JALISCO
Futuro y Hagamos se suman a Morena: Alianzas en Jalisco, ¿transformación o simulación?
																								
												
												
											Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
En la Asamblea del partido HAGAMOS, que se llevó a cabo este sábado pasado, con la deliberación y pompa que caracteriza a estos cónclaves políticos, ahí, los asambleístas obedecieron la indicación de sus respectivos patrones políticos universitarios y han aprobado la celebración de coaliciones con actores que conforman un abanico ideológico en la política nacional. Morena, el Partido del Trabajo, Futuro y el Partido Verde Ecologista de México, en un intento de sinergia, unen sus caminos para enfrentar el proceso electoral 2023-2024.
¿Estarán conscientes que con ello se alejan cada vez más de una posibilidad real de figurar y solo seguirán aplanando calles promocionando a otros?
Ernesto Gutiérrez Guízar, al frente del estrado, se desborda en agradecimientos y proclamas. Habla de una «nueva generación política», de nuevos códigos, de imprimir en el lienzo social las causas que, según su discurso, son las nuevas banderas de lucha. Llama al apoyo de Claudia Sheinbaum en tiempos federales y clama por una oposición a Movimiento Ciudadano, el cual, en sus palabras, representa un pasado de indolencia y de desatención a las problemáticas más punzantes de la sociedad jalisciense.
Valeria Ávila Gutiérrez, vicepresidenta de HAGAMOS, también toma la palabra para marcar el momento histórico y la necesidad de unir las izquierdas contra un poder que, a su juicio, se ha vuelto monolítico y autoritario. No obstante, aquí emerge la disonancia, la crítica que flota sobre estas coaliciones: la misma Valeria que cuestiona el secuestro legislativo y la trastocación institucional, celebra una alianza con el partido que actualmente detenta el poder federal, un poder acusado precisamente de esos mismos vicios.
Los discursos se suceden, y la Asamblea se convierte en un teatro de declaraciones y promesas. Se habla de una “ruta colectiva para cambiar la realidad que vive Jalisco”.
La actuación del sábado era solo un mero trámite de la dirigencia de HAGAMOS para cubrir el acuerdo que, desde el día anterior había firmado el mismo Ernesto Gutiérrez en San Luis Potosí, con Claudia Sheinbaum y Mario Delgado, en un acto donde se invoca la unidad y la lucha contra el retorno de los gobiernos corruptos, en palabras de Claudia Sheinbaum.
Ese mismo viernes, Mario Delgado, dirigente de MORENA a nivel nacional, no escatima en confianza al asegurar buenos resultados basados en un historial de triunfos electorales. La coalición, en su óptica, es una maquinaria de victoria. Sin embargo, en esa confianza, en ese asegurar el futuro, ¿dónde queda el espacio para la autocrítica y la reflexión sobre las demandas ciudadanas?
KUMAMOTO ASEGURA SU FUTURO
Las palabras retumban con la fuerza de un eco que se pierde en la lejanía: “No venimos a jugar su juego, venimos a cambiar el juego”. Esas fueron las palabras de Pedro Kumamoto en sus inicios, un aire fresco en la política jalisciense, un desafío a las estructuras tradicionales desde la trinchera de la independencia. Pero el viento cambia, y con él, las velas de la nave Kumamoto han girado en una dirección inesperada, o quizás previsible, dependiendo de la lente crítica con la que se observe.
Era 2015, y su camino a la diputación local por el Distrito X de Jalisco llevaba la bandera de la independencia política. “Los muros sí se caen”, aseguraba, en un esfuerzo por demostrar que las barreras entre la política y la ciudadanía podían derribarse. En un momento en que la crítica a Morena y su proceso interno representaba para él un ejemplo de simulación política, su voz parecía representar una nueva esperanza, un faro de integridad.
Sin embargo, el paso del tiempo a menudo transforma incluso los ríos más rebeldes. En un giro inesperado, Pedro Kumamoto, quien una vez fue férreo crítico de Morena y sus aliados, anunció este sábado pasado, una coalición que para muchos representaría un pacto con los mismos demonios que prometió combatir. En un escenario político donde las alianzas pueden ser tan volubles como las nubes, la declaración de Kumamoto de construir un proyecto de cambio con aquellos a quienes una vez criticó ha levantado tanto cejas como preguntas.
Las promesas de una política renovada y de combatir los “gobiernos naranjas” que tanto criticó se mantienen en su discurso. Las intenciones, aparentemente nobles, invocan reformas por los derechos de las personas, el derecho a decidir, la vivienda, el agua y las víctimas.
Sin embargo, no se puede ignorar el aroma de ironía que impregna el ambiente. Los mismos partidos que una vez demolieron la Ley Sin Voto No Hay Dinero, una propuesta bandera de Futuro y de Kumamoto, hoy son sus compañeros de lucha. La política, esa rueda caprichosa, gira y gira, y lo que ayer era resistencia, hoy se presenta como alianza.
La figura de Claudia Sheinbaum, mencionada en su discurso, parece ser más un guiño a la negociación política que un eco de sus principios. Kumamoto, quien en su momento forjó su camino aparte del sistema de partidos, ahora parece navegar en sus turbulentas aguas.
La historia política de Pedro Kumamoto Aguilar es, en esencia, un relato sobre la transformación y la adaptabilidad.
REACCIÓN VISCERAL
Pablo Lemus, estandarte de MC y precandidato a gobernador, es presa de una reacción visceral ante el anuncio de la alianza de FUTURO con Morena y otros partidos. En un acto que podría calificarse de errático, Lemus le concede reflectores a Pedro Kumamoto, dándole así un involuntario ascenso en la contienda. Esta jugada estratégica, más impulsiva que calculada, revela una fisura en la armadura de MC, mostrando a sus rivales un flanco vulnerable.
El alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, y el propio Lemus, arremeten contra esta maniobra política de Kumamoto, sugiriendo que el regidor de Zapopan ha abandonado sus ideales por su alianza con lo que Lemus llama «lo peor de la clase política de Jalisco», este señalamiento resuena en el ambiente político, y aunque pueda ser visto como una defensa de los principios, también podría interpretarse como el miedo a perder el poder.
Curiosamente, mientras Lemus y Frangie levantan la voz, un silencio ensordecedor rodea a los demás miembros de MC. El apoyo a Lemus en redes sociales viene de sus grupos empresariales, pero, figuras como Manuel Romo, Clemente Castañeda, Verónica Delgadillo entre otros, mantienen una distancia prudente del conflicto, tal vez esperando ver cómo se desenvuelven los acontecimientos antes de comprometer su capital político.
Este silencio, este alejamiento de los aliados tradicionales, es un eco que resuena más fuerte que cualquier proclama. El hecho de que figuras prominentes cercanas al gobernador Enrique Alfaro no se pronuncien abiertamente, deja espacio a la especulación y a la intriga, añadiendo una capa más de misterio a la ya compleja trama política de Jalisco.
Por lo pronto, los aplausos retumban en la sala, las promesas llenan el aire, y las firmas sellan alianzas. HAGAMOS y FUTURO junto con Morena, PT y PVEM, se adentran en el ring electoral, con la mira puesta en la gubernatura de Jalisco y más allá. Pero en este juego de coaliciones y estrategias, en esta danza de discursos y promesas, se cierne una pregunta ineludible: ¿Se trata de una verdadera transformación política o simplemente de una reconfiguración de poderes que, a fin de cuentas, perpetúa los mismos vicios y olvida las verdaderas necesidades de la ciudadanía?
En X @DEPACHECOS

    
Umbral160@homail.com
6 de noviembre de 2023 at 12:58 PM
Dice AMLO algo que debe recordarse para dar respuesta a la pregunta que plantea Pacheco: el pueblo sabe de política , de economía. Lo que pasa es que ahora ya estamos hablando de política y, dadas las opciones que tenemos, dos proyectos de país, sociedad, economía distintos, no hay que quebrarse mucho la cabeza. Kumamoto y otros ya se dieron cuenta. Ahora solo hace falta que Pacheco haga lo propio. Y, así, nos ofrezca las Crónicas por venir. O….eres partidario de Alfaro, Lemus y demás cofradía,?