese el legislativo a dar certeza a las inversiones y financiamientos, aprovechando una reforma de tal magnitud para actualizar y beneficiar a los trabajadores del Estado, pero sobre todo a blindar su patrimonio que nos es público.
Son tiempos sumamente políticos, inician su carrera con una meta establecida en las elecciones del año 2024, todo lo que se pueda acomodar para los partidos en el poder y para los que sus encuestas arrogan una buena posición en la lucha por el 2024, va a suceder, durante los próximos meses, un reacomodo estratégico en las dependencias públicas y las reformas necesarias a las leyes pertinentes, es como se va preparando el terreno en el Estado para ganar o para perder.
