OPINIÓN
Cuando los ideales no son firmes: Juventud ¿realmente está representada políticamente?
																								
												
												
											A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Probablemente la mejor forma de ejemplificar la situación de la representación política de los jóvenes en espacios públicos como Congresos, Cabildos o áreas como la Dirección de Juventudes del Gobierno del Estado o los respectivos Institutos de las Juventudes en cada municipio, es a través de esa icónica escena de Star Wars III en la que un desconsolado Obi-Wan Kenobi debe enfrentar a Anakin Skywalker, quien seducido por las promesas de poder de Lord Sidious, decide cambiarse al lado oscuro de la fuerza.
Esa escena, es a mi gusto es una de las mejores de la saga, ya que esta reproduce la catarsis de los personajes principales de la saga y lleva a estos a enfrentar una batalla en la que cada uno pone sus ideales por encima de cualquier emoción o lazo generado de su relación alumno-maestro.
Si bien la escena en sí regala más secuencias de acción, que diálogos, los pocos con los que cuenta son extraordinarios por su puntualidad y por la manera en la que estos reflejan, en primer lugar, algunos pensamientos reduccionistas que predominan en la clase política y en segundo lugar, reflejan el eterno problema de la falta de valores y de principios que predominan en esta, especialmente en los jóvenes.
Por ejemplo, cuando Obi-Wan le dice a Anakin que su lealtad es con la República y con la democracia, a lo que Anakin simplemente responde enfermo de poder: ’’si no estás conmigo, entonces, estás en mi contra’’.
Y aunque como este podemos encontrar otros fragmentos de diálogos bastante interesantes, el que sirve más para el tema de esta semana se encuentra cuando en medio de la batalla, Obi-Wan, con un rostro que retrata decepción y tristeza, le dice a su ex alumno: ‘’te convertiste en todo aquello que alguna vez juraste destruir’’.
Para efecto de esta columna, esta es probablemente la frase más importante, ya que ella resume a la perfección la carrera política de cualquier joven que llega a espacios de representación fundamentales para el mejoramiento tanto de la vida en sociedad, como de la práctica gubernamental.
Cuando la mayoría de los jóvenes comienzan a construir sus carreras políticas ya sea en la sociedad civil o a través de alguna institución política, la mayoría si no es que todos, lo hacen apegados a una serie de valores y principios revolucionarios y anti sistema que resultan hasta cierto punto atractivos para la juventud misma, pero también, para ciertos sectores del electorado que llegan a compartir esa idea de que las cosas deben y tienen que cambiar, y que solo se podrá hacer de la mano de una juventud entusiasta.
De hecho, si buscamos entrevistas de muchos políticos de hoy en su juventud, encontraran a algunos que presumían haber estado en las filas del partido comunista (aunque este cesó sus operaciones en 1981 y ellos nacieron en 1985) y y encontraran a otros que presumen luchas, marchas y manifestaciones en contra de la clase gobernante, pero que hoy, no solo forman parte de la clase gobernante, sino que también, forman parte de un sistema político que de una manera muy sutil, cierra las puertas a la participación joven en la política, y reducen ésta a simples cuotas previamente impuestas ya sea por algún líder político de mayor envergadura, o tal vez por otros poderes fácticos.
Al respecto a los problemas de la juventud en relación con su participación política, hay una frase futbolera bastante famosa que dice:»el futbol es la cosa más importante entre las cosas menos importantes». Y probablemente con la juventud y su participación política suceda exactamente algo similar, ya que realmente hoy en día México y Jalisco particularmente, atraviesan enormes problemas, que realmente son muchísimo más importantes que la falta de participación o representación de la juventud en temas políticos, pero justamente, este problema es el más importante entre las cosas menos importantes, ya que en la juventud están el presente y el futuro.
La política requiere personajes con principios e ideales firmes, ya que solo con esto se pueda tomar las decisiones más importantes para al rumbo de México y de Jalisco, pero a su vez, la política requiere de jóvenes comprometidos, determinados, fieles a sus principios y causas, para que una vez que lleguen tanto a cargos de representación, como a cargos dentro de la administración pública, puedan revolucionar, se pueda innovar y se pueda cambiar todo aquello, que como Anakin en algún momento, se juró cambiar o destruir.
Y ciertamente, aunque esto parezca un reto, créanme, realmente no lo es, ya que defender nuestros principios con determinación no es algo difícil, de hecho es algo muy sencillo, tan sencillo que no se debe explicar el por qué o el cómo, ya que simplemente, si defender tus principios se vuelve difícil, es porque muy probablemente no hay principios que defender.
Así que, respondiendo a la pregunta que da pie a esta conversación que hoy tengo con usted querido lector, la cruda realidad es que hoy por hoy, la juventud no está representada. Y sí, probablemente a su mente vengan una serie de diputados locales y/o federales, de regidores o de directores o directoras de dependencias gubernamentales que cumplen con la cuota de juventud. Sin embargo, el hecho de que estén, no implican que representen las causas de un sector.
Veamos esto puntualmente con algunos casos: los emprendedores, que en su mayoría son jóvenes innovadores, han sido relegados al olvido y sus sueños han sido sepultados por una burocracia que lejos de facilitar el progreso, parece truncarlo. Los estudiantes siguen renunciado a su educación para falta de oportunidades y de programas que fomenten esta herramienta tan valiosa. El talento de los jóvenes pertenecientes a pueblos originarios sigue sin ser reconocido, y del deporte, mejor ni hablamos.
De hecho, este olvido sistemático en el que han caído muchos sectores de la juventud, se debe en parte a que los jóvenes en espacios de participación política han dejado de legitimar las causas y las luchas de la juventud, algo se vio reflejado hace unas semanas cuando se llevaron a cabo la entrega de los premios estatales a la juventud.
Sobre esto, no hablaré mucho, solo le haré unas preguntas: ¿sabía usted que se celebraron? ¿Sabe a quiénes se premiaron y por qué se les premió? Y pregunto esto dotado de toda la honestidad del mundo, porque realmente, yo no lo sé.
Dicho de otras palabras, la participación política de algunos jóvenes no ha cambiado mucho en nuestro entorno, lo que demuestra dos cosas: o cambiar las cosas no era hacer enchiladas como ellos pregonaban, o simplemente, que sus causas fueron un medio para un fin y sus ideales no eran tan firmes.
