NACIONALES
Los LTG, la nueva disputa

Opinión, por Iván Arrazola //
Una de las características deseables en cualquier democracia es el involucramiento de las personas en la discusión de los asuntos públicos, una discusión informada, sin duda contribuye a una mejor toma de decisiones, en ese sentido es positivo que haya un debate sobre el contenido de los Libros de Texto Gratuitos en México, ahí está buena parte del capital humano que en los próximos años le corresponderá impulsar el desarrollo de México, ese debate habría sido mucho más útil si las autoridades gubernamentales lo hubieran realizado de manera previa a la elaboración y distribución de los más de 170 millones de libros que las niñas y niños utilizarán en sus clases de educación básica.
Desafortunadamente el gobierno de la 4T desaprovechó otra oportunidad para generar una discusión amplia y razonada, y nuevamente genera una disputa por un tema en el que de forma unilateral ha decidido imponer un material de aprendizaje para las niñas y niños en el que no hay una deliberación profunda sobre los contenidos que los libros de texto gratuitos, que presenta serias deficiencias de forma y confusión sobre la forma en la que se impartirán dichos contenidos.
Los sistemas presidenciales plantean un dilema al momento de ejercer el poder, el presidente se puede hacer acompañar en la toma de decisiones de la oposición y los otros poderes, o bien puede considerar que el resultado en las urnas es tan contundente que el gobierno no necesita negociar ni consultar con ninguna otra fuerza política o poder, este ha sido el razonamiento de la 4T, el resultado en las urnas fue tan contundente que pueden hacer los cambios necesarios sin consultar a nadie.
Sin embargo, este razonamiento choca con otra realidad, para la elaboración de los Libros de Texto Gratuitos el gobierno está obligado por ley a elaborar planes de estudio aprobados y publicados de manera previa, está obligado a consultar a los diferentes sectores de la sociedad, maestros, padres de familia, alumnos, organizaciones civiles, pero para la elaboración de los nuevos textos esto no ocurrió. Aunque en los libros se señala que en su elaboración participaron decenas de maestras y maestros, se desconoce cómo fueron seleccionados los profesores y sobre la deliberación en las asambleas llevadas a cabo para dicho fin, el gobierno decidió reservar la información por cinco años.
Nadie se puede oponer a que las niñas y niños tengan una visión más amplia y crítica del mundo, una visión que incorpore un enfoque liberador, que ponga sobre la mesa discusiones sobre la violencia estructural o de distintas formas de opresión social y la manera en la que afecta las relaciones entre las personas, contenidos que tomen en cuenta a las tradiciones de los pueblos originarios y se puedan rescatar parte de estos saberes ancestrales y la influencia que tienen sobre la cultura actual, o que se fortalezcan los lazos comunitarios entre las personas para fortalecer el capital social, esos elementos que forman parte del modelo de Nueva Educación Mexicana son indispensables para cambiar la cultura y las relaciones entre la comunidad educativa.
Sin embargo, esta diversidad de elementos teóricos no se traduce en actividades pedagógicas precisas que permitan asimilar de manera precisa los nuevos contenidos. Los errores más visibles de los nuevos textos son: las imprecisiones en la información, el uso inapropiado del lenguaje, el manejo tendencioso de la información de corte político, la reducción en áreas tan sensibles como las matemáticas y la confusa articulación de los distintos temas en los libros.
Más preocupante son las respuestas que han dado distintos actores políticos y sociales sobre los Libros de Texto Gratuitos, el comunicador Javier Alatorre mencionó en torno a los nuevos libros que el país “está en peligro por un virus comunista”, el líder del PAN Marko Cortés recomendó a los padres de familia que arranquen las hojas de los libros que no coincidan con la educación de sus hijos, mientras que el presidente López Obrador ha señalado que se harán conferencias vespertinas como las mañaneras en las que la secretaria de Educación Pública Leticia Ramírez acompañada de un grupo de expertos explicará los contenidos de los nuevos materiales, una medida tardía si se toma en cuenta que los textos ya están impresos.
La ausencia del diálogo nuevamente se hace presente en otro tema durante esta administración, la decisión del gobierno obligará a que los profesores hagan uso de distintos materiales ante la insuficiencia de contenidos esenciales en los nuevos libros de texto. No hay que olvidar que en las pruebas internacionales las mayores deficiencias de los niños y niñas en México se encuentran en el razonamiento matemático, compresión lectora y ciencias, así lo señaló la última prueba PISA del 2018 que dejó de ser aplicada en México por instrucción del gobierno, todas estas áreas de oportunidad fueron dejadas de lado por el actual gobierno para imprimir su propio sello en la educación.
Una nueva oportunidad perdida para plantear una discusión de fondo en un tema fundamental como lo es la educación, a quien más afectará será a los niños y a las niñas del país, mientras que los actores políticos siguen perdidos en sus luchas intestinas por el poder, habrá que apelar a la experiencia y a la responsabilidad de los profesores para evitar que este cambio genere un retroceso en la educación de nuestras niñas y niños.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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