JALISCO
Inseguridad, justicia social y violencia de género: Los retos pendientes de Jalisco

A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
A 10 meses del proceso electoral del 2024, los diversos personajes que han levantado la mano para tomar las riendas de los proyectos políticos de sus respectivos partidos políticos, con todo y los obstáculos de la coyuntura política, empiezan a calentar motores de cara a una de las carreras más complejas electoralmente hablando.
Cabe resaltar que, si califico al proceso electoral del próximo año como ‘’complejo’’ no es propiamente por todo lo que está en juego, sino por la incertidumbre que rodea la vida interna de los partidos, así como la inestabilidad y las fuertes disputas de egos y de poder que predominan en las cúpulas de las fuerzas políticas del estado.
Y es que, a pocos meses de este magno evento político, las principales fuerzas del estado siguen sin poder ponerse acuerdo respecto a quiénes serán los abanderados para emprender tan ardua lucha política que tendrá como objetivo contrastar las ideas políticas y la visión social de cada partido y candidato, esto con el objetivo de que la ciudadanía pueda optar por apoyar la que considere más conveniente o más ad hoc a sus necesidades y anhelos.
Sin embargo, el contexto actual de disputas en las que está en juego el ego y la autoridad puede generar grandes repercusiones en el desarrollo del proceso electoral ya que este se puede prestar para rompimientos y divisiones internas que, sin lugar a duda, pueden tener un efecto negativo en las campañas.
No obstante, al margen de lo expuesto, esta columna no tiene como tal la intención de analizar esas coyunturas partidistas, sino que el objetivo principal de este trabajo es presentar tanto a mis lectores el escenario y los retos que enfrentan todos esos personajes que han levantado la mano con tanto entusiasmo.
Lo anterior obedece a algo fundamental: la democracia, la participación ciudadana y el interés por los procesos electorales no se deben limitar exclusivamente a conocer a los candidatos y sus respectivas propuestas, sino que también es fundamental conocer las problemáticas que enfrenta nuestro estado, para así poder determinar cuáles propuestas y cuáles perfiles son los más idóneos para liderar los trabajos de gobernar nuestro estado.
En ese orden de ideas no podemos dejar de hablar de los tres problemas que ha enfrentado Jalisco, y que, de una forma u otra, se han convertido en la sombra de la actual administración: inseguridad, justicia social y violencia de género.
En el caso de la justicia social, es importante resaltar que el indicador de personas en pobreza extrema en nuestro estado se duplicó del 2016 al 2020 al pasar de 117 mil a 251 mil personas que no pueden cubrir las necesidades básicas.
En temas de seguridad, en los últimos años, Jalisco ha experimentado un preocupante aumento en los índices de inseguridad. Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los delitos violentos, como homicidios dolosos y robos, han presentado incrementos significativos. En el año previo al proceso electoral, la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes alcanzó una cifra alarmante. Esta situación ha generado una sensación de temor e inseguridad entre la población, afectando la calidad de vida de los jaliscienses y generando un ambiente de incertidumbre.
Por otro lado, según el INEGI, para este 2023 hay tres ciudades que destacan en el aumento de la percepción de inseguridad, entre la que figura Tlajomulco en primer lugar, seguido de Reynosa y Nuevo Laredo. En el caso de Tlajomulco, la percepción pasó de 61.7% en junio del 2022, a 73.3% este año.
Ahora bien, en cuanto a la pobreza y la desigualdad, llama la atención que a pesar de ser uno de los estados económicamente más activos de México, Jalisco enfrenta desafíos persistentes en cuanto a la justicia social y la equidad. Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) indican que una parte significativa de la población jalisciense aún vive en condiciones de pobreza y carece de acceso adecuado a servicios básicos. La falta de oportunidades equitativas ha generado tensiones sociales y resaltado la importancia de abordar la desigualdad en todas sus formas.
Lo anterior traducido a números implica que en jalisco hay 251 mil personas en pobreza extrema, cifra que rebasa al número total de habitantes de El Salto. En ese contexto es importante destacar que el indicador de pobreza extrema se ha duplicado del 2016 a la fecha, temporalidad en al que hemos pasado de 117 mil a más de 251 personas en pobreza extrema.
Por último, en cuanto a la violencia de género ha sido un tema creciente de preocupación en Jalisco ya que los últimos años han estado manchados de casos impactantes en esta materia, de hecho, en lo que va del año se han abierto más de 26 carpetas de investigación con protocolo de feminicidio en Jalisco.
Es así que los informes y organizaciones que monitorean esta problemática, han señalado un incremento en los casos de violencia contra las mujeres. Los feminicidios y las agresiones de género han generado manifestaciones y demandas de acción efectiva por parte de la sociedad civil. La falta de seguridad para las mujeres se ha convertido en una cuestión crucial que los líderes políticos deberán abordar de manera urgente.
En conclusión, a 10 meses del proceso electoral del 2024 en Jalisco, se vislumbra un panorama político complejo, marcado por las disputas internas de los partidos y la incertidumbre sobre los abanderados. A pesar de las tensiones partidistas, es crucial que los ciudadanos miren más allá de las rivalidades y se enfoquen en los problemas fundamentales que afectan al estado.
La inseguridad se ha incrementado de manera alarmante, con tasas de homicidios y delitos violentos en aumento, generando un ambiente de temor y vulnerabilidad en la población. La pobreza y la desigualdad persisten, a pesar del desarrollo económico, evidenciando la necesidad de abordar la distribución equitativa de oportunidades y servicios básicos. Además, la violencia de género ha cobrado protagonismo, con un aumento en los casos de agresiones y feminicidios, exigiendo respuestas contundentes por parte de los líderes políticos.
En este contexto, los aspirantes políticos enfrentan el reto de no solo presentar promesas de campaña, sino también demostrar un compromiso genuino para abordar estas problemáticas. Los votantes tienen la responsabilidad de analizar detenidamente las propuestas de los candidatos y evaluar cómo estas se alinean con las necesidades reales de la sociedad jalisciense.
A medida que la carrera electoral avance, es fundamental que los ciudadanos demanden planes concretos y efectivos para mejorar la seguridad, fomentar la justicia social y combatir la violencia de género. La participación ciudadana no solo debe limitarse a votar, sino a involucrarse activamente en el proceso político para garantizar que quienes sean elegidos estén verdaderamente comprometidos con el bienestar y el progreso del estado de Jalisco.