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MUNDO

Mujeres

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

Es casi un lugar común decir que se tiene una gran deuda con las mujeres, generalmente refiriéndose a la lentitud con la que se han generado los cambios que posibiliten su inclusión en términos de igualdad, no solo en la legislación sino también en la sociedad y en nuestra cultura.

Sin embargo no es cosa menor, cuando volteamos la mirada hacia el pasado y notamos lo insistencia de las luchas reivindicatorias y la larga, muy larga presencia de la discriminación en la historia de las civilizaciones.

Preceptos religiosos contenidos en los textos sagrados tanto del catolicismo como en el islamismo pervivieron siglos con sentencias como estas: “…vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, también como la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.” 1 Corintios 14:34-35. O esta otra “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.” Timoteo 2:11-12.

Pese a la influencia religiosa, las mujeres se han hecho presentes a lo largo de la historia cuestionando el rol impuesto y las convenciones de su época. Guillermina de Bohemia en pleno siglo VIII, propuso crear una iglesia de mujeres y Christine de Pizan en 1405, escribió el libro “La Ciudad y las damas” en contra de la misoginia.

La lucha del feminismo, entendido como una corriente emergente parte en el siglo XVIII aunque con no muy buenos resultados. Olimpe de Gouges, escritora y filosofa francesa fue la primera mujer que alzó la voz publicando en 1791 la “Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana” reivindicando que las mujeres tuvieran los mismo derechos civiles que los hombres… pero fue guillotinada en 1793. Así en pleno siglo de la ilustración las mujeres fueron excluidas de los derechos políticos, se les negó el derecho de reunión y para completar, el Código Napoleónico planteó el matrimonio como un contrato en el que la mujer estaba obligada a obedecer al marido, y este código se extendió por toda Europa y otras latitudes.

Una segunda ola surgió en el siglo XIX cuando de las manifestaciones intelectuales las mujeres pasaron a las de acción social y empezaron a agruparse para defender sus derechos. En 1848 en la Convención de Seneca Falls se lograba el primer programa político feminista reivindicando la igualdad de derechos civiles, incluyendo el derecho al voto.

El primer país en aprobar el voto para las mujeres fue Nueva Zelanda en 1893, seguida de Australia en 1902, Finlandia en 1906 y Rusia en 1917. En 1920 EUA aprobó el voto para las mujeres blancas, y en México fue hasta 1953.

Un largo trecho histórico de luchas y aún no termina por vencerse la resistencia que significan tantos años de asignarle a la mujer papeles secundarios y negarle incluso el derecho a decidir por sí misma respecto a su cuerpo. En México la primera legislación sobre el aborto se dio en 1871 como parte del primer código penal solo para proteger la vida del producto, más no la de la mujer.

El feminismo es ahora una corriente de acción social efervescente que ocupa espacios en todos los tonos, incluso el de la violencia, para seguir haciendo notar la persistente desigualdad y en estos días, la creciente inseguridad de las mujeres.

Hay inconformidad y coraje pues han visto el derrumbe de logros como la desaparición de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, los apoyos a las organizaciones civiles que apoyaban a las mujeres contra el cáncer de mama y cervico uterino. Por la disminución del presupuesto para los refugios de mujeres violentadas y las casas de atención a mujeres indígenas en situación de violencia entre otras conquistas.

Pero también hay indignación ante la aparente sordera y misoginia de un presidente que, como a tantos otros, se niega a escucharlas y a reconocer que las mujeres en este país siguen recibiendo trato desigual sino que además, crece impune la violencia machista en su contra.

La estadística indica que hay once mujeres al día que ya no estarán más y que son miles las que sufren violencia de todo tipo. Ante sus gritos y demandas se erigen barreras físicas en Palacio Nacional y mentales en el criterio presidencial.

Independientemente de la miopía gubernamental mexicana, la lucha de las mujeres sigue con fuerza en el siglo XXI, por la persistente desigualdad entre géneros. La violencia de género, la brecha salarial, los techos de cristal son ahora blancos, lo mismo para el feminismo radical que ve en el patriarcado la causa de la desigualdad, que en las corrientes liberales que son menos radicales. Lo cierto es que el androcentrismo va en retroceso ante las mujeres que quieren independencia, salarios justos, controlar su maternidad y librarse del yugo varonil.

Fuera roles y como dijera Simone de Beauvoir, hoy no hay nada que justifique los roles de género… “no se nace mujer, se llega a serlo.”

 

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1 Comment

1 Comments

  1. Patricia

    28 de marzo de 2023 at 07:51

    Saludos afectuosos
    Aplausos para tu artículo

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JALISCO

Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

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– Por Mario Ávila

El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.

Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.

Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.

Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.

Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.

La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.

Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

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Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.

Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

LAS CINCO PRINCIPALES:

Los retos de Mirza Flores como líder de MC: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»

Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco

95 aniversario del natalicio de Porfirio Cortés Silva: Deja legado de política, amistad y generosidad

La disputa del agua entre Jalisco y Guanajuato: Debe ser un reparto justo, no uno político, Arturo Gleason

La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III

 

 

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MUNDO

La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

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– Actualidad, por Alberto Gómez R.

(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.

Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.

El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.

En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.

Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.

Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.

LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL

Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).

Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.

El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.

Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).

El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.

El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.

ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA

Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.

Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.

Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.

La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.

Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).

Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.

EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO

La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.

El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.

El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».

La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.

Continuará…

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