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CULTURA

Directivos villanos de la Femexfut: A Diego Cocca lo contrataron y despidieron en un santiamén

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Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //

Los cánones establecidos de la educación, valores, ética y profesionalismo entre otros son adjetivos que no existen en el diccionario de los directivos de la FEMEXFUT, que actúan más por capricho, soberbia y prepotencia con el poder de sus recursos económicos, que pisotean a todos los que tienen tratos con ellos y su palabra se vuelve ley.

El futbol como negocio es atractivo para muchos dueños de equipos, que otros también los disfrutan pues gracias a ello están en el escaparate de la fama y son reconocidos.

El ego y la vanidad van de la mano olvidándose de las formas, los buenos modales y la palabra empeñada aun con contratos firmados de un compromiso futbolístico laboral para dirigir al seleccionado nacional mexicano a capricho y albedrío de los federativos.

El argentino Diego Cocca director técnico lo contrataron en un santiamén, pisoteando a sus propios iguales (directivos), que teniendo compromiso vigente con la UANL lo hacen finiquitar su contrato con el Club referido, para manejar un proceso de cuatro años firmados para el mundial tripartita Canadá. USA y México 2026.

En el futbol a diferencia de otro tipo de actividades las exigencias hacia el entrenador son de resultados inmediatos, máximo a mediano plazo, que la paciencia no es una virtud que los dueños de equipos puedan soportar.

El sueño de Diego solo duró cuatro meses, suficientes para despedirlo de manera abrupta con el pretexto de perder la semifinal del torneo “Liga de Naciones CONCACAF”, contra USA, no solo por el marcador 3 – 0 en Las Vegas, Nevada, sino por la pobre actuación de los mexicanos “que ni las manos metieron”.

Debiéndose conformar con el tercer lugar contra Panamá por la mínima diferencia, que se cansaron de fallar oportunidades de gol (Giménez, Orvelin, Antuna, Sánchez), de forma desesperante.

El “mini-proceso” con Cocca no es tan desastroso como todos lo quieren ver, principalmente los comentaristas televisivos y dueños de equipos que lo satanizan, cuando no le dieron tiempo de mostrarse, abusando de su nobleza (excepción de los engreídos argentinos), y humildad.

El descubrimiento en selección nacional de Ozziel Herrera como lateral izquierdo es lo mejor, ya que como defensor es difícil pasarlo, y de carrilero tiene gran velocidad, habilidad y es frontal terminando casi siempre sus jugadas, en lo personal auguramos titularidad siendo el más competente en esa posición, ya que todos se van alegremente al ataque y son muy limitados en el sector defensivo.

Es indiscutible que el jugador mexicano tiene condiciones y características propias con talento y calidad a la par de cualquiera, que lo demuestra en la obtención de mundiales juveniles así como torneos internacionales.

Los campeonatos de sub-17 no son obra de la casualidad con entrenadores mexicanos, sino por el contrario es el resultado de una visoria y personajes idóneos para manejar procesos que debieran tener continuidad permanente y apoyos incondicionales, oro en Londres 2012, y bronce en Tokio 2020-21.

Primeramente con los forjadores de talentos llámese entrenadores o directores técnicos y la materia prima que son los propios jugadores.

Lamentablemente el mexicano tiene como su máximo detractor y enemigo a su propio connacional, esto es la envidia, el recelo y la denostación para lejos de apoyar se trata de criticar, minimizar y malograr metiendo zancadilla a todo lo que se mueva llamado éxito.

Es difícil admitir y aceptar el triunfo de los demás, que de inmediato viene el comparativo “yo soy mejor que ellos”.

Es indudable que cada uno de nosotros mismos marca y labra su propio destino para bien o para mal, que lamentablemente “la grilla”, en este país impera en todo cuestionando los logros y masacrando los errores.

Por otro lado, el llamado “sueño europeo” para los jugadores mexicanos es más mediático que ambición personal, que todos opinan y los jugadores se dejan llevar.

La mediocridad existe en los promotores o apoderados de sus cartas de transferencia, que carecen de contactos de nivel y los nuestros terminan jugando en equipos medianos o de segunda línea, incluso “banqueando”.

Ahora bien, mencionando al ”técnico interino”, el mexicano Jimmy Lozano hecho en “Pumas” de la UNAM, es por hoy un estupendo director técnico que entra de “apaga-fuegos” tras la insipiente etapa de Diego Cocca, con la esperanza de hacer un buen papel, que enfrentará la Copa de Oro como parámetro de su designación y continuidad en el mismo.

El gran problema de los villanos directivos es que piensan que el equipo mexicano es superior a todos y por ende la obligación de coronarse, cuando la realidad se inicia un nuevo proceso que en los últimos años Canadá y USA nos tienen tomada la medida y son infinitamente superiores al equipo tricolor.

A diferencia de un comentarista televisivo que sus palabras se las lleva el viento (aunque existen grabaciones), el columnista lo hace plasmando no solo su opinión y conceptos futbolísticos, sino también sus apreciaciones personales que en este mismo medio (Conciencia Pública), afirmamos.

La actuación de Jimmy Lozano en Tokio 2020 – 21 siendo medallista se debe a la columna vertebral destacando su tridente ofensivo, Uriel Antuna, Henry Martin y Alexis Vega con el comandante en jefe de la media cancha Sebastián Córdoba, Carlos Rodríguez y Luis Romo entrando de relevo, el todo terreno Fernando “Nene” Beltrán y los centrales indiscutibles Cesar “Cachorro” Montes y Johan Vázquez, que debieron ser la base en Qatar, que solamente Luis Gerardo Chávez destacó decepcionando Hirving “Chuky” Lozano , Raúl Jiménez (banca) el nacionalizado Funes Mori que fue de vacaciones con un “Tata” Martino inoperante.

Los golpes bajos de los directivos de la FEMEXFUT tuvieron no solo respeto sino pánico al permitir el fracaso de Martino al no despedirlo a tiempo (dos años antes), vislumbrando la nula atención, pasión y vehemencia, mostrándose como un auténtico mercenario, llevándose en el proceso de seleccionador mexicano más de cuatromillones de dólares anuales aparte de sus secuaces, perdón quise decir auxiliares de 7 “angelitos vividores”, que impuso el argentino, con actividades absurdas como un Analista de video, entrenador de porteros, dos preparadores físicos y tres auxiliares.

Como conclusión debemos decir sin pecar de nacionalistas, un entrenador mexicano para los mexicanos.

La experiencia de los dos últimos mundiales con el colombiano “El rotaciones” Juan Carlos Osorio (Rusia 2018) que el colmo de la “cuchara” de José Ramón Fernández invitarlo como analista de ESPN en el mundial de Qatar nos permitió ver un filósofo barato al estilo cantinflesco que decía mucho y no decía nada, con un proceso de cuatro años de nada, con el bum de ganar a Alemania campeón del mundo, que Corea también les ganó, y entramos de “panzazo” a la siguiente fase.

Con Martino fue peor en toda la historia reciente que nos quedamos en la primera ronda eliminados.

En síntesis, la pasión, superación, entrega es con alma, vida y corazón de los entrenadores nativos de un país que dirigen, a diferencia del entrenador extranjero culpando a sus jugadores de su prestigio, lavándose las manos y robando en despoblado.

E-mail: etrememodelos@hotmail.com

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CULTURA

Obra de Ernesto Ríos: «Códigos», lo que hay detrás de lo que vemos

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-Por Gabriela Andrade

Desde el 3 de julio de 2025, el Centro de las Artes de San Luis Potosí alberga una muestra que no solo reúne obra visual, sino también pensamiento crítico, investigación y sensibilidad poética. Se trata de “CÓDIGOS”, exposición individual del artista, investigador y académico Ernesto Ríos, que se presenta en la Galería Central del CEART con entrada libre y una duración extendida durante el verano.

La exhibición ha sido curada por Gabriela Gorab, quien propone una lectura del trabajo de Ríos como un acto de desciframiento de los lenguajes invisibles que componen el mundo: desde algoritmos hasta estructuras celulares, pasando por patrones ancestrales y símbolos tecnológicos. En palabras de Gorab, esta obra se entreteje con el latido profundo de lo que no vemos, un lenguaje encriptado en la biología, el arte y la conciencia.

UN ARTE QUE PIENSA, RESPIRA Y CALCULA

La exposición toma como punto de partida el cruce entre arte, ciencia y espiritualidad. Cada obra puede entenderse como una suerte de “interface” visual entre lo humano y lo inmaterial. Ernesto Ríos investiga desde hace años la naturaleza del patrón, tanto en lo visual como en lo conceptual. En “CÓDIGOS”, esto se manifiesta en una serie de pinturas monocromáticas que integran formas geométricas, estructuras fractales, matrices numéricas y efectos ópticos.

Estas imágenes no están hechas solo para ser contempladas, sino para ser interpretadas. Sus secuencias recuerdan lo que podríamos encontrar en un microscopio o en un telescopio: células en mutación, tejidos en movimiento, constelaciones, redes neuronales. Sin embargo, nada es literal. Ríos sugiere más que describe. Como él mismo ha expresado en otras ocasiones, su obra busca que el espectador complete el sentido, como si el arte fuera una suerte de código que necesita ser traducido desde la intuición.

CERÁMICA COMO ALQUIMIA

Además de su producción pictórica, “CÓDIGOS” incorpora una serie de esculturas cerámicas realizadas con la técnica del raku, una práctica japonesa que implica la cocción a alta temperatura, la quema con fuego abierto y el enfriamiento abrupto. Este proceso, controlado solo parcialmente por el artista, permite resultados inesperados: craquelados, texturas quemadas, tonalidades metálicas, superficies carbonizadas.

El resultado es un conjunto de piezas que, aunque nacen del fuego, parecen emerger de tiempos arcaicos, como si fueran vestigios de una civilización futura o mensajes enviados desde una dimensión paralela. Según Ríos, esta técnica le permite introducir el azar en su proceso creativo, estableciendo una conversación directa con los elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Trabajar con raku es aceptar que no todo está en mis manos”, comentó el artista en una entrevista previa. “Es un diálogo con la materia”.

RESONANCIAS DE PANDEMIA Y TRANSFORMACIÓN

Una de las obras más significativas de la exposición es “Skull SARS‑CoV‑2”, una pieza que retoma la forma de un cráneo humano para integrarle el código genético del virus del COVID-19. No se trata de una representación mórbida, sino de una reflexión sobre cómo la biología, la ciencia y la historia se entrelazan. Para Ríos, la pandemia fue un momento que nos obligó a mirar los sistemas que sostienen la vida y también a repensar el lenguaje del miedo, de la resistencia y de la adaptación.

“La obra no busca retratar una amenaza, sino señalar un proceso de reconfiguración”, explicó. “El virus fue también un catalizador para reentender la vulnerabilidad humana y la interconexión del planeta. Lo que parece desorden puede ser parte de un nuevo equilibrio”.

UNA CURADURÍA DE ESCUCHA PROFUNDA

Gabriela Gorab, curadora de la exposición, ha enfatizado que “CÓDIGOS” no se limita a una exhibición estética. “Es una experiencia sensorial, filosófica y espiritual. Las obras de Ernesto están hechas con los ojos abiertos, pero también con los poros, con la memoria, con el cuerpo”, ha declarado. La muestra, en ese sentido, propone que cada visitante realice su propia lectura, encontrando en las formas abstractas una resonancia íntima, un eco de algo que quizás aún no sabe nombrar.

Para Gorab, el trabajo de Ríos crea una coreografía visual en la que todo está relacionado: la geometría con la biología, el sonido con la vibración, el pasado con el porvenir. “Este arte no nos dice qué pensar, pero sí nos invita a pensar distinto”, expresó.

TRAYECTORIA SÓLIDA, MIRADA INQUIETA

Ernesto Ríos nació en Cuernavaca, Morelos, y es doctor en Artes Visuales por el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia. Su obra ha sido expuesta en México, Argentina, Australia, Alemania, Chile y otros países, en más de 70 exposiciones colectivas y 29 individuales. Fue el primer artista latinoamericano en ganar el Premio Siemens-RMIT de Artes Visuales en 2010.

Actualmente, combina su práctica artística con la docencia y la investigación como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde impulsa proyectos de arte contemporáneo con un enfoque transdisciplinario.

EL ARTE COMO CÓDIGO VIVO

“CÓDIGOS” es, al mismo tiempo, una exposición sobre el presente, una mirada hacia el futuro y una evocación de los saberes antiguos. Nos recuerda que todo lo que vemos —y lo que no— responde a estructuras, algoritmos, vibraciones. Nos propone que el arte puede ser también una herramienta de investigación, una vía para abrir portales y formular nuevas preguntas.

Disponible durante varias semanas en el CEART de San Luis Potosí, esta muestra no solo merece ser visitada: merece ser leída, descifrada y sentida.

 

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CULTURA

Entre libros y lectores: ¿Negocio o fomento a la lectura?

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-Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias

Finalizó el magno remate de libros en Guadalajara en su cuarta edición. En ella participaron editoriales independientes, nacionales, librerías de viejo e iniciativas como cita a ciegas con un libro.

El espíritu el evento es fomentar la lectura y la cultura en los tapatíos, para otros sectores, la verdadera finalidad es ayudar a las editoriales a deshacerse de su inventario viejo, también conocido como inventario envejecido, inventario muerto o inventario obsoleto, es decir, libros que han permanecido sin venderse durante un periodo prolongado, ocupando espacio en los almacenes y sin retribuir los costos de producción utilizados.

El evento es organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales participantes, con el fin de ofrecer a los asistentes libros con descuentos desde el 40% hasta el 70%, se podían encontrar libros desde 20 pesos. Estos descuentos pueden ser percibidos como una forma de animar al público a acercarse a la lectura y la cultura.

Pero para un sector más crítico de escritores, editoriales locales y público asiduo a comprar libros en físico, el evento tiene un fin comercial con un pretexto cultural, ya que las librerías grandes o establecidas, en esta cuarta edición Penguin y Gonvill, no ponen en descuento lo más nuevo o vendido de su catálogo, simplemente asisten con su stock regular buscando generar ventas o poniendo en descuento aquellos títulos que no han logrado vender y necesitan desalojar de sus almacenes para hacer espacio a nuevos embarque.

En sus redes sociales, algunos asistentes criticaron la falta de títulos actuales, señalaron que, en su mayoría, se trataba de libros de autoayuda, manuales de cocina, segundas o terceras partes de sagas no reconocidas o títulos de literatura clásica. Por lo que su experiencia no fue muy satisfactoria, aun así, los que se dedicaron a buscar y rebuscar en los montones de libros encontraron algún libro de su agrado.

Vendedores y consumidores tienen razón, sus posturas son válidas y no son incompatibles. La industria editorial es un negocio, cuya finalidad es producir ganancias, como cualquier otra industria. Por ello busca estrategias que acerquen al público a sus productos. El debate se da por el tipo de producto que manejan, libros. La asociación entre libros y cultura es natural, y al ser un bien intangible, de dominio público y un derecho de cualquier ser humano, el relacionarlo con el ámbito comercial genera escozor en los sectores más puristas, tradicionales o idealistas.

No es una crítica a estos grupos, la cultura es fundamental en el desarrollo del individuo y aspirar al desarrollo de ella debe ser un objetivo de cualquier sociedad y son estos mismos grupos los que suelen mantener viva escena cultural del estado. Pero cultura e industria no deberían percibirse como antagónicos, sino complementarios. Ambos tienen un fin en común, acercar a las personas a los libros.

Se puede objetar que a las editoriales no les interesa el tipo de libro, el uso que se le dé o si son leídos o no; simplemente quieren vender la mayor cantidad de ejemplares posible. Las editoriales o librerías no tienen la función de fomentar el gusto por la lectura, su función es ofrecer los productos que el público demanda; leerlos o no es decisión del comprador.

Entonces, ¿para qué sirve un libro que no es leído? Es ahí donde los sectores culturales, ajenos a los intereses comerciales, pueden colaborar, despertando el interés en la lectura, en el saber. Si alguien compra un auto, una máquina para ejercicio o cualquier otro producto y no lo utiliza, no se culpa al vendedor, sino al consumidor, incluso se podría argumentar que es su inversión y está en todo su derecho de hacer o no hacer con ella lo que quiera.

Según el módulo de análisis sobre la lectura en 2024, realizado por el INEGI, en México la población alfabetizada que practica la lectura es del 69.6%. Los libros siguen siendo lo más leído, con un 41.8% del material leído, que incluye también a periódicos, páginas de internet, revistas e historietas. No se aclara si se trata solo de libros físicos o si se incluyen las versiones digitales, pero sí se menciona que el acceso gratuito a materiales de lectura aumentó de 55.6 % en 2015 a 66.7 % en 2024.

Es decir, los lectores están recurriendo al material gratuito, una de las razones es el costo de adquirir un libro nuevo, en 2024 el salario mínimo en México fue de $248.93 por día, por lo que comprar un libro nuevo, en promedio, implica mínimo un día de trabajo para los trabajadores con salario mínimo.

Eventos como este, buscan promover la compra de libros en grupos que no tienen los recursos suficientes para adquirir un ejemplar de forma regular. El público al que busca llegar no es el que asiste de forma regular a las librerías o al FIL, donde los costos de los libros se incrementan tanto por la renta de espacios y la logista que implica armar un evento así, sino a aquellos que no cuentan con los recursos para adquirir de forma regular o en la cantidad que ellos quisieran.

Y es verdad que, al tratarse de un remate, los libros que se ofrecen no son los más demandados sino aquellos que no han logrado entrar en el gusto de los consumidores, pero eso no significa que carezcan de valor cultural o que no puedan ofrecer algo de interés.

Porque los libros son algo especial, en palabras de Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Es necesario promover y fomentar no solo su compra, labor de las editoriales y librerías, sino su lectura, ya sea de forma virtual o digital, es labor del gobierno, instituciones públicas y privadas, así como de las familias, no el formar un hábito sino un gusto, por lo que la escena cultural del estado y las editoriales y librerías deberían realizar esfuerzos conjuntos y no de forma asilada o incluso antagónica.

 

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CULTURA

Tlaquepaque celebra la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica

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-Por Raúl Cantú

En una vibrante ceremonia que reunió a artesanos de todo México, el Centro Cultural “El Refugio” fue el escenario de la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica, un evento que celebró la tradición, el talento y el arte popular.

Con un récord de 912 participantes, esta premiación destacó la importancia de la cerámica como patrimonio cultural y económico de México, consolidando a Tlaquepaque como la Villa Alfarera y un referente nacional.

La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez Segura, resaltó el valor ancestral de la cerámica, un arte de más de 4,000 años que fusiona tradición prehispánica y técnicas modernas. “En Tlaquepaque, como Pueblo Mágico y centro de la mexicanidad, asumimos la misión de preservar este oficio milenario”, afirmó.

Este año, la bolsa de premios creció un 50% hasta los 2.79 millones de pesos, entregando 36 galardones en categorías como cerámica tradicional, contemporánea, infantil y juvenil, además de reconocimientos por trayectoria.

En esta edición participaron artesanas, artesanos y ceramistas de diferentes estados de la República, como: Estado de México, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México, entre otros. 

Los premiados fueron los siguientes de acuerdo con cada una de las categorías que a continuación se mencionan:

GALARDÓN NACIONAL DE LA CERÁMICA TRADICIONAL

Martín Hernández Sánchez, originario del Estado de México, con la obra «Una Pequeña Gran Obra». 

 TALENTO INFANTIL

Primer lugar, Fabiana Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Muertito y Coleando”; segundo lugar, Abdiel Abdiel Valenzuela Ramos, originario de Coahuila, con la obra “Norteña” y tercer lugar a Erika Guadalupe Zacarías Pascual, originaria de Michoacán, con la obra “Mis Emociones.”

Mención Honorífica Fabrizio Torres Meneses, originario de Tlaxcala, con la obra “Mi Pulquero Tlaxiquero”.

TALENTO JUVENIL

 Primer lugar, Florencia Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Recipiente de los Sueños Imperecederos”; segundo lugar, Mane Aranza Delgado Fraire, originaria de Coahuila, con la obra “Juguemos” y tercer lugar, Darío Soteno Esquivel, originario del Estado de México, con la obra “Niños con las Máscaras”.

PREMIOS POR TRAYECTORIA

Premio Ángel Carranza: Gerónimo Ramos Flores, de Tonalá, Jalisco.

Premio Pantaleón Panduro: Saúl Camacho Rodríguez, del Estado de México. 

 CATEGORÍA: ALFARERÍA VIDRIADA SIN PLOMO 

Premio San Pedro Tlaquepaque: Cristian Rodrigo Sebastián Contreras, originario de Michoacán, con la obra «Juego de Té Purépecha».

Premio Jalisco: Antonio Martínez Reyes, originario de Michoacán, con la obra «Olla Punteada Primaveral». Premio Nacional: Marcelo Montoya Vázquez, originario del Estado de México, con la obra «Cazo Decorado». 

 CATEGORÍA: BRUÑIDO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Carolina Medina Santana, originaria de Michoacán, con la obra «Cántaro Matizado Bruñido». 

CATEGORÍA: VIDRIADO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Antonia Cerano Gutiérrez, originaria de Michoacán, con la obra “Piña Flor Naciente”.

CATEGORÍA: POLICROMADO TRADICIONAL AL FRÍO

Premio San Pedro Tlaquepaque: Tomasa González Sánchez, originaria de Michoacán, con la obra “California en Llamas (Hollywood)”.

CATEGORÍA: TRADICIONAL ALISADO Y DECORADO EN ENGOBES*

Premio San Pedro Tlaquepaque: Yesenia Lorenzo Camilo, originaria de Guerrero, con la obra “Danza de Chinelos”. 

CATEGORÍA: FIGURA EN ARCILLA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Luis Timoteo Vicente Jacobo, originario de Michoacán, con la obra «Cantina el Diablito Feliz». Premio Jalisco: Guadalupe de la Cruz Torres, originaria de Michoacán, con la obra «Velatorio de Monjas Coronadas». Premio Nacional: Gerardo Tena Sandoval, originario de Chihuahua, con la obra «Cuidemos la Fauna».

 

CATEGORÍA: CERÁMICA EN MINIATURA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Rolando David Rodríguez Herrera, originario de Aguascalientes, con la obra «Días de Fiesta». Premio Jalisco. Carlos Ignacio Ávalos Ruiz, originario de Michoacán, con la obra «Los Trastecitos de mi Abuela». Premio Nacional. José Adolfo Soto Díaz, originario el Estado de México, con la obra «La Tlanchanita de Metepec».

CERÁMICA NAVIDEÑA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Elizabeth Castañeda Escobar, originaria de Veracruz, con la obra «Burrito Sabanero». Premio Jalisco: Miguel Ángel González Mesillas, originario del Estado de México, con la obra «Nacimiento». Premio Nacional. Blanca Jiménez Flores, originaria del Estado de México, con la obra «Buenos Días Jesús». 

CATEGORÍA: ESCULTURA EN CERÁMICA

Mención Honorífica: Carlos Vázquez Macías, originario de Jalisco, con la obra «Hijos de Maíz» y Manuel Alejandro Romo Razón, originario de Jalisco, con la obra «Gallito de Verano». Premio San Pedro Tlaquepaque: Marina Santana González, originaria de Jalisco, con la obra «Santanaceramica@gmail.com«. Premio Jalisco: Ángel Martín Álvarez Rivera, originario de la Ciudad de México, con la obra «Ello, Yo y Super Yo». Premio Nacional: José Miguel Quisberth León, originario de la Ciudad, con la obra «Imaginari». 

CATEGORÍA: CERÁMICA CONTEMPORÁNEA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Emmanuel Abelardo Zavala Flores, originario de Veracruz, con la obra “Modernidad Efímera”. Premio Jalisco, Brian Gregorio Corres Hernández, originario de Oaxaca, con la obra “Polilla”. Premio Nacional. Constanza López Caparros Íñiguez, originaria de Veracruz, con la obra “Manglar”.  

CATEGORÍA: CERÁMICA TRADICIONAL

Premio Jalisco: Esperanza Felipe Mulato, originaria de Michoacán, con la obra «Fiesta de San Pedro y San Pablo». Premio Nacional. Alfredo Felipe Rivera, originario de Michoacán, con la obra “Alfarería”. 

En el evento estuvieron presentes el secretario de Cultura del Estado de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio en representación del gobernador Pablo Lemus Navarro y David Gallegos Soto, director general del Patronato Nacional de la Cerámica.

Para todos los interesados en adquirir alguna de las piezas concursantes, el Centro Cultural “El Refugio” cuenta con un espacio para la exposición y venta de las artesanías participantes, mismo que estará abierto al público hasta el 03 de agosto de 9:00 a 18:00 horas.

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