OPINIÓN
La inteligencia artificial ante la muerte
Bioética, por Omar Becerra Partida //
Cuando tenemos una perdida vivimos un duelo, que es concebido como el proceso psicológico al que nos enfrentamos, tarde o temprano y viviremos a lo largo de la vida.
Aunque el duelo se asocia inmediatamente a la muerte, las pérdidas pueden ser muy diversas, la pérdida del trabajo, de la juventud o de algun objeto importante para la persona.
Hoy en día existen muchas formas de gestionar el duelo, ya sea acudiendo a terapia psicológica, sesiones de tanatología y hasta terapias alternativas.
Pero con las nuevas tecnologías como lo es la inteligencia artificial puede ser una opción para este proceso de vida.
La inteligencia artificial no cuestiona la muerte misma; crea otra forma de “gestionarla”.
Hoy, puede legar a sus herederos una clave algorítmica para que sigan chateando con usted como si aún estuviera ahí.
El cerebro todavía hace la diferencia entre una imagen virtual y la realidad, pero en un futuro, cuando la realidad virtual haya alcanzado una resolución muy considerable, en donde el ojo humano no pueda distinguir esa fina línea, estaremos ante un gran dilema ético.
Hoy en día las personas experimentan la reemplazabilidad en el universo afectivo con más fuerza que en el pasado, y muchos de ellos se ayudan con el metaverso.
Hoy en día, muchos hombres y mujeres viven en una gran soledad y esto lo llenan con la realidad virtual, ya está ocurriendo en el mundo, que muchas personas estan muriendo solas en sus departamentos como es el caso de Japón y se les conoce como departamento ataúd.
Estos individuos reemplazan todo contacto físico con el exterior con inteligencia artificial, gracias a que las tecnologías y las empresas les permiten realizar home office.
La muerte en nuestro país se ve de manera cultural y no terapéutica, ya que la mayoría de la población no sabe gestionar sus emociones ante este suceso tan natural como la vida misma.
Creemos que nunca nos va a pasar o que somos inmortales.
Esta búsqueda de la inmortalidad y la eterna juventud no es nueva.
Sólo que ya no es la imaginación la que se apodera de estas cuestiones, sino la tecnología y el mercado.
Por ello mencionamos aquí el estudio de la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross que identifica cinco estadios que tienen lugar, en mayor o menor grado, siempre que sufrimos una pérdida. Aunque pueden darse sucesivamente, no siempre tiene por qué ser así. Cada proceso, como cada persona, es único.
1. NEGACIÓN
La negación es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones.
La negación puede ser más sutil y presentarse de un modo difuso o abstracto, restando importancia a la gravedad de la pérdida o no asumiendo que sea irreversible, cuando en muchos casos lo es.
2. IRA
En esta fase se activan sentimientos de frustración y de impotencia que pueden acabar en atribuir la responsabilidad de una pérdida irremediable a un tercero.
3. NEGOCIACIÓN
Fase en la que se comienza a contactar con la realidad de la pérdida al tiempo que se empiezan a explorar qué cosas hacer para revertir la situación.
4. DEPRESIÓN O TRISTEZA
Esta fase trae consigo el contactar con lo que implica emocionalmente la ausencia.
5. ACEPTACIÓN
La última fase supone la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos inherentes a la vida humana.
El duelo es parte de la vida y, por tanto, es importante no patologizarlo sin embargo existen casos de duelos complicados y hasta patológicos.
Dentro de la concepción Bioética somos de la idea que jamás lo humano nunca podra ser cambiado por lo artificial.
Vemos el caso de la educación, un claro ejemplo de deshumanización al momento de que en varias materias básicas en grado superior se estan haciendo virtuales asincrónicas, y esto trae consigo la falta de profesionales humanistas.
El caso de la muerte a través de la inteligencia artificial puede ser una opción terapéutica mas no la solución de un proceso de duelo, recordemos que existen especialidades médicas y psicológicas que ayudan a mejorar el estado de salud mental de la población.
Aunque sí es de notar que la salud mental en Mexico es un lujo, ya que muy pocas personas pueden aspirar a ella de manera convencional. La inteligencia artificial está fortaleciendo a la ciencia, pero tambien es necesario llevarla con límites.
